El secreto de Lee

Relleno 5: Sueño

Ubicado 10 años en el futuro.

Lili estaba terminando una misión y regresaba a Konoha junto a su hermano, su esposo y el mejor amigo de este (quien iba acompañado de Akamaru).

Había sido una larga semana, fueron a la aldea oculta en la cascada a dejar unos pergaminos importantes al jefe de ahí y como los hermanos Lee son nietos de un antiguo jefe, se les confió la tarea de ir.

En el camino de regreso a la aldea se toparon a Shino y Kiba, que regresaban de Kumogakure.

A la pelinegra no le gustaba mucho salir a misiones desde que se había vuelto madre de unas gemelas, las cuales estaban siendo cuidadas por sus suegros.

Shino por su parte rara vez salía de misión, fuera de la aldea, ya que trabajaba bajo el mando de Ibiki Morino en la unidad tortura e interrogatorio ANBU. Pero su superior le encargó específicamente a él y a Kiba, que fuera a la aldea de la Nube a entregar un reporte a la unidad de aquella aldea, con la cual estaban colaborando en un caso en específico.

Desde que comenzó a trabajar en esa unidad, al cumplir los 18, Shino se volvió un hombre sobreprotector y duro. Ibiki lo había entrenado muy bien, lo volvió uno de los Jonin más importantes y de mayor confianza para el Rokudaime.

Por su parte, Lili maduró muchísimo al volverse mamá.

Ya que, el hoy matrimonio, "metió la pata" y fueron los primeros en volverse padres, convirtiéndose en la primer pareja de la generación en casarse y tener hijos. Tuvo que madurar, si o si.

— ¿Tuvieron problemas para llegar a Kumogakure? – preguntó Lee.

— Algo – confesó Kiba –, la construcción del puente que acortará el trayecto de Suna a Kumo hizo que tuvieramos que desviarnos un poco.

— Lo importante es que le entregamos el pergamino de Kakashi-sensei al Raikage a salvo – continuó Shino.

Lee suspiró con fuerza, mientras colocaba sus brazos en su nuca. Lili habló después.

— Me alegra oír eso, la verdad es que no esperaba encontrarte en el camino a casa – dijo mirando a su marido – pero creo que a las niñas les alegrará ver que llegamos juntos.

Shino se quedó en silencio, solamente atinó a sonreír. Lili le devolvió la sonrisa y prosiguió.

— Por cierto, Kiba, en tres días es la fiesta de cumpleaños de las gemelas. No olvides llevar a Tamaki-san.

El mencionado solo se ruborizó. Llevaba años saliendo con la chica, y tenía pensado pedirle que se fuera a vivir con él, ahora que su abuela había fallecido. Lo malo, era que aún no sabía cómo pedírselo.

— Si, yo iré mañana por ella y la traeré a tiempo para la fiesta de mis sobrinas – mencionó con el rubor aún adornando su rostro.

— Metal está muy emocionado por la fiesta, tiene desde el mes pasado diciéndole a Tenten lo mucho que se divertirá. La tiene un poco agobiada y con el pendiente de que no vaya a derribar nada.

Los tres se rieron, sabían que el hijo de Lee solía hacer desastres causados por su nerviosismo y "juventud".

— Tú no te preocupes, si mi sobrino causa algún accidente, no será por que tenga mala voluntad – comentó la pelinegra, quien adoraba al pequeño.

Tuvieron que interrumpir la charla, ya que habían llegado.

Tanto Lee como Kiba, se ofrecieron a entregar los reportes de las misiones y a informarle al Hokage de su llegada, a fin de que los esposos pudiesen ir a recoger a sus hijas.