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La morena que estaba sentada a un lado de Lauren, había desaparecido toda la semana anterior y a decir verdad a la ojiverde no era algo que le importara; y sobretodo sería mentira si dijéramos que le ha echado de menos, porque en definitiva no ha sido así, sin embargo algo dentro de ella la llevaba a preocuparse por su salud, y en especial aquella noche que lucía fatal, pero tampoco es como si fuera a hacer algo, pues si una cosa había aprendido en todo este tiempo, era que no importaba qué, hay cosas y circunstancias que no se pueden cambiar, que simplemente no están en nuestras manos, y la vida de aquella joven, no estaba en sus manos.

La de ojos chocolate era una persona humilde, inteligente y astuta, pero vulnerable a los sentimientos. Probablemente la vida que había llevado, no le dejaba muchas puertas abiertas, no estaba segura de ciertas cosas, pero estaba 100 por ciento convencida de que quería a Lauren, la quería de una manera que no podía explicar, y eso lo supo desde el primer momento. Era verdad que estar con la chica de ojos verdes implicaba más allá de lo humano, que en ocasiones era sumamente complejo lidiar con su demencia, con sus medicinas, con sus ataques y su miedo, sin embargo, nunca había un pero, ella estaba dispuesta a enfrentar todo lo necesario y aunque su paciencia se agotaba, siempre encontraba la forma de restablecerla.

Terminó de comer ambos paquetes de galletas y miró con cierta nostalgia el lago, sumergiéndose en el silencio que se había creado <<¿Hoy querrá saberlo?>> se preguntó en su interior, pero el miedo se apodero de ella, así que se detuvo intentando descifrar que pasaría por la mente de Lauren.

Lauren tenía unas inmensas ganas de romper el silencio, pero le resultaba difícil, pues no tenía nada que decir y si lo tenía, no sabía cómo acomodar sus ideas, el silencio se volcaba con profundidad, sólo el viento golpeando sus rostros se podía apreciar, la ojiverde se llenó de rabia al no poder producir palabra y se desquito de la manera incorrecta.

La castaña continuaba inspeccionando el rostro de Lauren, se armó de valor y dijo soltando el aire que se había acumulado en sus pulmones "Por cierto, mi nombre es...", pero antes de que pudiera terminar, la otra la interrumpió con dificultad "no" sus ojos color chocolate se abrieron con miedo, quitando cualquier intención de decir su nombre, mientras observaba a la joven peleando con su interior para articular lo que quería decir  "Yo, no preguntado... " la voz de Lauren tembló al no encontrar coherencia en su propia habla, suspiró con frustración y siguió buscando las palabras en su mente, mientras las lágrimas de la morena habían comenzado a brotar de sus ojos, pero las limpiaba antes de resbalar por su mejilla "Yo no he preguntado por tu nombre" culminó con frialdad y un tono bastante alto, esta vez la morena dejó escapar una gota, se encogió de hombros y empezó a jugar con sus dedos "Perdona Lauren, pensé que esta noche sí querías saberlo" se volvió a colocar la capucha del hoodie.

Lauren se puso de pie, miró indefensa a la otra chica, pero no sintió culpa alguna, sacó un par de billetes y se los ofreció "Yo no he preguntado por tu maldito dinero, niña malcriada" recriminó la morena dejando salir toda su frustración al nunca poder decirle su nombre a la chica pálida, pero de inmediato tapó su boca con sus palmas, como si hubiera dicho la peor de las maldiciones, pero la ojiverde le restó importancia, dejó el dinero en la banca y empezó a andar nuevamente.

¡No Dispares! (camren)Where stories live. Discover now