Capitulo 15 B

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Ella se rió mientras él volvía a sentarse a su lado ¿Qué objeción podía ponerle al hombre más cariñoso y más romántico del mundo, y a la ciudad más bella de cuantas conocía? No puso ninguna pues ni siquiera se le ocurrió que pudiera haberlas.

-Quiero venir aquí en nuestra luna de miel, si llega el día- susurró mientras pasaban bajo otro puente, casi en un trance- Quiero decir si nos casamos.

-Ahora te escucho- dijo él lleno de júbilo. Y en ese momento se detuvieron frente a unos escalones de piedra en lo alto de los cuales había un restaurante. El gondolero los ayudó a desembarcar, y Natsu entró en el local cogido del brazo con Lucy- El conserje del hotel me dijo que es un sitio tranquilo y discreto. Vienen sobre todo venecianos. No es de lujo pero parece que está muy bien.

El establecimiento era pequeño y no había mucha gente. El encargado los acompañó hasta una pequeña mesa situada al fondo. Nadie les prestó atención y pudieron cenar tranquilamente, sin que nadie les molestara. Natsu dijo que de momento la prensa lo dejaba en paz, aunque Lissana había causado cierto revuelo al divulgar absurdas historias que las revistas no se privaron de publicar, pero solo los habían molestado un día en el plató y después ya nada, para gran alivio de todo el mundo. Natsu no explicó de qué historias se trataban, simplemente dijo que eran insignificantes, cosas típicas de Lissana. Por lo viso la actriz quería ser la abeja reina del plató en cada película que rodaba, cosa que a él no le importaba siempre y cuando se supiera sus frases, fuera puntual y no entorpeciera el rodaje por ningún motivo. Natsu dijo que le gustaba mucho Venecia pero que confiaba en regresar lo antes posible y que, de momento, la película estaba cumpliendo los plazos previstos. Iban a rodar en la plaza de San Marcos y dentro de la basílica, lo cual requería un sinfín de permisos pero el ayudante de producción italiano era un genio a la hora de solucionar este tipo de dificultades. 

Mientras charlaban, de vez en cuando Lucy sentía que le entraba un poco el sueño. Estaba completamente desorientada en cuanto a la hora, pero por otro lado la velada no podía ser más placentera. Saliendo del restaurante, fueron a pasear por la plaza de San Marcos y luego regresaron al hotel en la góndola. Lucy ya no podía aguantar los bostezos y los ojos se le cerraban, por más que intentara mantenerlos abiertos. Llevaba muchas horas despierta y en Italia era medianoche. El viaje le había hecho perder ocho horas de sueño, pero había sido por una buena causa.

Natsu no pudo hacer le el amor, Lucy se quedó dormida al instante. La contempló durante un rato, con una sonrisa en los labios, y luego se acurrucó junto a ella. Tener a Lucy allí era como un sueño para él. Durmieron casi el mediodía siguiente. El sol entraba a raudales por las ventanas, y después de hacer el amor, se pusieron en marcha.

Natsu la llevó a almorzar al Harry's Bar, un sitio que siempre le había gustado. Ella pidió risotto milanese, como solo allí sabían hacerlo, con mucho azafrán y él una ensalada de langosta. Hablaron de lo que harían por la tarde. Natsu había alquilado otra góndola, porque era más romántica que el motoscafo que utilizaba a diario, por más que este fuera más rápido y práctico. No tenían ninguna prisa; fueron a visitar el Palazzo Ducale y admiraron el campanile de la basílica. Después pasearon por los Jardines Reales y visitaron varias iglesias antes de regresar al hotel. Decidieron pedir la cena al servicio de habitaciones, pues él tenía que estar en el plató a las seis de la mañana siguiente, para pasar por peluquería y maquillaje. Ella le había prometido acompañarlo, al menos el primer día. Después se dedicaría a explotar un poco la ciudad por su cuenta. Aun siendo tan pequeña, Venecia estaba llena de tesoros, y Lucy no quería ser un estorbo mientras él estuviera trabajando.

Natsu viajaba casi con lo puesto y nunca se rodeaba de séquito. Decía que no necesitaba un ayudante siempre y cuando el conserje del hotel fuera bueno, y el Gritti Palace era célebre por su extraordinario personal. Siempre utilizaba el servicio de peluquería y maquillaje del plató. Para tratarse de una estrella mundial, era muy poco exigente, por no decir nada, y en absoluto pretencioso. Aseguraba preferir que no le estuvieran encima. Por el contrario, Lissana se había llevado a su peluquero personal, dos maquilladoras, su hermana, dos ayudantes y su mejor amiga. Era conocida por las largas listas de requisitos que les pasaba a los productores antes de firmar un contrato.

Tiempo Prestado  [Adaptación Nalu]Where stories live. Discover now