Capítulo 21

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Abrí mis ojos lentamente mientras sentía levemente una ligera corriente de aire rozar mi rostro. Me levanté del la cama sintiendo el gélido piso debajo de las plantas de mi pie. Aún el sol no daba signos de iluminación en el cielo, lo que me informaba que era muy temprano. Salí de mi habitación en dirección a la pieza de Ayres.

Mi niño dormía tranquilamente en su cama. Solté una bocanada de aire por la preocupación.

—¿Ahora quién te cuidará? — pregunté en un susurro mientras pasaba con frustración mis dos manos contra mi rostro. Fue obvio que tuve cuidado al pasar la herida por mi cara. Me fui de su pieza, dejándolo continuar con su sueño.
Después de bajar las escaleras llegué a la sala. Levi continuaba dormido, estaba sorprendida, es decir, Levi no duerme más de cuatro horas. Me asuste, pensando que este podría estar mal. Me acerqué a el sigilosamente mientras cargaba un vela encendida y analizaba cada parte de su cuerpo, no podía ver mucho puesto que tenía la manta encima de el. Dejé la vela encima de la mesa y coloqué mi mano encima de su hombro, lo moví levemente para que este despertara.

—Levi... —susurré suavemente sin dejar de mover mi mano— Levi... —lo volví a llamar haciendo más bruscos mis movimientos, dado a que este no despertaba— joder, Levi, ¡despierta! —exclamé fuertemente. El pelinegro abrió con pesadez sus ojos azules, después me fulminó con la mirada.

Suspiré aliviada mientras me alejaba de el.

—Interrumpiste mi preciado sueño —musitó fríamente mientras se quitaba de encima la manta.

Puse mis ojos en blanco.

—Me preocupe al ver que llevabas tiempo durmiendo —expliqué mientras me aseguraba que todos los botones de mi remera se encontraran abotonados, pero...— normalmente tu duermes poco...

—Se le llama estar cansado —acotó con fastidio mientras se paraba del sillón, estiró sus brazos y su espalda.

—Solo me quería asegurar de que estuvieras bien...

—¿Cómo sigue tu mano? —me preguntó mientras me miraba de pies a cabeza, este al percatarse de que solo vestía mi remera pasó una mano por su boca sin cambiar lo serio de su rostro.

—Supongo que bien —me limité a decir mientras curioseaba mi mano. Está tenía un buen aspecto, no se veía tan mal.

—No te la vendes para que está pueda respirar bien y cicatrice rápido, procura tener mucha limpieza en todo —indicó mientras se cruzaba de brazos— también... —se acercó a mí lentamente— abotona tu remera hasta el último botón — Levi con delicadeza abotonó dos botones ubicados en mi pecho y cuello. Tragué fuertemente saliva mientras sentía el calor inundar todo mi cuerpo. ¿En verdad el había hecho eso? Joder, es que como me iba a fijar en esos detalles, si yo lo único que había hecho era dormir— ahora, ve a cambiarte. Iremos con Erwin y le explicaras el incidente de tu mano —me indicó mientras se apartaba de mi.
Parpadeé varias veces, seguidamente asentí con la cabeza mientras daba media vuelta para ir a mi habitación a cambiarme.

  ***

Una vez que me coloqué mi uniforme fui a por Ayres. Lo cargué entre mis brazos y por fin la luz del amanecer comenzaba a filtrarse entre las ventanas. Bajé con Ayres en brazos, en verdad que este niño pesaba más cada día. El pequeño rubio se despertó mirándome mal.

—¿Por qué me ven como si yo tuviera la culpa de todo? —me quejé mientras volcaba mis ojos.

—Tú sabrás porqué, vámonos —habló Levi abriendo la puerta de la casa. Lo mire mal y me dispuse a salir de mi hogar.

—Que amable eres —acoté irónicamente mientras acomodaba la cabeza de Ayres en mi hombro.

