Capitulo 11: Siempre juntos

8.4K 419 26
                                    

A las seis de la mañana estábamos tomados de las manos, él me miraba los labios y yo también. Teníamos rifles en la mano contraria y mochilas en la espalda, estábamos apuntó de irnos de este lugar tan seguro.

Sabíamos que no nos pasaría nada si estuviéramos todos juntos, teníamos la esperanza de encontrar a mi familia y a Lauren.

-Es hora de irnos...- Chandler miró al rededor de la casa- . Júrame que estaremos siempre juntos- me miró a los ojos y me tomo delicadamente el mentón.

-Lo juro- sus ojos hacían enamorarme cada vez más. Me abrazo fuertemente y después me besó durante algunos minutos.

Caminamos a la entrada y cerramos la puerta. Los cuatro nos estaban esperando.

-Los bolsos ya están en la camioneta...

Andrew empezó a conducir lejos de la granja, Max miraba hacia atrás como un cachorro recién adoptado.

-Lauren Cohan, ¿dónde podrías estar?- dijo Norman mientras fumaba.

-Busquemos en su casa- dijo Steven.

-¿Conoces su dirección?

-Una vez fui a su casa.

-Es mi idea o ustedes tenían una relación en secreto- Andrew miró rápidamente a Steven para oír su respuesta.

Él se quedó en silencio y todos supimos que así era.

Cuando entramos a la ciudad todo estaba horrible, las calles con sangre y cuerpos en todo el lugar. Habían infestados en el centro, teníamos que pasar por al rededor. El olor era increíble y ni hablar del paisaje.

Llegamos a la calle que nos dijo Steven. Norman entró con el enamorado y yo, no había nada dentro de la casa.

-¿Encontraron algo?- dijo Chandler y Andrew al unísono.

Los tres movimos la cabeza.

Andrew estaciono la camioneta en un lugar seguro. Max se quedó cuidando el auto con Magnus, Norman y Andrew revisaron las tiendas, y yo con Chandler buscamos en lugares cerrados. Nadie encontró nada.

-La biblioteca más grande de Atlanta- dijo Chandler apuntando a aquello- solía venir aquí con mi padre, amaba leer.

-¿Podemos entrar?- cuando pregunte ya rompió el candado.

Entramos como policías en una película de acción. No había nadie así que nos acercamos a los estantes.

-El retrato de Dorian Gray, un clásico- le dije a la vez que tomaba el libro.

-Mi padre lo tenía- cada vez que lo mencionaba su voz era baja y triste. Debe estar muy apenado por estar tan lejos de ellos-. Estoy tan arrepentido de haber sido tan mal agradecido con ellos, me fui de casa a los quince y ellos se mudaron a Inglaterra, desde ahí que no los veo y no he mantenido contacto con ellos- nunca lo había visto llorar de tal forma.

Levante delicadamente su cabeza para que sus perfectos ojos me miraran, después roce mis labios con los de él y le di un tierno beso que lo hizo sonreír.

-Tenemos que encontrar a tu familia, ___- yo asentí-. Toma los libros que quieras y larguémonos de aquí.

Me guarde tres libros en la mochila y fuimos a donde estaban los demás.

-¿Encontraron algo, alguna pista?- los dos movimos la cabeza.

-¿Por qué se demoraron más que Andrew y Norman?- preguntó Max entre dientes.

-¿Tú qué crees?- le respondió Chandler sarcásticamente.

Cuando era hora de almorzar sacamos la comida envasada. Nos sentamos en nuestros puestos y empezamos a comer como carnívoros.

Después de recorrer distintas calles y matar algunos infestados que se encontraban en nuestro camino se empezó a oscurecer. Max nos dio la idea de estacionarnos en un lugar un poco más allá de la ciudad, cerca de unas casas en construcción.

Después de la cena nos cubrimos con mantas y almohadas. Cada uno tenía una pistola en su regazo por si sucede algo inesperado por la noche.

-Duerme bien, bonita- se despidió Chandler con un beso llamando la atención de Max.

-Buenas noches, duerman cómodos- expresó Andrew.

Mis ojos se iban cerrando lentamente hasta quedarme dormida. Después desperté por unos ruidos del exterior, mire a mí al rededor y todavía era de noche, además Max no estaba. Tome mi pistola y salí de la camioneta. Camine buscando a Max y no estaba por ninguna parte. Cuando estaba apunto de regresar sentí unas manos en mi boca y un cuchillo que amenazaba mi cuello.

-No te escapes preciosa- dijo la desconocida voz que apretaba con sus sucias manos mi boca bruscamente.

¿Realidad o serie? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora