31: ¿AHORA LA DEFIENDES, ZAYN?

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PARTE 4/5 "PERRIE EN LA CIUDAD"

No me esperaba respuesta tan salvaje. Liam le había dado un giro de cien ochenta grados a la fiesta y esto se estaba volviendo un lugar de asesinato. Cuando mejor pude, observé como Perrie regresaba la furiosa mirada. Voltee hacia Charlotte y miré en sus ojos, el brillo de una idea perversa.

— Perrie... tu reto es. Besar a Zayn. —

Todos nos impactamos. Yo más. Liam asintió.

— Es un reto, está bien. — Al parecer las copas le habían hecho algún efecto, se estaba volviendo más amable con Perrie.

Esta se acercó, tomó su pelo en una coleta y tomó mi nuca. Posteriormente, pegó mis labios a los suyos. Diablos, no recordaba que tan delicado era besar a una chica. No era ni el mismo sabor ni la misma textura a besar a un hombre. Besar a una chica era como pegar tus labios en una hoja de papel que se movía y el sabor era algo dulce. Mientras que besar a un hombre siempre había sido para mi como tallar tus labios en una superficie más rugosa, mientras que el sabor era deliciosamente semi-amargo.

Me intenté de separar y Perrie me jaló de nuevo, a lo que cedí. Pasó mucho tiempo. Liam tomó la botella de cristal del juego, la arrojó a la pared y se levantó, retirándose del lugar.

Hice a Perrie hacia atrás, mientras corría detrás de mi novio. Ninguna chica me volvería a hacer sufrir como lo hizo aquella.

Se encerró en el baño de huéspedes, escuché como se recargó en la puerta e hice lo mismo.

— ¿Qué pasó? Te escuchabas muy complacido a jugar a la mala con Perrie. —

— ¿Ahora la defiendes? ¿Qué hizo esa pendeja rubio oxigenado para ganarte su amor? ¡OH SÍ, YA SÉ! ¡OBLIGARTE A HACER UNA DESICIÓN QUE A MUCHAS PERSONAS LES TOMA UNA VIDA POR HACER! ¡TE CORTÓ Y TE SACÓ DEL CLÓSET! — Podía traducir casi las lagrimas de mi novio.

— También gasté mucho dinero en una pizza por nuestro aniversario y no comió ni comí nada. —

— ¡ME IMPORTA UN... UNA NEURONA EN EL CEREBRO DE CHARLOTTE TU PUTA PIZZA! —

Creo que una neurona en el cerebro de Charlotte era científicamente imposible. Guardé silencio un rato y escuché como abría el seguro. Le encontré llorando, con la ropa humeda de haberse sentado en aquel espacio.

— Ven, vamos a ponernos la pijama. — Tomé su mano y le llevé a nuestra habitación. 

zayn, eres gay - ziamWhere stories live. Discover now