Capítulo IV

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Pov's Spencer.

Samantha Brooks. Por lo poco que la conozco llegue a deducir ciertas cosas, porque puede ser reservada en ciertos aspectos, pero no era imposible de escarbar ante un perfilador. Obviamente es inteligente, poco personal pero amable, permanece distante lo que me hace creer que le cuesta confiar, no la culpo. Es amiga de Derek, es con el único que la he visto hablar perdiendo la formalidad. Por ahora, parecía que todos le agradábamos, le había hecho un cumplido a García y estoy seguro que había reconocido a Rossi por sus libros. El ser amiga de Derek implica que ya conozca un poco de todos, aunque yo también se de ella gracias a él.

La observé entrar en la habitación que nos habían designado, era una mujer muy atractiva en verdad, en un principio eso revolvió algo en mí; al final del día, genio o no, seguía siendo humano. Estaba bastante cansado y aunque amo mi trabajo, tanto tiempo sin descansar bien es insoportable para cualquiera. Sabía que me costaría mucho dormir en el sillón, más allá de mí agotamiento, la incomodes me iba a cobrar cuenta al despertar. Supongo que un dolor de espalda ya no es nada nuevo, a parte no quería incomodar a Brooks y por ello deje de lado mis quejas internas.

Escuché su voz, por lo que la observe - Si quieres... podemos dormir en la misma cama, se nota que estás muy cansado -. Estaba en duda ya que de verdad me gustaría dormir en una cama, pero sería algo embarazoso.

- ¿Estás segura?, no es necesario, no quiero incomodar... - le pregunté, sin embargo me detuvo.

- Sí, además no creo que puedas dormir bien en ese sillón - me sonrió. - Pondremos almohadas así será más cómodo para ambos -. Podía vivir con eso, así que asentí.

- Gracias - agradecí aliviado ante la idea de no tener que lidiar con un dolor muscular o no poder dormir bien por esa noche.

Segundos después ella tomo algo de ropa y se dirigió al baño, el cuál se situaba en frente a la cama de dos plazas. Por mi parte, me deshice de mi saco, corbata y converse, pues comenzaban a estorbar. Me coloqué ropa cómoda comparada con la que había utilizado durante el día.

Debo admitir que en un principio me puso nervioso, hacía mucho que una mujer no me resultaba atrayente. Porque debía admitirlo, me había parecido digna de admirar. No solo su rostro, si no su imponente presencia, acompañada de una ambilidad e inteligencia totalmente palpable. Luego de Maeve dejé de lado esas cosas, de por sí nunca fui bueno en las relaciones, así que todo volvió a ser como antes de Maeve. No podía permitirme algo así otra vez, no estaba hecho para ello y menos me atreveria a permitir que alguien salga herido, incluido yo. Sin embargo, hay algo en Samantha que me causaba curiosidad. Una parte de mí moría por explorar, pero al ser minúscula, prefería ignorar aquella sensación.

- Reid, ¿Puedo salir o te estás cambiando? - se escuchó su voz preguntando desde el baño.

- Si, por supuesto - contesté.

Segundos después se escuchó la perilla de la puerta del baño y Samantha salió de allí. Noté que se había cambiado los pantalones, nadie duerme cómodo con jeans. Por mi parte me acosté, aunque antes de hacerlo coloqué un par de almohadas a la mitad de la cama, evitando que nuestros cuerpos queden juntos o que ésto suceda mientras dormíamos. Samantha tomó algo de su valija y luego se acostó al otro lado de las almohadas. Por mí parte, hice lo mismo.

Pov's Samantha.

Al salir del baño me encontré con un Spencer sin su vestimenta de trabajo. Unos minutos después, él ya estaba acostado al lado derecho de las almohadas. Antes de recostarme, tome de mi valija uno de mis libros, ya que estaba ansiosa por el caso, así que me sería difícil distraerme y dormirme. Reid, en cambio, ya tenía sus ojos cerrados; de verdad que su anterior caso los había dejado exhaustos. Entonces, decidí por acomodarme contra el respaldar de la cama y coloque la pequeña lamparita especial para leer, ya que había apagado las demás luces. No quería molestar a Reid, por lo que me aleje lo más posible. Dirigí mi vista al libro y comencé a leerlo.

Stitches (Spencer Reid)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt