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Me senté en una de las sillas y vi la a la oleada de personas falsas— tanto o más que la honorada— que entraban a la casa. Se habían decidido a hacer una especie de fiesta de antifaces y todos estaban engarmados con sus respectivas máscaras. Así sería difícil reconocer a las personas.

—Deberías ir con Nicholas a recibir a las personas — Gretel me codeó levemente.

Ella tenía una máscara con plumas que había comprado a la tarde, con Katherine. A mí me habían traído una en color vino, de encaje, que hacía juego con un vestido negro con detalles en ese color.

—ella es la protagonista, dejemos que se sienta como tal— murmuré.

—¿Por qué te cae tan mal mi prima? — se rio— ¿Es por mi hermano? Sabes que Nicholas ni siquiera la quiere, ¿No? Él no te saca los ojos de encima a ti y no creo que realmente entiendas lo profundo que has llegado en él.

Hice una mueca. No estaba convencida de sus palabras y realmente no estaba segura de querer comprobarlas.

—saldré al jardín.

Tendría que esquivar al gentío si optaba por irme por el frente, así que salí por la cocina, que daba al patio. Solo tenía que caminar algunos metros de más para poder llegar al banco del que me había adueñado. Desde ahí podía ver toda la casa y también tenía una hermosa vista del cielo azul, estrellado a reventar.

—Buenas noches, señorita— una voz masculina se filtró detrás del árbol.

—¿Quién...? — me quedé obnubilada mirando esos engañosos ojos marrones que ya me habían atrapado una vez— ¡William!

—sh, Sophie, no grites— se acercó rápido, me agarró del brazo y tiró de mí detrás del árbol.

Mi corazón estaba desbocado del miedo y varios sentimientos se mezclaron en mi cuerpo.

—¿Qué mierda haces aquí?

—he venido a verte— murmuró, mirando a la casa, comprobando, supongo, que nadie viniera— quería saber cómo estabas.

—ya has visto que sigo de pie y viva, vete— le gruñí— no quiero tener problemas con Nicholas, si él se entera que estás aquí, te matará.

—¿Es cierto lo que se rumorea? — titubeó— que él y tú tendrán un hijo.

—William, eso no te importa, ¡Vete!

—entonces es cierto— sonaba dolido— joder, Sophie, te has dejado embarazar por un imbécil que te golpeó.

—también dejé que me follara un pirata de mierda con deseos de venganza— grazné— soy una idiota, ¡Lidia con eso!

—no, nosotros no follamos, nosotros...

—¿Hicimos el amor? — me burlé— todos aquí sabemos que eso para ti no significo nada y en este momento yo no podría estar más feliz de ni siquiera recordarte. Vete de mi casa, de esta ciudad, súbete a tu barco de mierda y ve a ser un pirata feliz, con su venganza realizada a otro continente.

Observé la entrada de la casa, en donde vi a Nicholas moverse entre la gente. Él no podría vernos detrás de ese árbol.

—Escapa conmigo.

—ni de coña tomaré dos veces la misma mala decisión— me crucé de brazos, alejándome— y si no quieres que le diga a Nicholas, vete de mi casa, ¡Ahora!

William pareció frustrarse y comenzó a alejarse.

—felicidades por el embarazo, Sophie— sonrió levemente— realmente espero que seas feliz.

Ámame.Where stories live. Discover now