🐍Capítulo 6🐍

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«Los adolecentes siempre toman malas decisiones a la hora de enamorarse, después de todo ellos tienen un corazón tan frágil y flexible que a la hora de ser destruidos sentian que querian la muerte y a la vez, encontrar una nueva pareja que les demostrara que podían confiar en el amor nuevamente.»

Yurio siempre buscó emociones fuertes para sentirse vivo, para sentirse mayor. Amaba patinar, pero sobre todo ser el número uno, aunque de todo eso, confundió lo más importante para un adolecente, el amor.

—Yuri, estas ebrio.— Aseguró el Canadiense que se encontraba junto a él en el bar, lo había ayudado a entrar con una identificación falsa y las cosas se le fueron de las manos, ahora el menor estaba totalmente ebrio.

—Claro que ¡Hm! No.— Mencionó enojado a la vez que hipaba y golpeaba el vaso del cual bebia sobre la mesa.— Traeme más...

—No, Yuri se acabó el alcohol.— Demando enojado el Canadiense pagando la cuenta y levantandose para tomar al rubio de la mano, aunque esta fue retirada agresivamente por el dueño.

—¡¡QUIERO BEBER MÁS, ESTÚPIDO JJ!!.— Gritó el ruso mientras se incorporaba de la silla, aunque temblaba con fuerza debido a su estado alcoholizado y quizás algo más. Intentó golpear al mayor pero fracasó en el intentó, cayendo sobre éste.

—Vaya, un lindo gatito cayó en mis brazos esta noche.—  Bromeó tomando entre sus brazos para llevarselo de ése lugar a uno más "seguro".

«…»

Cuándo por fin despertó de su sueño, abrió con mucho esfuerzo sus ojos, enfocando quizás lo que menos quería ver.

Descubrió a penas al enfocar la mirada, a un dormido Jean Jaques Leroy que lo abrazaba por la cintura. Se sobresalto y cuándo se levantó con rapidez, un fuerte dolor de caderas y la nula reacción de sus piernas lo llevó a caer al suelo, provocando un duro y muy fuerte sonido de golpe.

—¿Q...Qué?...— Logró murmurar mientras intentaba levantarse de tal golpe contra el duro suelo de una habitación que en unos segundos después de retomar la conciencia, descubrió que no era la suya ni ninguna que conociese.

—¿Yuri?...¡Yuri!.— Reaccionó algo tardío el Canadiense mientras se levantaba para ayudar a su "acompañante".— Dios, ¿Cómo puedes pararte así después de haber tenido sexo conmigo todo un día?.— Lo regaño enojado mientras lo ayudaba a ponerse de pie y dejándolo en su cama, el rubio sintió que todo el mundo se desmoronaba sobre él.

—¿Qué acabas de decir?.— Fue lo único que pudo escapar de sus labios antes de alejar con bastante fuerza al mayor de su lado.— ¿¡Que mierda me hiciste, Leroy!?.

Una sonrisa triunfante y malévola se apodero de los labios del mencionado. Esta vez había logrado quizás lo que siempre planeo, quitarle lo mas importante a la persona que quería atar a toda costa.

 Esta vez había logrado quizás lo que siempre planeo, quitarle lo mas importante a la persona que quería atar a toda costa

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Mamá, Papá...¿Me olvidaron? [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora