9. No voy a olvidarte.

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— Permiso — pedí cuando entré a la enfermería.

— Hola Gabi —  me saludó ella amablemente. Al principio pensé así como "Qué onda" pero después fue como que "Es la inspectora y enfermera después de todo, que haya pololeado con su hijo es totalmente aparte"

— Hola tía — la saludé de vuelta.

— Hola mamá — la saludaron. ¿Me estai weando que me siguió?

— ¿Qué les pasó ahora? — nos miró.

— Me sentía mal y el profe me mandó al baño — contesté secamente.

— ¿Mal? Gabriela estabas llorando, por algo me man... —

— Ignacio cállate — le dijo su mamá demandante. Uh, nunca la había visto enojada — Anda a la sala y dile al profe que no se preocupe que ella está conmigo — lo mandó y el se la quedó mirando — Ignacio, hazme caso, anda — le dijo y rodando los ojos se fue.

— Siento eso, con el tiempo perdió la sensibilidad y empatía por los demás — se disculpó.

— No tiene por qué disculparse — le dije secándome la cara.

— Gabi ¿Por qué llorabas?

— Prefiero no hablar de eso tía, en serio.

— Gabriela, nunca te lo dije — me sonrió tierna — Te tengo mucho cariño, la verdad es que de alguna manera haces que el Ignacio sea mucho mejor persona. No estoy diciendo que quiero que vuelvan, se que pasó y el Ignacio la cagó. Tu te ves mucho mejor que antes y... quería darte las gracias por hacer a mi hijo feliz esos meses — me dijo y de verdad que pude sentir la sinceridad en sus palabras que me calaron tan hondo que volví a llorar. ¿Desde cuando era tan débil weon?

Se acercó y me abrazó como una madre lo hacía con sus hijos, supongo que sería la costumbre, y yo lloré como niña de cinco años en sus brazos.

— Lo siento tía la dejé toda moja, ya me voy a la sala — me sequé las lágrimas y me fui a la sala. Uh que plancha llorar en frente de tu ex pololo y suegra en un mismo día, en diferentes lugares.

Cuando entré el profe me preguntó si ya estaba bien y le dije que no tenía que preocuparse, que ya me sentía mejor. El Ignacio estaba en la esquina de la sala tocando la guitarra, seguía tocando la misma canción.

— Gabi ven, ven — me llamó alguien. El tal Maxi. Ah, el traidor.

Me acerqué y estaba con otros dos niños que cuando me acerqué me quedaron mirando cómo si fuera no sé, un asado recién hecho. Puta la wea que odio a esos culiaos.

— ¿La dura eris la ex de el ese weon de allá? — preguntó uno de los que no cachaba. ¿Ese weon de allá? ¿Eskiusmi?

— Si, ¿Te molesta? — le contesté entera pesa.

— Es que estai como pa mi po — dijo el Maxi mirándome.

Me reí fuerte.
En su cara.

— ¿Yo? ¿Contigo? — pregunté y seguí riéndome. Pero de la nada me puse seria — Para empezar, nunca estaría con un weon que en la mañana te llama "amigo" y después te anda mirando a la ex y más encima te mira en menos, weon patético — le dije — Y por favor ten un poco de respeto por el Ignacio, será mi ex, pero sigue mereciendo el mismo respeto que cualquier otro.

Los weones me miraban con cara de aweonaos po, si eran weones que más podía pedir.

— ¿Alguna otra cosita que quieran preguntarme? ¿No? Dale bacán, no me vuelvan a hablar más — les dije antes de devolverme a mi puesto.

Weona yeta 2: Yetecidad al doble.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon