Parte 3

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Mientras la mordida cerraba dolorosamente y se iba tornando de un color dorado como el mismísimo oro, el omega intentaba llevar una vida normal; evitando hacer contacto alguno con alfas desconocidos -lo que era algo tonto, pues ningún alfa sería tan estúpido para coquetearle a un omega marcado-, colocándose todos los abrigos yacentes en su armario y el de Rod, rompiéndose la cabeza en busca de una solución, intentando sobrevivir a los pinchazos de su omega queriendo un alfa...

Era uno de esos viernes por la noche en el que los padres Malik salían a cenar como pareja y Doniya aprovechaba para irse a cualquier lugar con su novio alfa, dejando así a los gemelos solos en casa.

Zayn, luego de una merecida fiesta tras pasarse toda la tarde realizando deberes escolares, decidió bajar a la cocina por un refrescante vaso de jugo.
Descendió los escalones y caminó adormecido hasta la habitación, con los pies enfundados en calcetas de dinosaurios, vistiendo su camiseta roja de Angry Birds y unas bermudas grises de algodón que usaba para dormir.

Cuando el dulce líquido descendió a través de su garganta, fue invadido por aquel sentimiento placentero; se sentía como si hubiese muerto y regresado a la vida. Luego de breves estiramientos, tomó asiento en la mesada de un brinquito, colocándose de piernas cruzadas y continuando su bebida.

Otra vez la mordida ardió. Soltó un doloroso gemido mordiéndose el labio mientras toqueteaba la marca en su clavícula... ¡Dolía. Dolía como el infierno repleto de demonios!

"Zay" la voz del hermano lo sacó de su ensimismamiento. Volteó a verle y le temblaron las manos al notar cómo él le tendía el celular "Es Liam" murmuró incómodo. El moreno bajó de la superficie y salió de ahí con el teléfono en mano.

"¿Por qué estás asustado?" Fueron las primeras palabras que le dedicó el alfa en cuanto colocó el aparato en su oreja. Se dejó caer sentado en las escaleras y comenzó a peinar su mechón azabache nerviosamente. Odiaba tanto que el alfa creyera conocerlo tan solo por haberlo mordido. ¡Sí, tenían un lazo! ¿Pero eso qué? Habían tantas cosas que aprender acerca de Zayn; cientos de curiosidades increíbles que sólo los más cercanos conocían... Y él, un chico ignorantemente estúpido, poseía el descaro de creerse el dueño de las cartas.

"Por favor, sólo dime qué quieres a cambio de dejarme en paz" rogó usando ese tono bajito que engrandeció el orgullo del alfa; el oírlo suplicar lo hacía ver tan pequeño, pero nada más que una risa irónica brotó de su garganta.
El pecho del azabache en serio dolió.

"Ya tomé lo que quería" hizo saber, provocando la aparición de imágenes de aquella noche en la cabeza de ambos "Tu virginidad, tu omega, tu orgu-" empezó con un tono rudo, mas Zayn intervino aterrado.

"Ya entendí" le cortó saboreándose los tersos labios. Liam sonrió deseando tener al omega frente a él para verle debilitarse una vez más y no se hizo de imaginar.

"Quiero verte, cachorrito" Zayn tragó saliva. Cómo anhelaba poder arrancarse el lazo de una buena vez. Cuán ansioso estaba por morirse y deshacerse de los constantes problemas que conformaban su vida.

>"Te espero el sábado en mi casa. Ponte bonito para mí" acordó por sí mismo, y sin esperar la mínima respuesta, colgó, dejando a Malik totalmente hundido en un lío de pensamientos.

Los días pasaron. No se dignó a hablar con nadie acerca del tema.
Él no iría; tenía demasiado trabajo que hacer en la escuela y llegaba demasiado cansado a casa.

Él no iría; se sentía muy poco confiado estando junto a ese alfa.

Él no iría; podría perderse en la gigantesca mansión.

Él no iría; se negaba a ser utilizado nuevamente.

Él no iría; la situación ya le parecía demasiado.

The Bite  [ZIAM]Where stories live. Discover now