Camila (final)

240 15 0
                                    

Los meses pasaron como un maratón, no había noche en la que Camila no se sintiera culpable por las palabras hirientes que había dicho a Lauren, incluso cuando la mayor ya lo había olvidado. En ocasiones la observaba con envidia, pues le resultaba injusto que Lauren pudiera olvidar aquello, mientras ella se torturaba a cada segundo por sus palabras.

La enfermedad de la ojiverde tenía a Camila con un nudo en la garganta todo el tiempo, era aterrador el ver cómo la persona que amaba, día con día se olvidaba de ser. Los lapsos de coherencia eran más cortos cada vez. Los químicos de las pastillas ya no tenían el mismo efecto, Lauren se olvidaba de cómo bañarse y vestirse por si sola, sin embargo el comportamiento de violencia se había desvanecido, era como si Camila lograra calmar ese sentimiento.

En ocasiones, por las noches Camila despertaba tras haber tenido una pesadilla, en la que Lauren moría a causa de un descuido, pero su pulso se regularizaba después de que veía a la ojiverde durmiendo tranquilamente a su lado. Con los días sus ojos iban perdiendo el brillo, estaba cansada de sufrir esa agonía, las amigas de Lauren la visitaban con frecuencia, sin embargo el peso recaía completamente a la chica de ojos chocolate, su único momento de calma era cuando Lauren lograba reconocerla y se acurrucaba a su lado, cuando tomaba su mano o depositaba un beso puro en su sien.

Las cosas empeoraron cuando la ojiverde perdió completamente el sentido, no sabía comer por sí sola, entonces Camila se esforzaba en llevar el bocado a su boca, pero aún así, Lauren no sabía masticarlo, poco después perdió el control de sus esfínteres; estaba delgada y desorientada todo el tiempo, no hablaba, ni hacía el intento de moverse, era como un bebe de 2 meses, dependía completamente de la otra chica.

Aquella madrugada de Otoño, fue internada en el hospital. Camila estaba recargada en el hombro de Dinah, mientras observaba por la ventana de urgencias. Su mente voló a su pasado.

Cuando Camila tenía cinco años escapo de su casa junto a sus tres hermanos mayores, huyeron buscando una salvación de la avaricia e inhumanidad de los que se hacían llamar sus padres. Noches llenas de angustía y de duda sobre si tendrían un lugar en donde dormir, atormentaba a los cuatro pequeños; el mayor, de tan sólo 11 años -George- trabajaba vendiendo dulces o haciendo algunos espectaculos en los altos, para ganar algo, robaban las sobras de los mercados para mantener sus estomagos llenos.

Cuando Camila conoció a Lauren, pensó haber escapado de aquel infierno, sintió que era la pieza que le faltaba, supo que tenía que cuidar de ella, supo que la amaba justo después del primer beso, un amor puro, un amor real, algo que iba más allá de lo tangible, de lo finito, ella amaba por ambas, nunca pensó en tener algo a cambio, lo que le ofrecía la ojiverde le bastaba.

Su mente regresó a la realidad cuando un hombre con bata blanca se acercó. La noticia la llevó a un estado de Trance, sintió su alma abandonar su cuerpo, su cabeza daba vueltas y sus mejillas estaban empapadas. Otra vez la vida le entregaba un escenario injusto. Camila se había entregado completamente a Lauren, había dado día y noche, cuerpo y alma a aquella mujer, sin embargo, no fue hasta que el último respiro de Lauren tuvo lugar, que entendió que en ocasiones no importa cuánto intentes cambiar a las personas o cuánto te empeñes en salvar su vida, hay cosas que no están en nuestras manos, por más que lo queramos.

Lauren ya no estaba.

Se había ido.

Y con ella una parte de Camila.

Todo se había vuelto negro.

Todo era silencio.

¡No Dispares! (camren)Where stories live. Discover now