🐙Capítulo 12🐙

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Habían pasado dos días desde que Seung arribó a casa de los Nikiforov, desde entonces la calma reinaba en cuánto a la situación de Yurio y Otabek.

Jean no había dado rastros de atacarlos nuevamente.

Las horas pasaban en casa, sólo se oían las risas y pasitos de los menores que jugaban sin preocupaciones.

-¡Espérame Missha!.- Gritó Lenya mientras intentaba alcanzarlo, pues ahora mismo se preparaban para salir a jugar un rato al parque acompañados de Yuuri.

-¿Seguro que puedes con ambos?.- Preguntó algo preocupado Yurio mientras que el japonés de mismo nombre sonreía dulcemente.

-Seguro, son buenos niños.- Aseguró Yuuri mientras que caminaban a la puerta.- Volveremos rápido, ustedes intenten relajarse.

Yurio asintió y se despidió con la mano de su hijo.

Mientras más pensaba las cosas el rubio, más se hacía preguntas. Había hablado con Viktor hace un día y él le había contado lo que pasó cuándo tenía 16 años a punto de cumplir los 17 años.

Nikolai Plisetsky falleció y ellos tomaron su tutoría.

Por mas que intentará recordar algo no podía, nada llegaba. Había estado llorando todo el día después de enterarse de ello, aunque Otabek se quedó a su lado para que no cometiera alguna idiotez. Se preguntaba... ¿Qué habría dicho mi abuelo antes de irse?.

Mientras tanto Otabek observaba su teléfono móvil, que también había sido entregado a él por Yuuri Katsuki con la intención de ayudarlo a recordar algo. Observaba primero que todo su galería, estaba repleta de fotos en las que estaba con Yura y Lenya, había una en la playa, en una granja, en el estudió de ballet, había demasiadas... Sonrió mientras veía a su familia en las fotografías. Después de ver toda su galería comenzó a ver sus mensajes, había uno en particular que decía haber llegado el día anterior.

«Número desconocido»

¿Preparado para perder, Otabek?, el tiempo con tú esposo e hijo se acaba. El reloj corre...

Preocupado por lo que el mensaje contenía, revisó lo último que contenía su móvil y luego se levantó para ir a la habitación dónde su pequeño rubio mayor dormía.

Llego hasta la habitación en muy poco tiempo y antes de abrir la puerta escuchó un estruendo, preocupado tomo el pomo de está y la abrió. Delante de él estaba su "esposo" mirando arrepentido el suelo mientras intentaba recoger los pedazos de vidrio del cuadro que había roto.

-L-Lo siento...No quería hacerlo.- Tartamudeo casi fuera de si mismo mientras intentaba enmendar lo que había hecho, sus manos sangraban y Otabek reaccionó unos segundos después, acercándose hasta el rubio para alejarlo de los vidrios que levantaba.

-Yura, Yura no hagas eso.- Regaño con dulzura mientras lo tomaba de las muñecas y lo alejaba para sentarlo en el suelo, lo más lejos posible del cuadro que había roto.

-Beka... Beka, ¿Porqué?...¿Porque no puedo recordar nada?- Preguntó con la voz rota mientras su cuerpo temblaba, Otabek sintió que su corazón se contraia con tal fuerza que su pecho dolía. Abrazó al rubio con fuerza mientras besaba su frente, coronilla y cabeza para calmarlo.

Mamá, Papá...¿Me olvidaron? [En Pausa]Where stories live. Discover now