Doing All Right

930 68 14
                                    

Siempre me había gustado como la ventana de mi cuarto daba hacia mi cama, cuando era media tarde y dormía, me gustaban los rayos de sol que penetraban entre las rendijas y llegaban a mi cara dándole calor. Mi antigua casa era muy oscura, siempre me quejaba con mi madre porque no podía estudiar a la noche. Esta casa es luminosa y bastante grande, me gusta ir por los pasillos de esta ya que son muy largos. Y lo que más amo de todo es cuando estoy en mi pieza acostada, haciendo cosas de la escuela o solo mirando mi celular, y que de la nada comience a llover. Así comenzó mi día, luego de despertarme la lluvia no paró. ¿He hecho las cosas bien hasta ahora?, ¿Lo hice todo bien? Sí, eso creo. Ayer no estaba en las mejores condiciones pero hoy siento que estoy haciendo lo correcto. Me apoyé en la ventana para ver cómo mi patio se convertía en una piscina, miré por ella y escuché como las gotas golpeaban contra el vidrio, tenía la sensación de estar mojada.
Mi celular hizo un ruido y eso me sacó de mis pensamientos, fui hasta mi escritorio y lo tomé. Era Thomas, por cuarta vez me llamaba. La verdad es que no estaba esperando llamadas de él, no tenía ganas de hablarle, sólo quería hablar con Mason. Quería decirle todo lo que sentí la última vez.
Luego de la fiesta, Thomas me llevó a mi casa, cuando llegamos él me comentó que tenga cuidado con Mason.

-No sabes que es lo que quiere hoy, tal vez solo juegue contigo para que lo dejes en paz.

-Sí, te haré caso- le dije pero por dentro seguía pensando en aquel maravilloso beso.

-Bueno, te dejo. Pero hazme caso.

Luego de eso entré a mi casa y pensé toda la noche sobre el beso. ¿Acaso Thomas decía la verdad?, ¿él me quiere proteger?, ¿estoy haciendo las cosas bien?. Volví a mi cama, me tapé completa y cerré mis ojos.

-Laila, despierta, soy yo... Mason- dijo una voz alejada.

Abrí mis ojos y no había nadie, salí de mi cama y me dirigí al pasillo. Y entonces ahí lo vi, mirando con una sonrisa seductora, estaba adelante de unos hermosos manzanos. Me acerqué a él, pero cada vez que lo hacía él se alejaba. Se escondió detrás de los árboles y cuando fui hasta ahí, él ya no estaba.

-¿En serio crees que te va a querer?

-Él es mucho para ti.

-¿Acaso crees que él te quiere como su novia?

-Busca a la chica 457.

Las voces se escuchaban por todos lados, me puse las manos en mis oídos y salí corriendo. Llegué a la parte más alejada del bosque, está era totalmente oscura.

-Déjalo en paz, él es mío.

Gritó Megan a todo volumen, y entonces mis ojos se abrieron. Desperté. Creo que mi cerebro no entiende nada de lo pasa, al igual que yo. Me levanté, me puse un abrigo porque había refrescado, ahora llovía mucho más fuerte, las gotas que golpeaban la ventana venían en manada. Bajé las escaleras para ir a buscar algo de comer, que suerte que falté a la escuela, no me sentía muy bien para ver la cara de todos, sabía que a muchos había defraudado. De todas maneras ahora me siento mejor, aunque aquel sueño me dejó en qué pensar. Tomé un bol y me di cuenta que no sabía que era lo que quiera para comer, así que me serví unas frutas hasta que recordé que quería cereal.
Mi celular comenzó a sonar de nuevo, lo agarré y me fijé quién me estaba hablando. Era el restaurante Chino que me avisaba que mi comida ya estaba por enviarse, que bien. Dejé mi plato de frutas en la heladera para no llenarme y poder comer toda la comida. Luego de unos minutos tocaron el timbre, agarré un poco de plata que había sobre la mesa y fui a abrir la puerta.

-Hola- dije al abrir la puerta, miré mi mano y dije- la verdad es que no recuerdo cuánto es la cuenta...

-Hola- dijo.

La chica 457Donde viven las historias. Descúbrelo ahora