Temporada 1. Capítulo 8

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 La silueta desnuda de Itachi era clara, su largo cabello estaba enredado y esparcido a lo largo de la almohada.

Su aroma dulce inundaba la habitación y Minato aún escuchaba los agudos gemidos de Itachi en su mente, resonando en cada rincón prohibido, podía sentir la piel suave del moreno en sus dedos.Y su cuerpo estaba anhelando volver convertirse en uno con el Uchiha. 

Pero su poca cordura lo detenía, la culpabilidad estaba presente como un nudo en la garganta.

 ¿Qué había hecho? 

 Se dejó influenciar, por esos labios rosas que de vez en cuando le robaba besos, de una mirada dulce y pura que siempre lo perseguía.

 Sabía que aquella opresión en su pecho significa algo y la llama que ardía con intensidad en su interior volvía a nacer después de 5 años apagada, 5 años que compartió a lado de Kushina, y que ahora un joven de 17 años volvió a encender con tan poco tiempo.El pequeño cuerpo a lado suyo se movió en su lugar y Minato separó su mirada de la desnudez del ojinegro, enfocando su vista hacia la pared. 

Sintió como el calor ajeno invadía su territorio y unos juguetones dedos tocaban su pecho en círculos.Su mirada busco al Uchiha y lo vio, una sonrisa avergonzada, y mejillas rojas.

La inocencia en persona, pensaba vagamente el mayor perdido en los ojos oscuros de Itachi.Oh Dios, lo había hecho, y ojalá se sintiera arrepentido de sus actos, pero la felicidad en su cuerpo era imposible ocultar. 

No podía dejar a Itachi, aún que quisiera, estaba perdido por ese adolescente y por más que lo negara. Estaba enamorado. 

—¿Y ahora?— el rubio preguntó con una media sonrisa.

—No lo sé.— rió avergonzando por la mirada del mayor.—Podrías besarme.— aquello parecía más una orden que una sugerencia, y tal como un esclavo rendido por las órdenes de su amo. 

Minato lo beso con gentileza, queriendo guardar un poco de la inocencia del Uchiha.Los besos se volvieron intensos con cada minuto. Minato dentro suyo pensaba en lo que haría después de esto.Itachi abrazo por el cuello al mayor, sintiendo arder su marca con fuerza, el azabache se tuvo que controlar de romper en llanto por la santificación que su cuerpo sentía.

(...) 

Minato entro a su casa, con los nervios intensos cegando su vista, sus pasos eran pesados junto a la atmósfera. 

Había un nudo en su garganta incapaz de que el rubio dijera un "Ya llegue".

A pesar de que sus sentimientos eran claros y sabia bien que su vida había empezado a tener sentido gracias a su hijo y a aquel azabache que entro en su vida como quiso, sin tomarle importancia que Minato estuviera lista para algo tan hermoso como el Uchiha. 

Ya no es capaz de mentirse, sabia perfectamente que en los pocos meses que estuvo con el ojinegro le regresó una felicidad tan desconocida para él.Se había dado cuenta que nunca había conocido el verdadero amor hasta que sus ojos se cruzaron con un chico con un luz intensa y deslumbrante. 

Tan intensa como la noche que caía sobre sus hombros y le llenaban de una inquietud inexplicable.Era el momento.El amor que hasta hace 7 años, el Namikaze le entregó a kushina había desaparecido con cada desprecio que la pelirroja le daba. Era claro que ambos sentían todo excepto amor, lo sabían perfectamente bien. 

¡Papá-teme es mío~ttebayo!    |NaruSasu/ EDITANDO| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora