Capítulo 21: Watson, el genio

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No debía hacerlo pero la curiosidad me consumió, el laboratorio de Harry estaba frente a mi con información ilimitada de los caminantes. Abrí la puerta y entre, era gigante; los suelos eran de mármol y las paredes de cerámica blanca como las rosas de la pradera. Había una biblioteca gigante y unos cajones inmensos que contenían todo lo que Harry Gibson había investigado.

-¿Husmeando?- dijo una voz detrás de mí.

Me di vuelta rápidamente y Harry estaba saliendo del sótano.

-Oh Dios mío, qué susto- eleve mi mano hasta mi corazón-. Lo siento, me voy enseguida.

-No importa, ser curioso es bueno- el científico sonrío.

-Así que aquí es tu rincón- cada vez que mis palabras salían de mi boca se hacía un eco en las paredes.

-Es muy cómodo, aquí tengo cada información de mis investigaciones hasta antes de la epidemia.

-Eres grandioso.

-¿Quieres ver un epidémico en tranquilidad?

Sus palabras eran imposibles, yo acepté sin duda y bajamos al sótano. No podía creer lo que veía, en una caja de cristal había un caminante en una camilla blanca, tan quieto como el reflejo de un rostro en el agua.

-¿Cómo es posible?- me acerqué rápidamente al vidrio.

-Me costó demasiado hacerlo caer en mi trampa, lo tengo para mis investigaciones.

Mis dedos rozaron el cristal, alguna vez aquel monstruo fue una persona; con vida, historias y momentos inolvidables. El caminante se veía de unos veinte años... Que vida tan corta.

-Solo funciona el cinco por ciento de su cerebro mientras que su corazón sigue activo, son los únicos órganos  "vivos" por así decirlo.

-Y...¿Quién es el?- apunte hacia el póster de un hombre de aspecto mayor; tenía lentes, una camisa blanca y una corbata negra.

-El biólogo más admirado en la época moderna, Alfred Watson, mi inspiración.

-Su imagen se me hace conocida.

-Ya lo creo.

-A veces pienso que el tiene la cura- su vista se elevó hasta la imagen del genio-. Pero no sabría decirte si está vivo.

-Déjame decirte que no creo en una cura- él me miró por mi baja esperanza pero lo dije con toda sinceridad-. ¿Qué más has descubierto?

-Estoy descubriendo que pasa con la comida después de consumirla, ya que su sistema digestivo no funciona.

-Espero que lo descubras.

-Lo haré, gracias- sonrío-. Daría todo por una cura, esto cambió la vida de toda la humanidad.

-El pensamiento religioso se rompió en dos, ¿dónde está Jesus, Jehova o algún ser superior que dijo que se presentaría en el fin de la humanidad?

El me miró recibiendo mi respuesta.

-Tienes toda la razón, las personas de fe que queden deben estar decepcionadas, o por lo menos la mayoría.

Mi pensamiento religioso no es nulo, me considero agnóstica. Crecí en una familia cristiana y no voy a negar que me obligaban a asistir a la iglesia.

-Quiero darte un libro escrito por Watson, él era muy cristiano.

Recibí en mis manos un gran texto, su título era "ciencia infinita"

-Gracias, Harry.

Salí del laboratorio con el libro en las manos, después fui a mi habitación y lo empece a leer. Pude haber llegado a las página setenta y seis pero me quedé profundamente dormida en tranquilidad como la muerte.

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