Temporada 2. Capítulo 1

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Sus ojos se sentía relativamente más cansados que cualquier día y la luz del sol no era agradable aunque siempre agradeciera ser levantado con ello.

Supone tal vez que es la forma como su corazón late con rapidez, provocando que su respiración sea entre cortada, su cuerpo inmóvil con su mano sosteniendo su pecho y las lágrimas resbalándose por sus mejillas sin su permiso.

Sabe precisamente que aquel sueño producido en su mente varías ocasiones le provoca ese sentimiento y después de despertar la soledad se siente mucho más abrumadora que otras ocasiones.

Como si algo a lado suyo faltara, su cuerpo buscan una calidez ajena que desconoce. Y una sonrisa prohibida se repite en su cabeza provocándole estragos.

¿Quién era? ¿Acaso era su padre?

Pero... su corazón le reclama diciendo que su progenitor no es... entonces, ¿Quién es?

Espera en un momento poder levantar totalmente su cabeza en sus sueños para reconocer el rostro borroso dentro de ellos, que le sonríe con cariño, dejando la calidez de su mano en su mejilla.

Se levanta con la sensación permanente que no es capaz de explicar recorriendo su cuerpo y provocando que su piel se erice.

-Perdón, papá.- exclama, sintiéndose terrible de extrañar a otra persona que no fuera él, todavía que no lo recuerda su corazón duele aparte por alguien más.

Sus ojos están adornados por unas ojeras grandes, precisamente no sabe que es más terrible en su de probable rostro pero aún así lo lava, quitando los pequeños residuos del sueño.

Es lunes, inicio de la semana y una oportunidad para cambiar algo en su monótona vida, se intenta convencer el rubio saliendo de su departamento.

Le gusta salir de su hogar y encontrarse con Shikamaru para caminar juntos a la universidad.

Es divertido reír entre clases por las tonterías que Sakura siempre dice, se siente bien caminando hacia su trabajo con la chica que se queda acompañándolo en la cafetería donde trabaja.

Kiba es una buena compañía cuando la noche cae y está exhausto, le anima hablando con él o invitándole a comer para después ir a su siguiente trabajo.

Llegar a las 4 am y despertar a las 7 de la mañana es pesado, pero lo hace. Naruto piensa que es malo sentirse deprimido con su corta edad, tiene 18 años después de todo, una vida por delante y gente amable rondándole. No tiene derecho alguno de quejarse, pero al dormir, no entiende porque la soledad es más frustrante.

Abrazar su almohada para intentar satisfacer la necesidad de sentir calor ajeno se ha hecho una costumbre, y soñar de vez en cuando ese recuerdo es la gloria. Le encanta sentir esa sensación en el aire que su cuerpo reconoce inmediatamente, la calidez desbordante en su corazón alivia cualquier sufrimiento anterior y la sonrisa de ese hombre lo hace levantarse, pero la mañana siguiente es un martirio, pues su alma suplica volver a sentir aquello.

Le encantaría tener una foto de su padre en el altar que le tiene, pero aún así, antes de salir hace una reverencia y reza, pidiéndole ayuda.

-Te ves bien.- dice Shikamaru al ver como el rubio sale.

-Creo que me veo del asco como todos los días.- habla divertido de su apariencia intentando sacar provecho a eso.- Necesito que el semestre termine, me está matando.- Es martes por la mañana apenas y está demasiado cansado para empezar el día.

Pero aunque Naruto es una persona agradecido con las cosas buenas en su vida, se castiga cada vez que se siente mal ya que piensa no merecer estar de esa manera por las maravillosas cosas que le suceden. Algo que está mal, todo el mundo tiene derecho a cansarse y descansar por lo menos un poco en su caótica vida, y el rubio durante mucho tiempo no ha descansado.

¡Papá-teme es mío~ttebayo!    |NaruSasu/ EDITANDO| Where stories live. Discover now