Otra Fea Historia De Amor.

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Era sábado por la mañana, había arreglado con Sam para ir a la fiesta de Ryan Evans, un chico de la escuela que era súper popular por hacer las mejores fiestas. Era la primer vez que iba a ir a una de sus fiestas y estaba muy ansiosa.
Estaba tomando un café con galletitas y a mi lado estaba mi computadora, estaba pensando en qué podía subir este fin de semana; estaba tratando de subir una por cada domingo porque me era complicado hacerlo todos los días. Había pensado en hablar sobre la fiesta, así que le pregunté a mis seguidores si estaban de acuerdo y me dijeron que sí, así que decidí que este sería mi tema del domingo.
Me iba a ir a bañar para estar bonita para hoy a la noche pero mi celular sonó, era Mason; decidí esperar y lo vería después de bañarme.
Cuando salí, me fijé y tenía cinco mensajes y tres llamadas, al parecer necesitaba hablar conmigo, me llamó de nuevo y le contesté.

-¿Por qué me llamas?- pregunté.

-Hola, buenos días para ti también, dime ¿por qué no respondiste?

-¿Qué te importa? ¿Qué quieres?

-Dime por qué lo hiciste, ¿por qué la trajiste a la ciudad?- dijo enfadado.

-No se de que hablas.

-Trajiste a Barbara a la ciudad, no sabes lo que has provocado- dijo y me cortó.

Bajé mi celular y lo dejé en el escritorio. Así que Barbara había vuelto, eso mataría a Thomas... y a Megan.
El timbre de mi casa sonó y le grité a mi madre para que abra mientras yo me terminaba de cambiar. Era Sam, habíamos hablado para juntarnos un tiempo antes de la fiesta para arreglarnos juntas.

-Hola, hola- dijo Sam mientras que entraba a mi pieza- ¿estás mentalizada para lo de hoy?

-Claro que sí- dije mientras reía, ella buscó unas cosas en su bolso.

-Mira lo que traje- dijo y sacó una botella de vodka y otra de gaseosa.

-¿Qué estás haciendo? Y ¿cómo lo conseguiste? - pregunté, ella me miró impactada.

-Pues tomaremos antes de ir, y tengo contactos- dijo y me miró como si fuera obvio- ¿acaso nunca tomaste alcohol?

-No, siempre fui a fiestas pero nunca me interesó eso.

-No puedo creer que sea tu amiga- dijo y dejó las botellas de nuevo en su lugar- está bien, te voy a aconsejar una sola cosa, no tomes tanto pero disfrútalo.

-Está bien- dije pero no confié mucho en mi respuesta, y ella tampoco.

Cuando se hizo más de noche y nos comenzamos a preparar, Sam preparó su trago y comenzó a tomarlo. Yo seguía con mi maquillaje pero ella posó el vaso en mi cara, lo agarré y le di un sorbo. Me sorprendió que no sabía nada mal, es más ni se sentía el sabor a alcohol, pero de todas maneras se lo devolví.
Cuando se hizo hora de la fiesta, fuimos hasta allá.
Al llegar nos encontramos una casa enorme y una cantidad de gente que no se podía contar. Entramos a la casa y fuimos hacia la barra, pedí el mismo trago que me había hecho Sam.
Comenzamos a bailar y hablar de cosas sin importancia, Sam parecía que estaba buscando algo todo el tiempo.
Cuando le di el último sorbo a mi trago, me di cuenta de que Sam ya no estaba conmigo, así que decidí que la iba a ir a buscar. Fui hacia arriba y hacia abajo, de un costado al otro, pero no la encontraba. Fui a buscarla por un pasillo alejado de la cocina, pero me encontré con otra cosa, era Thomas y estaba hablando con una chica, alguien que yo nunca había visto. Luego de observarlos por un tiempo, me di cuenta del estilo rock hippie de la chica, era Bárbara. Decidí salir de ahí corriendo antes de que me vieran, fui hasta el patio, este seguía lleno de gente, tal vez más que adentro, estaba tratando de cruzar para entrar por el otro lado a la casa cuando me encontré con algo peor de lo que había visto adentro, era Sam y estaba besándose con Mason.
Entré de nuevo a la casa y decidí que iba a tomar otro vaso de aquel trago, cuando me lo dieron lo tomé lo más rápido posible, no fue una buena idea porque ya me sentía muy mareada.

-Oye, ¿estás bien?- me preguntó Thomas cuando vio que casi me caía.

-Pues sí- llegué a decir, él me agarró de la cintura.

-¿Qué tomaste? Estás destruida.

-Pues una copita de algo- me miró decepcionado- No tienes que cuidarme, yo lo sé hacer sola.

-No es caridad lo que estoy haciendo, estoy ayudando a una amiga- dijo, hice media sonrisa.

-Así que, Bárbara llegó, ¿de qué hablaron?

-No te voy a decir Laila- dijo y me sentó en un sillón.

-No pareces un amigo, no lo pareces- dije y él me miró a los ojos pero luego se fue.

Miré hacia el suelo, me quedé pensado en qué tan mierda es mi vida. Me levanté y decidí que iba a volver a mi casa, la verdad es que no tenía auto y no conocía un teléfono de taxi, así que decidí que iba a ir caminando. Salí de la casa, lo vi a Mason hablando con una chica, él me miró y me sonrió, evadí su cara y seguí caminando.

-Laila, espera- dijo y corrió hacia mí- ¿Qué andas haciendo?

-Me voy Mason, ya vi suficiente de la vida de todos.

-Pero estás borracha, no vas a lograr dos cuadras sin perderte, ven yo te llevo- dijo y me tomó de la mano, yo sé la saqué.

-No quiero la caridad de nadie, estoy harta de estar rodeada de gente que se hace mal entre ellos.

-¿De qué hablas?

-Sé que sabes que Barbara está en la fiesta, y que fue a hablar con Thomas, y tú mientras tanto estabas besando a Sam, no quiero que la uses- dije y seguí caminando, él caminó al lado mío.

-No sabes cómo fueron las cosas, Sam vino a mí para pedirme otra oportunidad, le dije que no pero ella me besó.

-Ay pobrecito te besó y no pudiste resistirte- dije burlándome, él me miró con una ceja arriba.

-Está bien, me lo merezco pero así fue. Y por lo de Bárbara, ya no me importa, lo superé hace tiempo.

-Y ¿por qué me llamaste hoy?

-Barbara, como te dije, es una chica muy especial, es muy simpática, buena y hermosa. Pero es una mala persona, no te conté todo lo qué pasó con ella y no lo voy a hacer.

-Entonces, ¿no te cae bien?

-Pues, llegué a odiarla, pero Thomas la amaba mucho y eso nos separó.

-Entonces, ¿ella no es la chica 457?- él echó aire por la boca.

-Basta con eso, además no es tan difícil saberlo, siempre estuvo debajo de tu nariz.

Él paró de caminar, me miró y sonrió. Mi corazón comenzó a latir a mil por hora, sentía como mis mejillas se sonrojaban, él se acercó, puso su brazo en mi hombro, y luego se aproximó a mi oreja.

-Ya llegamos a tu casa- mi corazón paró y se enfrió.

-Gracias- dije y fui hasta la puerta- ah, me olvidé de algo- me acerqué hasta él y le di un beso en la mejilla, se puso todo rojo- eres un muy buen amigo.

Volví hasta la casa, entré y me tiré en el sillón, ya no sentía mis piernas.


Hola!! Perdón por tardar tanto pero estuve ocupada.

Espero que les haya gustado mucho.

Comenten, pongan favorito y compartan, se los agradecería.

Nos vemos!!

La chica 457Where stories live. Discover now