VI: Una flor de loto azul.

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Flor.

Después de tres soles. Su aroma estaba ligado a una flor.

Una en específico, una peculiar y una rareza que se encuentra a las orillas de su río Nilo. Al fin pudo descifrarlo, era el loto egipcio.

Una exquisita rareza que la iría a buscar.

"Quédate aquí" Dijo. "Iré al jardín."

Louis solo pudo asentir a las palabras del príncipe, la puerta se cerró y quedó a solas, ahora que veía mejor los aposentos del alfa era todo adornado y lujoso, mesas con jarrones diseñados cuidadosamente repletos de oro y joyas, bandejas de comida en los últimos y pequeños escalones, sin faltar obviamente sus vinos y el agua.

Variedad de muebles, adornados y tapados por diversas telas finas y de colores claros. Empezó a caminar con nerviosismo para ver de cerca esas joyas, pero antes el olor a naranja y uva madura se hizo presente. Volteó rápidamente y encontró a Gemma.

"¿Qué estabas haciendo, omega?"

"Nada... Solo veía."

Gemma le sonrió y caminó hacia él con pasos largos, elegantes y lentos, dejando arrastrar la seda roja de su vestido por los suelos. Louis se tensó por instinto al tener a alguien cerca. La alfa rió.

"¿El príncipe?"

"En el jardín, su alteza."

Louis bajó su mirada, ella estaba muy cerca, uno paso más y las telas de sus ropas se acariciarían con timidez. La princesa observó detenidamente al omega de en frente, sus pupilas se dilataron un poco y sus pulmones se llenaron abruptamente del olor de Louis. ¿Qué era eso? ¿Estaría alucinando? No lo evitó y tampoco quiso hacerlo cuando sus instintos la dominaron y enterró la nariz en la piel expuesta del cuello de Louis.

El omega jadeó sonoramente y sus pies retrocedieron hasta golpear con una pared, un impacto tan fuerte que le causó un dolor instantáneo. Gemma ya no podía controlarse, su alfa mostraba los dientes y las garras totalmente atontada. Louis se sentía amenazado, su respiración se agitó y su corazón bombeó rápidamente. El olor que la alfa estaba botando lo hacia sentirse mareado y sofocado, era han fuerte que le quitaba todo el aire. La mujer ya estaba en proceso de salivar, pero fue interrumpida por un empujón que la hizo retroceder y antes de gruñir de molestia, un rugido asesinado se hizo oír y una navaja apareció en su garganta.

Otro alfa.

Otro ser divino.

Harry.

Gemma pudo observar como su hermano mostraba sus colmillos, con la nariz arrugada, ceño fruncido y ojos completamente dorados. Se mantuvo seria, sin una expresión en su rostro por la repentina interrupción, aún con su lado animal saliendo a flote. Después de eso, al fin pudo soltar un poco de aire y sonrió ladina. Sin importarle la punta filosa de la daga apretando su garganta. Puso sus manos en las mejillas de su hermando, con sus uñas clavándole.

"Asustas al omega."

Harry miró de reojo a Louis que tenía los ojos muy abiertos, con una mano tapándose el pecho y la otra en el lugar donde estuvo Gemma. Volvió su vista a su hermana, que al captar su mirada soltó una carcajada floja y ronca.

"¿Por alguna razón no logras entender?" Preguntó Harry de manera brusca "Lo que me pertenece, me pertenece."

La alfa tomó la daga y la tiró lejos. Volvió a poner su mano en la mejilla de su hermano y le hizo bajar el rostro para besarlo en la frente. Un beso casto y seco, sin muestra de afecto o algún sentimiento mal pensado ante los demás. Son alfas, son parecidos físicamente, son hermanos, son sangre sagrada, pero ambos son distintos.

Awmygha [Omega] Onde histórias criam vida. Descubra agora