Parte 13

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La calidez de la mañana azotaba las ventanas de los que aún dormían; la fresca brisa primaveral movía las amarillentas hojas de los altísimos árboles; las calles solitarias se llenaban de personas; las estaciones de tren comenzaban a recibir personas que ansiaban llegar a otro lado; el ruido de la ciudad resurgía... Muchas cosas ocurrían allá afuera, pero ellos estaban encerrados en una burbuja; ajenos a todo lo exterior; derritiéndose de amor; acurrucándose contra el otro; muriéndose por el simple hecho de tenerse mutuamente; adorarse tanto que fueron capaces de arrojar la culpa al vacío y darse una nueva oportunidad sin dudarlo medio minuto.

Porque Liam amaba besarle los labios, acariciarle la cintura, olisquearle la piel y llenarse los pulmones con su dulzón aroma, tan único e hipnótico.

Porque Zayn se deshacía completamente entre sus protectores brazos cuando ambas bocas chocaban juntas y lo sentía más cerca que nunca.

Porque se querían demasiado; se anhelaban como el celeste cielo a las blancas nubes; la brillante luna al resplandeciente sol; los grandes árboles a las marchitas hojas esparcidas por el suelo durante el otoño; un frío corazón a un cálido pecho que le brinde refugio; un desprotegido omega al alfa de su vida...

Ese par de chiquillos tontos que cometieron graves errores, debían remediarlos juntos y sólo el infinito amor que tenían para darse los mantendría lo suficientemente fuertes para lograrlo.

Los labios del mayor se sentían demasiado bien mientras tomaban los suyos con tersura. El omega aferraba las pequeñas manos a los hombros de su alfa, respirando profundamente en cada apacible embestida que era guiada por el castaño colocado sobre él.

Liam mecía las caderas suavemente, respirando en profundas bocanadas que le pegaban directo al rostro del azabache, haciendo sus alientos mezclarse cuando cortaban el besuqueo para tomar algo de aire.

Ver la carita de Zayn reflejando todo el placer que le llegaba al cuerpo con una simple estocada era uno de los incontables detalles que enamoraban aún más al alfa. Escucharlo suspirar en su oído, observarlo mordisquearse los labios o sentir los delgados dedos aferrándose a su espalda, podía añadirse a la interminable lista. Pero saber que le pertenecía en cuerpo y espíritu era infinitamente mejor que sacarse la lotería.

El omega de maravillosos ojos mieles; ese pequeño ángel que arrastró a su vida de la manera más egoísta e irresponsable, terminó sujetándolo del cuello y doblegándolo a su favor.

Zayn podría pedirle que se lanzara de un acantilado y él lo haría sin refutar.
Por eso lo adoraba con toda su alma; estaba enteramente seguro de que el cachorro jamás le pediría algo así, porque él lo amaba y no paraba de decir -y demostrar- cuánto lo necesitaba a su lado; cuidándolo, mimándolo, cubriéndolo de su intenso aroma...

El querubín de pelo negro soltó un agudo gemido, enredando los dedos de una mano en la melena castaña del alfa. El cálido miembro pulsando esa débil zona del ojimiel que los arrastraba a la inconsciencia del Nirvana.
"Uhm" Zayn gruñó, apretando los párpados con fuerza. Su alfa no necesitó más que eso para agilizar las embestidas, penetrándolo profundo y provocando que ambos jadearan.

Labios llenos chocaron contra los suyos cereza, iniciando un nuevo beso que los empujó directo al orgasmo; exhaustos, sudorosos, con los músculos entumecidos, pero finalmente más juntos que nunca.

Liam aulló por lo bajo, ocultando el rostro en el cálido pecho del omega para evitar ser escuchado. Sus manos cálidas acariciaron la curvada cintura del azabache mientras sentía el agitado aliento ajeno chocar contra su enmarañada melena durante unos largos veinte minutos en los que Zayn no paró de quejarse por el lacerante nudo.

The Bite  [ZIAM]Where stories live. Discover now