6. Reencuentros culiaos.

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Seis y media de la mañana. Me había despertado super temprano de los puros nervios. Gabriela weona que te pasa, esto ya lo has vivido antes, aparte no es la primera vez que entrai a ese colegio.

Para no despertar ni a mi mamá ni al Camilo entré al baño he hice todo super piola o al menos eso traté porque cuando me metí a la ducha de pura cuea no pegué el grito; no había agua caliente.

No había gas.
De nuevo.

Ah pico, me bañé caga de frío y cuando me vestí se me pasó un poco. Allá en Canadá no tenía que usar uniforme pero holi, estoy de vuelta en Chile.

Entré a la pieza de mi mamá pero no estaba, cuando bajé a la cocina la encontré haciéndome el desayuno.

— ¿Tan temprano y ya estai lista?

— Si, los nervios.

— Ya mi amor si todo va a salir bien.

— No, no es eso... o sea si pero no.

— ¿Es por el Nacho? — preguntó. Puta que es directa.

— Mas o menos. No sé siento que las cosas cambiaron cachai, y me da miedo el cambio — le dije sinceramente.

— Mi vida escúchame — dijo mientras me servía el jugo y se ponía a hacerme el pan. Puta que andaba buena onda hoy día — Todos le tenemos miedo al cambio en algún momento ¿Tu crees que no tuve miedo cuando me separé de tu papá y tuve que criar a mis hijos sola? Obvio po estaba cagadísima de miedo — me reí — Pero es lo más normal ¿Ya? Ahora tómate el desayuno y te voy a dejar — me dio un beso en la frente y subió.

[...]

Llegué un cuarto para las ocho y cuando me despedí de mi mamá me empezó a doler la guata. Ya veía que me flaqueaban las piernas y me caía al primer paso. A la entrada me encontré con los inspectores y corrí a saludar al tío Daniel.

— Hola pu Gabi ¿Y que haces por acá? Tanto tiempo — me saludó alegremente el inspector que me conocía de chica.

— ¿Por que mas? — me reí — Me echaron po — le contesté. Me miró aguantando la risa.

— ¿En serio? — se rió pero se apretó los labios para contenerse. Le sonreí.

— No se iban a librar de mi tan fácil. Me van a tener en inspectoría hasta el final de mis días de colegio — bromeé.

— Tu pórtate mejor nomas — me contestó de vuelta. Miró por encima de mi y me di la vuelta para ver quién era.

sANTA CACHUCHA.
LA EX SUEGRA.

Ah no, yo me voy. Yo me voy, yo me voy, yo me voy.

Cusbai.

Me escabullí por entre los demás alumnos y me fui a mi sala. Los nervios que tenía en la entrada habían desaparecido al hablar con el tío pero cuando vi a la tía Verónica un escalofrío me recorrió de pies a cabeza. Subí las escaleras y me temblaban las piernas.

¿Dónde esta la Arlett, el Fabi, la Gene y ahora mi prima? Tanto weon y ninguno llegó temprano. O quizás ya estaban adentro en la sala.

Que hagoOoOoOoOoO.

— ¡Oh! — exclamó alguien sorprendida, sorpresa fingida obviamente — ¿Estoy teniendo una pesadilla? — preguntó con sarcasmo.

— Uh, que miedo — me di la vuelta y ahí estaba. No sé si yo me agrandé o ella se achicó, pero estaba más chica que la última vez.

La miré de pies a cabeza y ella me miraba con las cejas levantadas.

— Chuuuta, la última vez yo dejé aquí un rottweiler, no un chihuahua — dije así como al aire.

— No te vangai a creer la muerte acá porque estuviste en el extranjero, porque igual te echaron. Parece que no eris lo suficientemente buena — se burló. Avance hasta ella y retrocedió. Sus amigas también.

— Me echaron porque humillé a la weona de turno que me tocó allá y ahora no tengo miedo de hacer lo mismo contigo — contesté. Irritada se fue entrando a la sala.

Una menos.

Estaba parada en frente a la puerta de la sala y entré sin no antes respirar una gran bocanada de aire porque estaba segura que me iba a faltar. Apenas puse un pie en la sala mis antiguos compañeros me empezaron a mirar y a pelar, siempre la misma wea. Saludé con los que me llevaba mejor y fue cuando lo vi. Yo estaba a punto de sentarme de las últimas para pasar piola cuando entró.

Lentes, estuche de guitarra colgando en su espalda.

¿Ese es el Ignacio...?

— ¡Wena Nachito! ¿Cómo estamos? — lo saludó alguien que no conocía, capaz que llegó el año pasao.

Obvio que era él.

— Hola Maxi— lo saludó. Escuchar su voz hizo que soltara el lonchero. ¿Por qué él tenía ese efecto en mi? El tal Maxi se giró para mirarme y me hice la weona agachando la cabeza.

Que no me vea, que no me vea, que no me vea por favor.

— ¡Oye! — me llamó.

Puta la weá.

— ¿Eris nueva? ¿Estai bien? — se acercó a mi y pude ver como el Ignacio me quedaba mirando.

— ¿Gabi? — preguntó. Se quedó parado sin decir nada más, sus ojos estaban tan abiertos que pensé que se le iban a salir. Yo solo me mordí el labio nerviosa.

— ¿Se conocen? Juré que erai nueva sorry — se disculpó riéndose un poco. Estoy segura que hasta el notaba lo tenso que se había vuelto el ambiente.

— Es mi ex — contesté sin rodeos. Si po weon, bien mujercita — Larga historia — agregué parándome a recoger mi lonchero.

— ¿Cuando llegaste? — habló de repente asustándome.

— Ehh, yo me voy, los dejo — dijo el cabro. Puta la wea no me dejes sola con el Ignacio.

— Ayer — le contesté secamente y sin interés.

Mágister en mentiras y ocultar cosas: ON

— ¿Que haces acá? — preguntó. Puta el weon oh.

Respiré hondo y por fin lo miré a los ojos — Ignacio, no tengo que explicarte cada cosa que hago ¿O ahora quieres un reporte cada media hora? Aparte si estoy con el uniforme del colegio es un poquito obvio ¿O no? — le contesté sonando mas pesada de lo que quería — Yo ya te superé hace rato — mentira — Así que tu haz lo mismo — no, por favor, no me olvides.

Hizo una mueca de decepción y negando con la cabeza se fue a su puesto que estaba al otro extremo de la sala.

¿Qué? ¿Pensaban que me iba a tirar a sus brazos llorando tan rápido como lo viera, así como en las películas? Cabras, el amor nunca es todo color de rosa.

****
¡HOLA!
Estoy en depresión, entro el primero de Marzo :))) y tengo que hacer tantas weas en Marzo, me estresa.

¿Creen que la Gabi fue muy pesada? ¿Qué habrá sido del Ignacio mientras ella no estaba?

UUUHHH
Piénsenlo 👀

Adiossss 💕

-Javivi.

Weona yeta 2: Yetecidad al doble.Where stories live. Discover now