—Oye, deberías dejar que camine. Ese mocoso se hará un mal acostumbrado si siempre lo llevas cargando en brazos... ya está grande —musitó Levi viéndolo fríamente.

Fruncí mis labios y asentí levemente.

—Si... la verdad es que ya comienza a cansarme —le dije mientras me agachaba para dejar a Ayres caminar. Después de todo él ya tenía cinco años, no tenía ningún problema para caminar. El rubio me agarró de mi dedo índice mientras comenzaba a caminar.

—Mamá —me abrazó Ayres de mi pierna — ¿ese señor es mi... Papá? —espetó mi hijo mientras señalaba a Levi con su dedo índice.

Me quedé petrificada al instante en el momento que mis oídos escucharon con claridad la palabra "papá" provenir de los labios de Ayres. Miré a Levi con nerviosísimo. Yo ni siquiera sabía que Ayres sabía lo que es un papá.

—Y-yo... Él no sabe lo que dice... es solo un niño —le expliqué a Levi en un balbuceó — Corazón —llamé a Ayres viéndolo con pena— Levi no es tu...

—Liese —me interrumpió Levi, parpadeé un par de veces — deja que me diga como él quiera, tan solo es un mocoso a—aclaró mientras miraba con desinterés a Ayres.

Yo le sonreí de lado y le dediqué una mirada de agradecimiento.

—No debes de tener miedo Ayres —repuse mientras acariciaba su cabellera.

Ayres se volcó a ver a Levi con una sonrisita, poco después le extendió sus dos brazos a el pelinegro, señal para que lo cargara.

Levi soltó una suspiro y no le quedó de otra más que cargarlo con suavidad. El pequeño rubio soltó una dulce carcajada, y sonreí ampliamente mientras los recuerdos de hace cinco años volvían a mi cabeza. Esa vez, cuando Levi cargó por primera vez al delicado y frágil bebé huérfano. La melancolía inundó mi cuerpo, jamás me imaginé volver a revivir esos momentos. Lagrimas amenazaban por escurrir de mis ojos, por fin Ayres podía ver a alguien como su figura paterna y era al hombre que yo amaba.

***

Tras una larga caminata llegamos al despacho del comandante Erwin.

—¿Puedo pasar? —le interrogué al rubio asomando mi cabeza por la puerta, este se encontraba viendo con concentración un papeleo. Sin verme asintió.

—¿Alguna novedad, Cabo? —me preguntó este dejando los documentos sobre su escritorio, yo me senté en una de las sillas que estaban enfrente de su escritorio.

—Veras... Ayer tras informarnos de la manifestación extraña de los titanes —pause espontáneamente— aguarda —entrecerré mis ojos viendo sus ojos azules— retomemos desde que te marchaste ayer, después de presentarnos a Priska ¿si? Bueno, Regine llegó ebria al comedor y discutimos por cosas d-de la vida... ella tomó un cuchillo de la mesa e intento apuñalar Levi —paré de hablar viendo la expresión de Erwin.

—¿Levi está bien? —me preguntó en un tono preocupado. Yo sonreí de lado y le enseñé la palma de mi mano.

Este la miró con curiosidad.

—Es profunda... —comentó con la boca entreabierta— lo salvaste ¿no es así?

—Es correcto —afirmé mientras asentía con mi cabeza, pero Erwin enserió.

—Oye, Liese ¿sabes por qué le tiene tanto odio esta Regine Kirl a Levi? —me interrogó Erwin enarcando una de sus cejas. Yo hice un gesto pensativo mientras pasaba una mano por mi barbilla.

— Bueno... pues, yo...

—Escucha Liese, la familia Kirl era una de las familias que perseguían a los Ackerman, ellos no podían verlos vivos... Kenny Ackerman asesinó a la madre de Regine y West.

Continuará...

  [capítulo editado]

espontáneo; Levi Ackerman [En Edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora