El secreto de Lee

Capítulo 4: Los secretos son eso, secretos

En la florería Yamanaka, Ino se encontraba mirando a aquella joven que tenía agarrada de la mano, su mirada se encontraba perdida, ¿acaso escuchó bien?

— Tierra llamando a Ino - Lili pasaba su mano izquierda sobre la mirada de la rubia, tratando de que ésta reaccionara.

— Lo siento, ¿dijiste Lee?, ¿igual que Rock Lee?

— ¿Conoces a...?

Increíblemente en ese momento iba pasando un joven de aspecto salvaje con un mensaje para la kunoichi, entró en la florería antes de que Lili terminara su oración y sin darse cuenta de quien era interrumpió la conversación.

— Ino. Lady Tsunade dice que necesita que tú y Sakura vayan inmediatamente a su oficina.

— Kiba, ¿qué no ves que me encuentro ocupada? - si había algo que le molestaba es que la interrumpieran durante una conversación.

— Dice que es urgente, así que será mejor que te muevas.

— ¿Te han dicho que eres un pesado? - dijo mientras se quitaba su delantal de trabajo y miraba por última vez a la morena - Perdóname Lili, nuestra conversación tendrá que posponerse.

La joven pelinegra que no había quitado su vista del frente siguió con esta a Ino quien ya estaba en la puerta y le respondió que no se preocupara y se despidió de la rubia. Regresó la mirada al mostrador, donde había un ramo de Tulipanes amarillos, dejó el dinero y tomó las flores para dirigirse a su casa.

Kiba se había quedado mudo cuando vio con quien se encontraba su ex-compañera de la academia. No podía creer la suerte que tenía, tal vez si hablaba con aquella joven, sus dudas desaparecerían.

Pareciera que su perro leyó su mente, porque este se acercó a la pelinegra y se detuvo frente a ella, evitando así que saliera de la tienda.

— ¡Wow!, que perro tan grande... - Lili se acercó al perro ninja y le acarició la cabeza - Eres una preciosura.

Akamaru se tiró en el piso y la joven le empezó a rascar la panza.

— Akamaru no suele dejar que le rasquen la panza.

— ¿Es agresivo? - preguntó Lili quien no dejaba de sonreírle al perro ni de rascarle el cuerpo entero.

— Para nada, pero no es un perro cualquiera, ¿sabes?. Es un perro ninja, así que no suele actuar como una mascota frente a desconocidos.