Nueva Casa, Nueva York.

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-Vamos Laila, llegarás tarde a tu primer día de escuela- gritó mi madre desde el piso de abajo.

Me levanté de mi cama y me cambié de ropa, me puse el uniforme del colegio, los colores eran verde y rojo, bajé a la cocina en pantuflas y miré a mi madre.

-Vamos Laila, apúrate, no tengo todo el día- dijo sirviéndose el café.

-No quiero ir a la escuela, y lo peor es que tengo que hacer nuevos amigos para no estar sola- me quejé- nos hubiéramos quedado en California, además mi blog estaba teniendo mucho éxito.

-Lo sé, pero no es mi culpa, puedes seguir escribiendo en tu blog desde aquí, así que deja de quejarte y ve a ponerte zapatos.

Fui de nuevo hasta arriba y me puse unos zapatos, agarré mi mochila y cuando bajé comí una tostada.

-Nos vamos- dijo mi madre, terminé la tostada rápidamente, cepillé mis dientes y corrí hasta el auto.

Al llegar a mi escuela bajé del auto y fui corriendo a la primera clase ya que había llegado tarde. Cuando entré pedí permiso y el profesor me dejó pasar. Al ver a mis compañeros, con los uniformes parecían todos iguales, pero había uno que me llamó la atención, un chico alto, de cabello de color castaño claro y los ojos azules. Me miró y me sonrió, como si supiera que al hacer eso mi cuerpo se iba a derretir de amor, pero no fue así, lo miré y subí una ceja, el chico se incómodo y volvió a mirar hacia adelante.
El único asiento vacío era al lado de un chico que estaba en el fondo, miraba su cuaderno, me senté al lado de él, y no hizo ningún movimiento, ni siquiera me miró.

-Hola! Soy Laila, y tú?- le pregunté pero no contestó.

No le hice caso, miré el pizarrón y me concentré en eso. El profesor comenzó a explicar cosas aburridas sobre las matemáticas. Mientras tanto yo hacía dibujos en mi cuaderno, algunos eran horribles, otros eran manchas o rayas y otros me salieron bastante bien.

-Me llamo Thomas, no me mires- dijo el chico que estaba a mi lado, le hice caso y seguí mirando hacia adelante- ese chico que viste al entrar es Mason Adams, el chico más temido de toda la escuela, su padre tiene un buen rango en la política y el chico lo saca a su provecho.

-¿Por qué estás con la cabeza hacia abajo?- susurré pero seguía mirando hacia en frente.

-Él es un idiota conmigo, si me muevo en la salida él me golpea, con los puños, o patadas, yo sé que puede ser tonto pero no quiero estar toda mi vida siendo golpeado por un inepto.

-Pero... muévete- ordené, seguía susurrando.

-No, no puedo hacerlo.

-Hazlo, al final del día te dolerá más el cuello que tu cuerpo, pero te aseguro que hoy no te golpearan- le dije, el chico de cabello castaño que se llamaba Thomas me miró con sus ojos azules.

-¿Cómo estás tan segura?

-Confía en mí- Thomas dudó pero luego levantó la cabeza, el chico que se llamaba Mason se dio vuelta y lo miró, sonrió, con desprecio pero lo hizo.

-A la salida me va a romper la cara- dijo, me miró a los ojos- espero que lo arregles.

-Lo haré, no te preocupes. Y dime, ¿por qué te hace eso?

-Él terminó con una chica y luego yo me puse de novio con ella, celos, supongo.

-Que idiota.

-Sí, pero lo sabe todo el mundo. Si vienes a esta escuela: o estás del lado de Mason o estás en su contra, y si es la segunda, pues cuídate porque te hará la vida imposible.

Al llegar el final de las clases traté de encontrar a Thomas, de arreglar el problema en el que lo metí, pero no lo encontré por ningún lado. Cuando me estaba yendo escuché unos cuantos golpes en los vestuarios de hombres, entré y vi a Mason con un grupo de chicos.

-Eso te va a enseñar a respetar las órdenes que te da tu jefe- dijo, luego se dio vuelta y me miró- bueno, bueno, acá tenemos a otra zorra, y ¿hoy qué harás?

-Eres un idiota, un completo idiota- fue lo único que pude decir, sonrió y se acercó.

-Yo soy Mason y tú la que barre el lugar antes de que yo lo pise- dijo, me empujó con el hombro y se fue, atrás de él iba toda su pandilla.

-Me dijiste que no iba a pasar esto- dijo Thomas que estaba en el piso con el ojo morado y sangre en la nariz.

-Thomas lo siento tanto, pero no te preocupes- le dije cuando estaba al lado de él y trataba de que se parase- yo me encargaré de ese inepto, tiene un punto débil y voy a encontrarlo.

-Suerte con eso- dijo Thomas cuando ya estaba estable y caminando, agarró su mochila y luego me miró- te voy a ayudar.

Blog:
Laila te ayuda.
Pues mudarme a Nueva York es toda una experiencia nueva, hace diez minutos llegué de mi nueva escuela y conocí a algunas personas. Una de ellas es un completo idiota, el niño rico y guapo de la escuela que se cree que es el rey de ahí.
También conocí a un chico muy bueno, él está siendo acosado por el idiota. Pero tengo un plan.
¡¡Pronto subiré los avances!!
Las quiere,
Lai.

Hola!!!
Espero que les guste esta nueva novela. Denle tiempo que se pondrá buena.

Voten, comenten y compartan!!

Nos vemos pronto y gracias por el apoyo.

La chica 457Where stories live. Discover now