Temporada 2. Capítulo 9

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—Que bonita pintura Naruto.— una de sus compañeras señala aquel pedazo de papel que pinta inspirado y que olvida cuando es mencionado, sonríe alegre que puedan ver lo hermoso que es ese cuadro inspirado en Sasuke.

—Gracias.— responde, con pequeñas manchas de pintura en su moreno rostro. Observa la hora, era tiempo de regresar a casa; así que se levanta de su asiento, acomodando sus cosas para salir.

—¡¿Estás comprometido?!— exclama una chica rubia que se llamaba Ino, iba con ella desde primer semestre de la universidad y ahora, casi en sus últimos tiempos en la escuela seguía a su lado.

Observa el mismo lugar que los ojos color turquesa no dejan de mirar, su corazón late feliz por la sensación que genera esas palabras en él. Acaricia la rueda color plata en su dedo anular.

—Casado.— dice con sus mejillas rojas por su afirmación y la mirada de sus compañeros ahora enfocados en su presencia.

Ino es la primera que decide abrazarle para felicitarlo, pronto es rodeado por todos y sus buenos deseos. Alguna que otra réplica por no haber sido invitados pero eran más deseos buenos que nunca creyó recibir.

No había un papel que confirmara su unión, o una ceremonia que jamás le agradó vivir; simplemente son sus sentimientos correspondidos y su alma con un juramento que cumplirá hasta el último milisegundo de su vida.

No necesitaban nada de eso, porque casarse no era la confirmación de terceros más que de sus corazones jurándose amor eterno. Ya lo tienen.

—¡Deberías presentarla!—

—¿Presentarlo? Seguro, un día lo traeré aquí.— ríe nervioso por la atención, quienes escucharon el pronombre se sorprendieron más no dijeron nada, simplemente sonriendo como respuesta. Era lo de menos con quien compartía su vida.

Naruto es un buen amigo, compañero de estudio. Un excelente artista que saldrá egresado de la facultad de artes visuales con honores, eso estaban seguros cualquiera que tuviera una mínima idea de quien era.

Y de sus obras de artes tan explícitas y emotivas que plasma con intensidad. Venerado por quien lo viera, transmitía sentimientos a través de figuras y colores, muchos que es increíble su potencial.

No le falta más que menos de un año para acabar sus estudios, y Sasuke sigue todavía a su lado, anhela que siga así más tiempo de lo marcado.

—¿Cariño? ¡Llegue a casa!— alza su voz cuando entra a la puerta de su residencia, demasiado silenciosa para el ajetreado Sasuke que no le gusta estar quieto.— ¿Sasuke?— vuelve a llamarle, inquieto por no recibir sus regaños al entrar. A su preciosa presencia venir a recibirle.

No quiere pensar mal, claro que no, puede estar en el patio. Se contradice cuando algún vago pensamiento negativo atraviesa su mente. Y no está, se inquieta, siente como su respiración aumenta al igual que sus manos temblorosas por encontrarlo.

Corre dentro de la casa buscándolo con desesperación, los ojos acumulan lágrimas por la fuerte sensación de miedo que le invade.

—¡¿Sasuke?!— escucha el sonido de la llave liberar pequeñas gotas, el cerrojo cerrado impidiéndole entrar.— ¡Sasuke!— grita, golpeando la puerta y moviendo la manilla sin poder abrir el lugar. Golpea con su hombro la puerta con intenciones de quebrar la cerradura, varías veces y seguidas.

Cada vez con más fuerza por la intensa adrenalina que comienza a invadirle por un sólo motivo, salvar a Sasuke.

Y puede entrar, lo logra después de lastimarse tanto pero no siente. Las emociones que experimenta le niegan sentir.

¡Papá-teme es mío~ttebayo!    |NaruSasu/ EDITANDO| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora