06.Escape.

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Siempre hay otra ruta de escape, no importa si son muchas, pocas, correctas, o incorrectas, siempre hay.

Pero, ¿por qué Tord no pudo ver ninguna?

...

Sus ojos estaban abiertos a más no poder, las yemas de sus dedos tocaban la fría pared de lata, o eso creía de lo que estaba hecha. Sus delgadas articulaciones cubiertas por su piel temblaban sin que él pudiera evitarlo. Estaba desnudo, que esperaba.

Sus sentidos estaban tan alerta que incluso sentía el zumbido de una mosca, juraba que si alguien lo tocaba en ese momento le quebraría el cuello.

Esperaba ver alguna salida, pero no veía ninguna.

Sólo sintió la conocida sensación de agua fría recorrer su cuerpo. Estaba acostumbrado a la sensación del frío recorriendo todo su cuerpo, por todo el tiempo que llevaba en la calle bajo la lluvia, por lo que no reaccionó como una nena y no chilló (aunque en el fondo quería hacerlo).

No pasó mucho tiempo siendo mojado y fue sacado de ese lugar, siendo cubierto por una toalla por un soldado, lo supo por el uniforme que llevaba puesto.

Fue empujado a un vestidor, donde había más chicos de su edad, o eso creía.

Siguió las indicaciones por quien lo escoltó, apretando fuertemente los dientes. Eligió un casillero no usado y lo abrió, se encontró con un uniforme, botas y una gorra.

Con la vista baja se puso la ropa y la gorra, por suerte también tenía una muda de ropa interior nueva.

Observó los alrededores para encontrar alguna puerta por donde salir, pero sólo había una puerta y era por dónde había entrado.

De la nada entró un hombre azotando la puerta. Su postura era recta y estricta.

Todos los jóvenes se pusieron rectos unos al lado del otro enfrente del hombre, por lo que Tord los imitó.

El hombre que acababa de llegar caminó de forma lenta, haciendo resonar sus pasos, observando cada uno de los jóvenes con las manos tras la espalda. Llevaba un uniforme formal, con medallas y todo.

A un lado de Tord había un chico que no dejaba de temblar, se preocupó cuando el hombre se detuvo en frente de ese chico, causando que los temblores fueran más evidentes.

El hombre lo observó fijamente y se inclinó un poco, quedando con su rostro a centímetros del pobre chico intimidado.

Cómo si ese hombre hubiera escuchado el mar de insultos que decía Tord internamente, se giró hacia él.

Su mirada no cambió ni cuando ese hombre entró ni cuando ahora estaba analizándolo a él, es más, le devolvió la mirada desafiante.

Una risa grave salió de la garganta del mayor, el noruego no se inmutó – Este tiene material para ser soldado. – pronunció en el idioma que aprendió entender y escribir pero no hablar.

La mano algo temblorosa y arrugada del hombre se dirigió a la gorra, quitándosela con brusquedad.

- Oh, y cumple con el perfil de ario. – sacudió sus cabellos castaños claros, con mucha confianza a alguien que era capaz de arrancarle la garganta.

Minner Foran [TomTord/TordTom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora