Hospital.

784 74 5
                                    

Claudia no se apartó de mi lado en ningún momento, se la pasaba sentada en el sofá mirando programas y comiendo lo que no comía, debíamos esperar hasta que mi tutor legal llegara y aceptara la operación o el traslado a un hospital a nuestro país.

Habían pasado tres días desde el pequeño accidente que me había dejado postrada en cama, Mila y Yakov regresaron a San Petesburgo, Phichit a Tailandia mientras que Otabek, Viktor, Katsuki y Yuri se quedaron en el hotel esperando mi destino.

—Oye.— dijo Claudia haciendo que la mirara. —Cuando te recuperes vamos por sushi.

—Esa es una buena idea pero a ti no te gusta el sushi.— Sonreí.

—No, no me gusta pero a ti si entonces iremos por sushi.

—Gracias por eso, eres una buena amiga.

En ese instante el doctor entró seguido de él mi madre, había llegado y al verme sus ojos se llenaron de lágrimas, su cara se puso roja y corrió a abrazarme.

—Oh, _____.— sollozo mi madre junto a mi oído. —Debí llegar antes, debí viajar contigo.

—No pasa nada, mamá.— acaricié su espalda. —Tranquila.

—Debemos ir a firmar unos papeles, señora. — el doctor se llevó a mi madre dejandome con Claudia y la cama de a lado.

—Ya van a operarte.— chilló Claudia y me abrazo. —Veras que podrás recuperarte.

—Gracias por estar conmigo.— correspondi a su abrazo.

El doctor regreso junto con mi madre.

—La operación esta programada para mañana a medio día, preveemos que dure cinco horas y que después de esta pueda recuperar la movilidad de su rodilla y junto con la rehabilitación podrá, tal vez, volver a su vida normal.

Esas eran buenas noticias, volver a patinar era lo que más deseaba y ver a Yuri y al resto del equipo ruso, volver a competir y viajar, era la vida que quería.

—Por hoy debe descansar.— el doctor se llevo a mi madre. —Usted debe comer.

Y volvimos a la soledad entre amigas.

—Bueno... Debería dejarte.— Claudia se levanto dispuesta a irse.

—No te vayas, quedate conmigo nunca me ha gutado la soledad.— tome su brazo. —Deberia avisarle a los chicos.— tome mi celular y llame a Yuri.

—¿Hola?— contestaron de inmediato del otro lado de la vida.

—Yuri, Yuri.— me emocione al escuchar su voz, esa voz calentaba mi corazón y sonrojaba mis mejillas. —Yuri la operación es mañana.

¿Mañana? ¿Tan rápido?

—Bueno... He estado aquí por días y me recuperare después de esto.

—Esta bien, iré en un momento. — dicho esto colgó.

Él no era así, no colgaba inmediatamente después de terminar la frase, tal vez estaba cansando de estar en un hotel junto con la pareja y Otabek.

—¿Qué dijo?— me preguntó Claudia. —¿Vendra?

—Si, vendrá.— dije distante, estaba preocupada no sólo por la operación sino porque Yuri actuó extraño aunque eso podía ser normal. —Vendra.

Cuando la noche había caído Claudia fue a la cafetería para buscar algo de comer entonces me quede solo,mirando por la ventana como caían copos de nieve y cubrían los cerezos qué pronto florecerían, tocaron la puerta y un segundo después se abrió

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cuando la noche había caído Claudia fue a la cafetería para buscar algo de comer entonces me quede solo,mirando por la ventana como caían copos de nieve y cubrían los cerezos qué pronto florecerían, tocaron la puerta y un segundo después se abrió... Yuri.

—Hola.— salude.

—Hola.— Yuri camino hasta mi. —Lamento no haber vuelto a verte pero dijeron que sólo aceptaban familiares y como no soy ni tu novio no podía pasar.— sonrió con pesar.

—Pero ya estas aquí, conmigo.—sonreí y lo abrace. —¿Donde están los demás?

—Viktor dijo que nunca había comido en un hospital así que junto con el cerdo fueron a la cafetería y Otabek esta en el pasillo porque no le gusta el olor de enfermo.

—No estoy enferma.— reí.

—Tu no pero si la persona de la otra cama.— ambos miramos la cortina que nos separaba y después nos volvimos a ver. —¿Estarás bien?

—Lo estaré si no me dejas sola.

—No creo hacerlo.— beso mi cabello y se sentó en el sillón donde solía estar mi amiga. —Supongo que es incómodo tener la pierna así.— señaló mi pierna suspendida.

—Lo es, pero sirve para que no la lastime aún más.

Chicos no quiero interrumpir pero me gustaría entrar a ver a ____.— dijo Otabek desde afuera de la habitación.

—Nadie te dijo que te quedarás afuera.— dijo Yuri y el kazajo entró.

—¿Querían privacidad o no?

—Pues no... No se puede hay otro paciente aquí.— dijo Yuri y Otabek camino a mi lado para acariciar mi cabello.

—Hola monja.

—Ya no soy monja.

—Claro, claro... Monja lisiada.— Otabek río y se sentó a lado de su amigo. —La lisiada casi lo logra ¿No?

—Lo lograre el próximo año.— dije y el doctor entró sacando a los chicos de la habitación para dejarme descansar.

Mañana era mi operación y podría volver a ser feliz, porque era feliz aunque no lo supiera del todo.

La Gata Rusa 3 [Actualizaciones LENTAS ]Where stories live. Discover now