Temporada 2. Capítulo 8

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Siempre se imagino una buena vida, una historia de amor que trasluciría a través de su agrio ser.

Del pasado que huye, le atormenta hasta en sus mejores momento. Pensó que Gaara le regalaría la maravilla de vivir una existencia ligada a la más pura forma unida en que se representa el amor, como entrega total.

Pero no fue asi, después de más dificultades que le robaron hasta su último suspiro llegó una luz. Una muy enorme hasta que lo sofoco, lo ahogo de fuerza en grandes cantidades; recordándole que todavía había algo que pensó había perdido: el sentir.

Sentía a naruto, como el pedazo de su alma que siempre le hizo falta, lo necesario y más que suficiente, que merecía en su vida.

Que lo perdone el ser supremo que lo mantiene en la tierra o la misma fuerza que cumple con el deber de obligarlo levantarlo todos los días, pero ama a Naruto más de lo que quisiera, incluso... más de lo que pueda darle nombre o numero a sus sentimientos.

Su vida fue una mierda, una muy grande. Con desgracias que esta seguro, que a pesar de que en sus vidas pasadas comtiera el peor de los pecados no cree necesario pasar tal dolor para pagar los errores. El karma es pesado, tan igual que las desgracias que no debemos pasar, sin embargo, vivimos.

Sasuke ni siqueira piensa en su dolor, en las noches de soledad que en sus huesos calan por un poco de calor humano, de compresión o espacio en la vida que alguien le permitiera ofrecer.

Porque los brazos de Naruto calientan como el sol mismo, después de todo, jura que el sol siente pena de no brillar tanto como el rubio.

Con su sonrisa enorme, profunda y duradera. Tan sincera que limpiaba hasta la oscuridad mas honda y dura, como la que yacía en la alma del azabache. Sabe que todo esta bien, que mañana será un mejor dia y el sufrimiento que le provoca su marca se suavizará al día siguiente porque tiene la dicha de ser consolado por Naruto.

A pesar de que el medicamento ya nada puede calmarle, no obstante, jamas en su vida llego a sentirse sastifecho. Tan lleno que jura podrá explotar si Naruto sigue dándole ese amor tan eterno que le proclama cada que puede, cada minúsculo momento en que pueda mencionar lo mucho que vale para él.

Como ahora, ¿Pueden vivir su momento en paz?

Naruto ríe cada que la trabajadora le menciona cual sería el anillo perfecto para su novia inexistente. Era para un chico, uno muy hermoso con una fuerza de voluntad inquebrantable, muy grande que duda, pueda tan siquiera existir en este mundo.

Eso puede explicar su teoría que la vida misma, no tiene derecho de haber traido a este mundo a una persona como Sasuke. A su mismísimo ángel que le brilla por las mañanas entre sus brazos y suplica de su presencia cada que nota sus ojos azules. Lo besa, tan dulce, con miedo que pueda gozar tanto y decida nuevamente el destino arrebatarle todo.

Pero Naruto se encarga de besar mucho más profundo para recordarle que comparten el mismo cielo, y pueden verlo juntos, agarrados de la mano. Cosa que con gusto, cada viernes en la noche lo hacen. Mientras qué, Sasuke le habla sobre toda la pequeña eternidad que tuvieron el gusto de compartir, sus propios miedos por ser él, quien es su alma gemela y como su yo de la infancia se abrió paso en el herido corazón del Uchiha para traerla paz, una que jamás anteriormente vivió.

Que lo esperó cada año que pasaba, cada segundo tedioso que no compartían y que, irónicamente, hasta Naruto compartió el sentir ese vacio.

Ese recordatorio constante que su padre no era lo único que la faltaba en su cada mañana al despertar o al irse a dormir. Que no importó con que poder inmenso la vida, manejó su camino con la intención de alejarlos, nunca pudo cumplir por lo mínimo; la idea de verse separados.

¡Papá-teme es mío~ttebayo!    |NaruSasu/ EDITANDO| Where stories live. Discover now