Capítulo 15

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Dejé a Luciel en su corral. Dí media vuelta pasando una mano por mi cabello, estaba decepcionada; había perdido a todo mi escuadrón a excepción de Levi. Sentí mis ojos pesarme al igual que aguarse, tenía coraje; soldados buenos, habían muerto por luchar contra la titan, una traidora. Fuertemente apreté mis puños al igual que mis dientes. Yo no hice nada para evitar su muerte. Günther, Erd, Auruo... Petra, siempre serán mi escuadrón.
Estaba agotada, aún tenía que llegar a casa. Sonreí al recordar a Ayres, cuánto le había echado de menos. Ya estaba anocheciendo y pronto sabríamos que pasaría con Eren. Caminaba hacia mi hogar con la mirada desconcertada hasta que está se fijó en Levi sentado en una banqueta de la calle, tras doblar la esquina de la calle. Sigilosamente retrocedí unos pasos y asome mi cabeza desde la casa que se encontraba en la esquina, con cuidado observe las acciones de Levi. Fruncí mi ceño para cuando vi que el pelinegro veía algo en sus manos, sus ojos azules analizaban con precisión lo que sea que el cargara.

—Ya sé que estás ahí — habló Levi mientras yo abría mis ojos como trastos. Este volcó a verme gelidamente.

Joder, ahora el pensará que soy una maldita acosadora.

Apreté fuertemente mis manos contra los ladrillos de esa casa y cerré fuertemente mi boca, para que de esta no saliera ninguna mala palabra.

¿Qué pensaría el de mi si escucha una majadería?

—Y-Yo no te estaba espiando, solo que... —sentí mi rostro arder, agaché mi mirada para ocultarlo— no quería interrumpir tú concentración —me excusé devolviéndole la mirada mientras salía de mi escondite.

Levi se levantó de la banqueta guardando cuatro emblemas del cuerpo de exploración en su chaqueta; con que eso era. Debían de ser las de Günther, Erd, Petra y Auruo.

—De todas maneras lo hiciste —comentó mientras sacudía su vaquero del polvo que yacía en el suelo, una vez se puso de pie.

—Yo... lo siento, iba de camino a casa — me disculpé tímidamente.

—Cómo sea —espetó secamente.

—O-Oye, ¿no quieres una taza de té? —le pregunté con una media sonrisa mientras jugueteaba con mis dedos.

Levi lo pensó por unos segundos y después terminó accediendo. Chasqueé mi lengua y me aproximé hasta el, guiándolo hacia mi hogar. Toqué la puerta de mi casa, esperando a que Regine abriera.

—¡¡Liese!! —gritó Regine cuando abrió la puerta, mi amiga se abalanzó hacia mí y me abrazo fuertemente entre sus brazos— ¡Te hemos echado de menos! —exclamó llena de melancolía, pero esta enserió cuando se percató de la presencia de Levi— ¿Y él?, ¿Quién es? —me preguntó en un tono algo golpeado.

—Él es Levi Ackerman —le contesté mientras miraba a Regine extrañada por el tono de voz que había ocupado. Ella se separó de mi lentamente y fulminó a Levi con su mirada.

—Regine Kirl —le extendió pesadamente la mano al pelinegro. Levi la miró con desinterés y no le quedó de otra más que estrechar sus manos.

—Ya conoces mi nombre —le dijo Levi a Regine mientras se deshacía de su agarre.

—Pasen, pasen...

Regine nos invitó a pasar a la casa, Levi me abrió paso a que yo entrara primero y después él.

—¡Mami! —me gritó Ayres corriendo hasta mí, me agaché a su altura para poder estrecharlo entre mis brazos.

espontáneo; Levi Ackerman [En Edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora