8. Decidiste dejarme.

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Narra Gabriela.

¿Qué mierda la ex del Ignacio? ¿Qué se creía la weona? Lo que nos haya pasado a nosotros es de nosotros y de nadie más. Cuando la vi me quería reír, pero donde vi que la mina estaba super decidida a defender al Ignacio con uñas y dientes me dio ternura. Que lindo que encontrara a alguien que lo defendiera. Aunque el culiao ya tenía la edad suficiente pa defenderse solo porque era na un pendejo, ya tenía 18.

No weonas, ni crean que en la fecha de su cumpleaños estuve el día llorando y debatiéndome si llamarlo o no, ni crean.

— ¿Que quería la Moira? — me preguntó la Arlett cuando llegué arriba.

— ¿La cachai? — pregunté. La pregunta weona, es obvio.

— Si, es la ex del Nacho — me contestó.

— Si caché algo. Es como un poco... ¿Histérica? — me reí — No sé como explicarlo.

— Ni tanto — se metió la Manu de la nada. La miré. Pa ser nueva la weona estaba re bien informá

— Cambiando de tema ¿Qué nos toca ahora? Estoy super perdida con el horario, ni se a que hora salimos hoy — pregunté. Más encima que el cambio de horario me estaba haciendo pico, again.

— ¿Ahora? Nos toca electivo, digo, música o artes. Depende. Como llegaste dos semanas tarde quedaste en música— me informó mi querido amigo.

— ¿Ustedes están en...? — pregunté.

— Artes — contestaron los tres a la vez.

Ahí esta mi lado yeta otra vez, gracias Dios.

Calmao, hoy día en la mañana... ¿Que no el Ignacio andaba con una guitarra en la mañana?

— No me weis — solté muy fuerte.

— ¿Algún problema señorita Gómez? — dijo la profe de Artes a mis espaldas.

Me di la vuelta lentito y le sonreí — No ¿Por qué pregunta? —le pregunté haciéndome la weona. Me miró feo y se llevó a los de artes al taller.

— Suerte — me dijeron los tres antes de irse.

Puta que la iba a necesitar.

[...]

— Ya oh Gómez venga para acá — se rindió el profe después de como quince minutos de súplicas. La wea es que todos ya sabían que hacer por las clases anteriores y estaban re metidos en sus cosas y sus instrumentos y yo con cuea se cantar. Ni la flauta se tocar así que le hinché al profe pa poder sentarme al lado de el y que me meta conversa un rato porque el cambio de horario me estaba matando y ya me estaba quedando dormida.

Me preguntó como me iba allá en Canadá, si en el colegio se hacían actividades relacionadas a la música, etc. Estábamos hablando y la psicóloga del colegio toca la puerta.

Note al toque como el profe se puso nervioso y antes de abrir la puerta se aclaró la garganta y se se arregló la corbata. Le hizo una seña con la mano para que entrara.

Caché al tiro que estaba pasando. El profe de música era joven y la psicóloga también po así que es normal que se atraigan. Los dos entraron cuando yo iba en octavo.

Cuando se fue lo quedé mirando y al darse cuenta se puso colorado. Me reí.

— Profe — lo llamé con un tono de voz cantado — Ya po ¿Que onda con la psicóloga? — pregunté con mucha curiosidad subiendo y bajando las cejas. Me miró feo y me encogí en la silla
— Sorry profe, nunca más — me disculpé.

Weona yeta 2: Yetecidad al doble.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum