Remember.

Capítulo 14.

{N/A: Hola chicas. Sólo quería disculparme por mi enorme tardanza a la hora de subir. No he tenido ni una pizca de inspiración a la hora de escribir. Por más que lo intentaba, cada vez que me sentaba frente a la pantalla del ordenador, no me salía nada y todo lo que escribía, acababa pareciéndome mierda. Y bueno, tras tanto intentarlo, este ha sido el resultado final. Este capítulo tampoco me convenve, además de que no tiene título porque no se me ocurría ninguno lol, pero sentía que no debía tardar más. Miles de disculpas, y si ni os gusta, lo comprenderé. Ah, y olvidada agradecerles por ¡LOS +20K DE LEÍDOS! Es increíble, y no entiendo aún cómo Remember haya podido llegar a ese gran número. xx}

Mi cabeza no cesaba de darle vueltas al tema respecto al repentino cambio de humor de Harry, las frías palabras de Zayn dirigidas a mi persona y el “misterio” ante aquel álbum. Realmente necesitaba despejar la incertidumbre que aquella situación había sembrado en mí; se suponía que mi encuentro con Harry despejaría mis dudas, sin embargo, había ocurrido lo contrario. Y tal vez deberíamos vernos de nuevo, tal vez...

 Revisé la hora en el reloj colocado en mi muñeca, el cual marcaba más de las nueve de la noche; el tiempo había volado y yo ni siquiera me había percatado de ello. La oscuridad se cernía por las calles y el viento había comenzado a soplar fuertemente. Acomodé mis manos dentro de los bolsillos de la chaqueta y cubrí mi cabeza con la capucha de la misma. Y a pesar de ello, el frío continuaba haciéndose presente en la superficie de mi erizada piel. Los coches rozaban las húmedas aceras a una rápidad velocidad, provocando así que unas pequeñas gotas de agua cayeran sobre la tela de mis pantalones, impregnándose en ellos. Las luces de varios locales alumbraban la larga avenida, y algunas risas lejanas se escuchaban a la distancia. Cabizbaja, continué caminando, deseando llegar pronto a casa y normalizar la temperatura de mi cuerpo.

Las numerosas voces se hacían más cercanas y notables, mas las ignoré completamente. Mi mente estaba colapsada y mi único objetivo en ese momento era refugiarme del gélido clima que se habría paso. Por un momento pensé en tomar un taxi, pero entre otras cosas, había olvidado los dígitos del teléfono de su servicio, por lo que mi idea se esfumó entre los soplidos del viento. Y tras cada expulsación de oxígeno que realizaba, una pequeña nube de vaho se hacía presente en el aire.

 —¡Abby! —Oí gritar mi nombre a varios metros. Giré mi cuello en busca de la voz originaria, chocando con el cuerpo de una persona a la que no deseaba a mi lado en aquellos precisos instantes. Por un momento, quise fingir que a mis oídos no habían llegado aquel sonido, pero él ya se hallaba cruzando la carretera, trotando hasta mí. Sonreí falsamente, obligando a mis comisuras a alzarse forzadamente; exhausta tanto físicamente como mentalmente, no encontraba las suficientes ganas de entablar una conversación con Jacob. —Eh, ¿qué tal estás? —Habló, tomándome de los hombros suavemente, frotando con ambos dedos pulgares sobre la tela de mi abrigo, mientras sonreía ampliamente —. Hace semanas que no hablamos. Bueno... —llevó una de sus manos tras su cuello, acariciándolo nerviosamente —no ha sido porque yo no quisiera.

Su mirada sostenía la mía inquieta. Mis pupilas se movían de un lado otro, en busca de una excusa con la que poder evitar permanecer más tiempo aquí, en busca de una escapatoria sútil.

—Lo sé, Jacob. Agradezco que hayas respetado mi decisión —Él asiente sonríente y de forma satisfactoria ante mi agrado con sus actos respecto a mi petición—. Pero el tiempo de hoy no es el mejor, y necesito darme prisa.