Deshecha.

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Me levanté de la cama con mis ojos tan hincados que no podía ver casi nada, me dirigí al baño y me lavé la cara. Thomas no contestaba mis llamadas, estaba preocupada de que me odiara. Espero que hoy podamos hablar en la escuela y solucionar el tema.
Me acerqué a la computadora y abrí mi blog, tenía cientos de mensajes y me gustas, cada vez crecía más y eso me enorgullecía.
Me vestí y bajé a desayunar, faltaban diez minutos para que comiencen las clases y ya sabía que estaba llegando tarde. Tomé mis cosas y fui hasta allá.
Entré en mi primera clase veinte minutos después de que comenzara, el profesor me miró y yo le sonreí. Vi dónde había un lugar libre, era obvio que Thomas se había sentado con alguien para no estar conmigo, Megan. Me dirigí a una fila del medio en donde había una chica que no conocía, Thomas ni me miró. Más a lo lejos estaba Mason con su sonrisa diabólica.

-Laila espero que sea la última vez que llegas tan tarde e interrumpes la clase- dijo el profesor, yo asentí con la cabeza pesada.

Cuando terminó la clase tomé mis cosas y salí del aula atrás de Thom, él era muy rápido pero conseguí alcanzarlo.

-Oye...- dije pero me frenó.

-No quiero escucharte, no por ahora- se dio media vuelta y se fue por el pasillo.

-Parece que te odia- dijo Sam apareciendo por mi derecha- ¿Qué le ocurre?

-Yo soy la razón.

-¿Tan mal?, ¿le rompiste un póster o algo?- dijo y luego rió.

-Peor. Igual ya no pienso en eso, se ve que él no quiere escucharme.

-¿Y qué vas a hacer para que lo haga?- preguntó, la miré.

-Le daré la solución a sus problemas- saqué de mi saco el pendrive que me había dado Mason.

Saludé a Sam y me dirigí a mi casillero, sacaría algunas cosas para la siguiente clase. Unos metros más al costado estaba Mason hablando con una chica, está era rubia y tenía una bella sonrisa.
Tal vez me sienta mejor si le doy el dispositivo a Thom, pero no quería que eso fuese un virus y terminara arruinando toda la computadora de él. Decidí guardarlo en mi campera de nuevo y más tarde vería que hacer.

La siguiente clase era matemática, así que fui hasta el aula un rato antes para conseguir lugar. Allí estaba Megan mirando su celular, pensé que era una buena oportunidad para hablar con ella. Me acerqué y ella me sonrió.

-Laila, hola, ¿cómo estás?

-Todo bien, ¿y tu?- respondí, ella miró hacia el costado.

-Pues bien- suspiró.

-¿Segura?

-Yo sé que tú eres amiga de Thomas, ¿me darías un consejo? -abrí mis ojos- Si te incomoda, no.

-No, está bien, dime.

-Pues, él está medio... pues no lo entiendo, está como triste pero enojado y no sé qué hacer- dijo, esa era la misma pregunta que yo tenía- siento que me odia.

-No te preocupes, no es a ti a la que odia, además Thomas es bueno. Regálale un café con canela y miel, a él le gusta- dije.

-Muchas gracias, me has salvado.

-¿Te gusta?- dije y ella se sonrojó.

-¿Tanto se nota?- le sonreí y me senté atrás de ella.

Al terminar la clase Megan fue a buscar ese café, Sam se me acercó, íbamos a ir a mi casa pero ella me comentó que su perro estaba enfermo. Así que la despedí y me fui para mi casa, no sin antes ver como la cara de Thomas se emocionaba por el café, miré hacia la izquierda y ahí estaba él, en la salida, él abrazó a Megan y ella le dijo algo, luego su cara se transformó, y sonrió forzado. Miré para delante y seguí mi camino, no pararía hasta llegar a mi casa.

Al llegar me hice un té y subí a mi cuarto, prendí mi computadora y puse mi blog, iba a comentar algo de que tan difícil es gustarle a alguien, pero mientras que lo redactaba me acordé de que tenía el pendrive en mi bolsillo. Lo saqué y lo observé, y en un momento ya lo tenía conectado a mi computadora. No sabía si hacerlo, no quería saber todo sobre Thomas pero me intrigaba. Cliqueé y me aparecieron todos sus datos, fui a sus archivos y miré lo que tenía, su información recorría desde mis manos hasta mis pies como una droga que necesitaba sí o sí. Hasta que frené en una carpeta que me llamó la atención, esta estaba nombrada como Mason; con el ratón me acerqué y la apreté, fotos, videos, mensajes, datos, todo estaba ahí. Thomas conocía a Mason desde hace mucho, pero nunca me dijo que había sido amigo de él.

Me quedé mirando la pantalla impactada, ellos tenían fotos y videos divirtiéndose de chiquitos, es más, fueron amigos hasta los dieciséis.
En una de las carpetas que estaban dentro de la de Mason había un número que me llamó la atención. Este era el 457, cliqueé para ver de qué se trataba. Thomas tenía la lista de Mason con todos los nombres de las chicas con las que estuvo, además tenía fotos e hipótesis de quien podía ser la chica 457.
Y como si fuera poco, mi nombre estaba ahí, al parecer me había investigado antes, él quería ser mi amigo, él lo había planeado todo.
Y en un parpadeo, todos los datos se borraron, Thomas lo había descubierto, me estaba hackeando, sabía que lo había visto todo.

Hola! Perdón que tarde en actualizar pero espero que les guste.
Denle me gusta, comenten y compartan que me ayudan mucho.

Díganme si les está gustando como va la historia, ¡l@s leo!

Nos vemos.

La chica 457Where stories live. Discover now