Capitulo 12: La identidad de Max

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Los aires fríos de la noche recorrían mis brazos, sentía que mi corazón corría millones de kilómetros. No le podía ver la cara a aquel desconocido pero era mayor, lo sabia por su voz ronca y fuerte. No estaba solo, eran como siete los que venían con él, ellos me miraron y sonrieron complacidos.

-Valla, parece que el chico tendrá una buena recompensa por esto- dijo un hombre de aspecto mucho mayor que los demás-. Vayan por los otros.

Estaba temblando, los demás también estaban en peligro y todo por mi, le advertí a Chandler que no me acompañara.

Los cinco hombres tomaron a cada uno quitándole las armas. Norman, quien se había acostumbrado a la personalidad de Daryl, reaccionó igual que él.

El hombre que me sostenía se dio vuelta mostrándole a mi grupo que me tenía amenazada. Chandler quería correr hacia mí pero el desconocido se lo impidió.

Max se dejó ver entre los árboles, le quería decir que corriera y se fuera pero no podía hablar. Los hombres miraron a Max y no le hicieron daño, incluso el hombre que había hablado de los primeros se acercó a él con una sonrisa.

-Bien hecho, Max- el supuesto granjero no dijo ninguna palabra.

¿Cómo sabía su nombre? Tenía un montón de preguntas ahora pero solo sé que nos traicionó... Qué horrible sensación recorrió de mis pies a cabeza; un amigo nos había engañado todo este tiempo.

-¿Tienen las armas, comida y ropa que queríamos?- él asintió.

Quería ahorcarlo con mis propias manos.

-Hasta tienes dos mujeres, puedes hacer lo que quieras con ellas- use todas mis fuerzas y me solté. Corrí donde Max y le pegue un puñetazo en la cara.

-¡HIJO DE PUTA! ¡CÓMO PUDISTE!- él me miró con horror mientras yo derramaba millones de lágrimas, no había llorado en semanas. Dos hombres me tomaron por detrás y me ataron las manos con una soga al igual con la boca.

-Tomen las cosas y llévenlos a la cárcel, tengan cuidado con esta mujer.

Solo sentí un paño blanco en mi boca y después cerré inmediatamente los ojos.

Sentía que habían pasado años y solo eran horas, me encontraba en una celda. No tenía armas y todavía tenía mis manos y boca aradas con la soga.
Sentí unos pasos acercarse y me hice la dormida.

-Zorra, levántate.

Me levante de la cama y lo mire fijamente frunciendo el ceño.

-El jefe te quiere ver- se cree de 50 sombras de Grey o que.

Abrió la celda y le pegue una patada en su parte intima. Salí corriendo pero otro de ellos me tomo bruscamente por la cintura.

-¡Esa hija de puta!- se quejó el hombre-. Me vengare perra, odiaras haber nacido.

Me llevaron a una habitación, estaban todos ahí: Magnus, Norman, Andrew, Chandler y Max observando con la vista baja.

-Le pego una patada a uno de los nuestros, jefe- le dijo a su superior.

Era horrible, sus ojos como el carbón eran hundidos y la nariz elevada.

Norman río al escuchar aquello.

-¿Te crees ruda? Con estos idiotas podrás serlo pero conmigo no porque puedo matarte en este instante- una cachetada llego directo a mi rostro, debió haberme dejado la cara marcada.

-¡No le hagas daño!- gritó Chandler llamando la atención de aquel hombre.

-Así que aquí tenemos un príncipe azul...¿Quieres que tu princesa se valla con el bandido?- él no entendió-. Max, ven aquí.

Max se me acercó lentamente.

-Bésala.

Él se quedó pasmado al igual que Chandler

-Hazlo ahora o ya sabes lo que haré.

Intenté soltarme pero era imposible, Max tenía los ojos brillantes por las lágrimas que querían salir. Tomo bruscamente mi mentón y me dio un beso, fue asqueroso, no sentí nada, fue completamente frío. Me tomo de la cintura y el beso bajo hasta mi cuello: mis lagrimas empezaron a caer a los fríos suelos como lluvia en medio de una tormenta... El hombre disfrutaba de mi sufrimiento, lo veía en sus ojos.

-¿Por qué lo elegiste a él?- Max me susurró mientras besaba mis labios y sus lagrimas empezaron a caer-. Si me hubieras elegido nada de esto hubiera pasado.

Lo mire con odio, el sabía que lo miraba de aquella manera.

-Suéltenla, háganme lo que quieran pero Suéltenla- suplico Chandler llorando.

Magnus estaba derramando sus lágrimas en silencio, mientras estaba arrodillada al suelo como los demás.

-Ámame y dejare que tus amigos no sufran- empezó a tocar mi cabello.

Mire a mi grupo y todos estaban con sangre en alguna parte de su cuerpo. Esto era mi culpa, nunca debí decirle a Chandler que me iba, nunca. Intenté hablar pero no podía, él me saco la soga de la boca y me sentí liberada por un instante... Sentía la sangre al rededor de mi boca, me sentía sucia.

-Déjame hablar con Chandler... Te lo pido- Max asintió.

-No sabes lo mal que la he pasado... Por favor.

Me encerraron a mí y a Chandler en una celda. Él me beso con tristeza y amor a la vez, no podía acariciarme el cabello o abrazarme por la cintura, tenía las sogas al igual que yo.

-Chandler... Me ha dicho que lo ame a cambio de que no les haga nada- él derramó más lágrimas y movió la cabeza en signo de no.

-No, ___, eres mía, no te hagas daño a ti misma por los demás.

-Pero los demás están en peligro por mi culpa, Chandler... Nunca te debí contar, nunca me debiste haber besado- mis lagrimas rozaban mi rostro una y otra vez.

-Hay muchas cosas que deseo cambiar, pero nunca cambiaría el momento en que te bese, no importa si estoy al borde de la muerte pero moriré con tu amor asegurado en mi corazón- aquellas palabras hacían que mis fuerzas crecieran, estaba dispuesta hacer todo por salvarlos.

-Lo siento...- le di el último beso que tendremos por mucho tiempo-. Nunca olvides que Skyler te salvó la vida- el sonrió mientras lloraba.

Nos sacaron a los dos de la celda y nos llevaron donde antes. Max me miró y yo asentí.

-Suéltenla- las sogas cayeron al piso en cámara lenta... Mi cuerpo estaba liberado, aunque solo físicamente.

Los hombres llevaron a cada uno a sus celdas mientras que Max se acercó a mí.

-Buena elección, eres libre - me tomo por la cintura y miro a los desconocidos.

¿Realidad o serie? Where stories live. Discover now