Capítulo XIV

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Pov's Samantha.

Comencé a calmarme, el doctor llegó y me dijo que no hubo problemas con el estudio, ya que cuando tuve ese ataque, las tomas ya estaban hechas. Cuando le conté sobre mi miedo hacia este tipo de estudios, me aconsejó ver a algún especialista. También nos dijo que para la semana que viene, los estudios estarían listos.

Reid me llevaba a mi casa, yo seguía algo tensa, y él lo había notado. Luego de unos veinte minutos, bastante silenciosos, llegamos a mi casa. Estaba bajando del auto, cuando de pronto me mareé. Sentí dos brazos a mi alrededor sosteniéndome. Ya en mis cinco sentidos, miré a la persona que me sostuvo y me encontré con Spencer mirándome preocupado.

- Debes descansar - murmuró, estábamos más cerca de lo deseado. Yo solo asentí, y me aparté de su agarré.

Entramos a mi casa; Spencer cerró la puerta, yo dejé mis cosas, y me dirigí a la cocina. - ¿Quieres algo de tomar? - pregunté. Me sentía algo cansada, pero era consciente de que estaba evitando cierta conversación.

- Agua - dijo, mientras estaba parado a unos metros de mí. Sabía que él no quería incomodarme, pero la curiosidad lo mataba. Es Spencer.

Mientras buscaba un vaso para él y otro para mí, pensé seriamente lo que le iba a hacer. Quería contarle, quiero contarle, pero me aterra el hecho de que algo le suceda por saber sobre mi pasado. Mis sospechas de que Edward podría encontrarme hacen que toda clase de ideas lleguen a mi cabeza. Confío en Reid, sé que no me juzgaría y demás, pero me preocupo por él.

Rossi, quien conoce toda la historia, salió perjudicado, no me permitiría que eso le ocurriera a alguien más, en especial a Spencer. También tengo en claro que él solo quiere ayudarme, y aunque lo haga con maravillosas intenciones, sé que terminará mal. Involucrarse en el mundo de la mafia no es bonito, lo digo por experiencia.

Sé que investigaría, y encontraría información que podría ser su muerte. Y yo no lo permitiría, lo quiero, y no sólo como un amigo. Me asusta quererlo, sé que él no me haría daño, pero todo lo que yo cargo podría dañarlo a él. Edward lo mataría, no por celos, sino porque me haría feliz. Si hay algo que Edward odie ver, al parecer, es verme feliz.

Reí de la nada mientras Reid tomaba agua y el silencio llenaba el lugar. Él me miró extrañado. - ¿Qué es gracioso? - cuestionó confuso.

Era tan estúpida la situación, tan cliché. Por un lado, el chico malo que es atractivo, pero esta lleno de problemas, al que la chica odia; por el otro, el inteligente y dulce que también es atractivo, el cuál le gusta a la chica. Y por supuesto, soy rubia de ojos claros. Cliché. La diferencia con cualquier cuentito, es que la rubia quiere al dulce, a Spencer. O sea, yo quiero a Spencer. Parezco una estúpida adolescente.

- Nada - respondí risueña, pero mi expresión cambió al sentir de nuevo dolor en mi cabeza.

- ¿Estás bien? - preguntó al notar mi malestar.

- Si... me duele un poco la cabeza - hablé.

- Será mejor que te recuestes, quizás fue por el estrés o los nervios que te causó hacerte el estudio - explicó mientras se acercaba a donde me encontraba.

- Creo que iré a mi habitación - estaba caminando para salir de la cocina, cuando de pronto me mareo, por lo que me apoyo un poco en la pared. Spencer, en un abrir y cerrar de ojos, estaba a mi lado.

Me ayudó hasta llegar a un lugar donde sentarme en la sala de estar, ya que habíamos salido de la cocina. Me seguía sintiendo algo mareada, pero el dolor de cabeza era lo peor. Estaba sentada en el sillón. - Reid, - lo llamé, él estaba frente a mí, y me miró - ¿me alcanzas aquella caja, por favor? - señalé el objeto que se encontraba en un mueble. Él me dió la caja, la abrí, y saqué una pastilla para calmar la migraña. Spencer fue a la cocina, y trajo un vaso con agua; luego de dármelo, y de que yo tomara la pastilla, se sentó a mi lado.

Stitches (Spencer Reid)Where stories live. Discover now