Mini Extra de San Valentin

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Gracias a Roma por la idea 😍

Feliz día de San Valentín

Y mención especial a @CamiltBooks por su cumpleaños

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Donde el honor sí conoce de amor.

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Un poco antes del viaje a Vitrum Maritima...




Quizá nunca, en épocas de paz al menos, un príncipe había convocado una reunión del concejo real con tanta urgencia. Vestido con sus sencillas ropas de caza, Louis Tomlinson de Aurea le dio un cordial apretón en el hombro al Lord Comandante de la guardia y los ejércitos del reino, Ser Liam Payne. Con una sonrisa cómplice le agradeció el haberse puesto de su lado. Algo renuentes, los tres ancianos presentes colocaron sus sellos en el decreto y dejaron que el príncipe y el comandante lo firmaran.

—Mi amigo, gracias por concederme tu apoyo en esto—Louis estrechó la mano de Liam, y sonrió con sinceridad.

—Este acuerdo me beneficia bastante, y que apelaras a tus derechos de longevidad ayudó mucho.

—Segundo en ascender al trono, pero el mayor de los tres—afirmó el príncipe, los labios estirados en una curva orgullosa—. Deja el asunto en mis manos, Danielle y Zayn no te molestarán.

—Pienso dejar la supervisión a cargo de Michelle y Luke—anunció, frotando los dedos sobre la barba—. Lady Hadid organizó un paseo y debo ir.

—Esplendido, ve en paz. Yo me encargo de todo.

Un ligero abrazo fue la despedida entre ambos hombres, y Louis giró sobre los talones para interrogar con la mirada a los concejales. Los ancianos le devolvieron la mirada, y en silencio interpretaron a qué se refería. Con la tinta apenas brillando con los últimos trazos que necesitaban secarse, entregaron un pulcro pergamino. Sellado con los anillos reales, firmado por todas las autoridades necesarias.

—En sus manos está la réplica del decreto, majestad—el anciano de ojos grises limpió sus dedos en un pañuelo con algunos rastros de tinta—. Llevaremos el original con los procedimientos pertinentes para que todos sepan del decreto.

—Eso es muy eficiente de su parte, concejal—alabó, releyendo las palabras plasmadas.

—Los otros príncipes...—comenzó el otro, que cerraba el frasco de tinta con manos temblorosas—. Quizá sientan que esto fue algo arbitrario.

Aquella posibilidad era algo que Louis ya había tazado. Y no le importaba ganarse algunos gritos, palabras duras o tener que llevar una discusión. Eso lo valía, un centenar de veces.

—Tardarán unas horas más en retornar de la cacería, y para cuando pisen el palacio ya será demasiado tarde, ¿Me equivoco?

—Cuenta con la razón, majestad—las palabras surcaron el aire entre ellos tras un suspiro. Ellos no estaban del todo convencidos, pero él era el príncipe y su palabra, ley.

—Les agradezco por su tiempo. Si los príncipes me necesitan, tengan la bondad de informarles que abordaré cualquier reunión en mi sala de logística.

Príncipe. » l.s | YA EN TIENDAS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora