Capturada Por Un Pirata •••COMPLETADA•••

C A P I T U L O 22.

"As for my girls, I'll raise them to think they breath fire" - Jessica Kirkland.

"En cuanto a mis niñas, las criaré para que piensen que respiran fuego" - Jessica Kirkland.

Velas negras.

Mi corazón pareció pararse y trastabillé mareada. Spade contuvo el aliento al examinar mi expresión que probablemente estaba pálida y sus ojos se abrieron sorprendidos antes de ceñirse interrogativamente. ¿Ellos? pareció preguntarme, y no supe que contestar, porque una parte de mí sabía que era ellos, pero la otra estaba paralizada. No sabía qué hacer. Desde hace años había planeado de todo para encontrarlos. Fui paciente, ahorré, ubiqué los puertos que buscaban una tripulación sin experiencias previas, Seguí los cursos de entrenamiento que me exigió Richard para poder defenderme. Había sido la mejor en todo. Y aun así, nunca me imaginé que llegaría éste momento.

Mi manos temblaron y sentía el sudor recorrer un camino desde mi cuello a mis pechos. La brisa marina hacía poco para calmar el calor del que era presa. Y mi visión se torno rojiza mientras veía como los piratas abordaban el barco a través de cuerdas y planchas de madera.

Spade soltó una maldición que me hizo alzar las cejas y cuando voltee mis ojos hacia él, me sorprendí de su expresión. Era dura, fría y calculadora. Era un hombre listo para matar y no sentir culpabilidad después.

Jonas se acercó a entregarnos espadas y una pistola a cada quien, las tomé resistiendo el impulso de robarle una espada a Benedict y quedarme triplemente armada.

Mis ojos vagaron por todos los hombres que comenzaron a invadir el Medusa buscando al hombre ingles. Intenté recordar con más claridad aquella noche, durante años pasé recordando cada facción del inglés que ordenó la muerte de mis padres, pero la información parecía difusa y poco fiable.

La desesperación me estaba carcomiendo por cada segundo que pasaba sin encontrar al asesino de mi familia. Pero entonces uno de los hombres llamo mi atención.

- Hijo de perra. - musité reconociéndolo al instante. No era el hombre ingles, pero si era el segundo al mando. Un hombre ya entrado en años probablemente rondando los cuarenta,  el sol le había quemado la piel, su cabello era negro y tenía una barba descuidada del mismo color, sus ojos estaban rodeados de surcos profundos y cicatrices que cubrían sus brazos gordos. Había perdido un dedo, noté con algo frío recorriendo mis extremidades, calmándolas. Satisfacción, me di cuenta. lo que sentía era fría y pura satisfacción.

- Charlie, espera. - Spade tomó mi mano reteniendo en mi lugar. No me di cuenta hasta entonces que había comenzado a caminar hasta que Spade me obligó a detenerme.

Lo fulminé con la mirada.

- Déjame, Spade.

- No. - dijo - vamos a pelear juntos y necesito que mantengas la cabeza fría o harás que te maten.

Aparté mi mano de la suya de un tirón.

- Esta es mi pelea. - gruñí rabiosa. Él no tenía derecho a interponerse entre mi venganza y yo. En realidad, todo el maldito mundo debería desaparecer, dejándome sola con aquel hombre directamente responsable por la muerte de las dos personas  que significaban más en el mundo para mi. Spade no tenía derecho.

- Se convirtió en mi pelea cuando te hice mía. - respondió él, ignorando mis miradas frías. Mi corazón se saltó un latido y me obligué a calmarme con respiración lentas.

Voltee la mirada y descubrí que estábamos él y yo solos, todos los demás parecieron desaparecer en su afán por no perder el control del barco. Spade era el capitán y un hombre de lo más dominante, el hecho de que estuviera a mi lado en lugar de pateando traseros era un claro indicio de su compromiso hacia mi.