Capítulo XV

1.7K 127 8
                                    

Pov's Spencer.

Ella seguía besándome, para nada me molestaba, era increíble. Estaba sentada sobre mí, había dudado hace algunos minutos sobre tomar su cintura, pero ahora no la soltaba. Sus manos estaban en mi cabello y aunque estaba corto, lo enredaba en sus dedos mínimamente.

Sé que algo me sucede con ella, lo que no comprendo es si es algo bueno. No sé qué siente ella, ya de por si soy inexperto en lo que sea que esté pasando, y me confunde. Si esto les sucediera a otras dos personas, diría que ambos sienten cierta atracción o incluso están dando inicio a un enamoramiento. Pero yo no soy así y ella tampoco, no tengo mucho conocimiento de su vida amorosa, pero la mía es nula.

Eliminé cualquier pensamiento ajeno a lo que ocurría ahora, solo debía pensar en ella. En lo maravillosa que era, en cuanto me cautivaba, en todo lo que ella sufrió y en cuanto necesitaba tener un poco de paz. Sus labios sobre los míos eran exquisitos, su cálido aliento, su lengua entrelazada con la mía. Era increíble que, sabiendo el poco tacto que mantenía usualmente con la gente, estuviera besando a alguien. No sabia si lo estaba haciendo de la mejor manera, pero ella no se había separado de mi, por lo que deje mis cuestionamientos para más tarde.

La necesidad de no separarnos era notoria, por parte de ambos, pues aunque necesitáramos aire y tuviéramos que detenernos, siempre volvíamos a unir nuestros labios. Con el pasar de los minutos, nuestros cuerpos eliminaron cualquier separación entre nosotros. Mis brazos subieron un poco más abrazándola a mí por completo.

De apoco nos fuimos acostando, ella seguía sobre mi besándome, pero lentamente, aprovechando que el tiempo no nos corría. Nos fuimos deteniendo, hasta que nuestros labios estaban separados, aunque seguían rozándose. Ojos cerrados, los dos respirando algo agitado. Y recién en ese momento caí en lo que había ocurrido, además de haber notado la erección que comenzaba a tener. Sam se había separado, no sé si lo notó, pero así era mejor. Un silencio, para nada desconfortante, reinó entre ambos.

- Lo lamento - dijo apenada y noté un poco ruborizadas sus mejillas. Samantha Brooks avergonzada, algo que no había visto hasta el momento.

- No tienes que disculparte por nada - ella sonrió tímidamente, lo que provocó que yo sonriera también.

- Será mejor que descansemos - junto sus manos en mi pecho y apoyo su mentón sobre estas, así podía ver su rostro completo. Acaricié su mejilla, siendo imposible para mí resistirme a hacerlo.

- Tienes razón - espeté algo cansado.

Ella se acomodó, colocando una parte de su cuerpo a mi lado y el resto sobre mí. Su cabeza seguía sobre en pecho, mientras yo pasaba un brazo sobre sus hombros, uniéndola a mí.

- Buenas noches genio - murmuró.

- Descansa Sam -. Mis ojos se fueron cerrando y me dormí enseguida.

A la mañana siguiente...

Desperté por un irritante sonido, mis ojos se cerraron al notar la luz que entraba por una ventana. Un par de segundos luego, me acostumbré a la luz y abrí mis ojos. Vi como Sam también había despertado, seguro por el molestó ruido. No sabía que era hasta que Sam tomó un teléfono y contestó. Apoyé mi cabeza en la almohada.

- Hola - habló media dormida.

Y ahí fue cuando recordé que el teléfono que había quedado en la mesa de luz era el mío. Sam había atendido mi teléfono. Levanté la cabeza rápidamente y vi como Sam abrió sus ojos sorprendida.

- Derek... - rió nerviosa.

- ¿Por qué Samantha Brooks atendió el teléfono de Spencer Reid? - se escuchó a través del teléfono su tono gracioso. - No me digan que ya soy tío, wow sí que estaban... - Sam lo interrumpió antes de que dijera alguna tonteria.

Stitches (Spencer Reid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora