DIRTY | MIN YOON GI.

002.

Ella lo miraba de una manera codiciosa; casi podía sentir en mi propia boca cómo ella degustaba el impreso de dinero cada vez que mordía su labio y asentía en su dirección.

Zorra. Pero ella lo tenía.

- Te harás un hoyo en la palma.

Me sobresalté un poco cuando la voz de Taehyung me hizo darme cuenta del ardor que se empezaba a formar en la zona. Lo miré de reojo y vi cómo sonreía a pesar de tener la boca totalmente llena.

Rodé los ojos antes de volver a cortar la carne de res en mi plato y pude sentir la mirada de mi padre sobre mí, pero aunque quisiera haberlo mirado para evitar que me preguntase si estaba bien, mantuve mi mirada en la porcelana china frente a mí.

Remojé mis labios antes de llevarme el pedazo que había seccionado y sentir, aún con el exquisito y jugoso sabor en mi boca, como algo empezaba a sacarme de quicio.

- Oh, cariño, sabes que nunca te haría eso -algo en como su voz sonaba falsa y aterciopelada me hizo cerrar los ojos cortamente.

Pero no me di cuenta que había acabado mirándolos a ambos fijamente hasta que el pícaro brillo en los ojos de Min Yoongi chocó con los míos y la presión en la habitación empezó a subir.

Retiré mi mirada con rapidez cuando las yemas de los dedos de la pelirroja se pasearon por su afilada mandíbula causando que él girara su rostro hacia ella. Sin embargo, aún sentía sus ojos clavándose en mi sien izquierda.

Diplomacia. Diplomacia. Diplomacia.

- Veo que nuestro exitoso Daebum ya está en camino comprometido -musitó mi tía, la cual se encontraba alegremente a un lado de mi hermano inclinando sus manos hacia las mejillas del peli-negro, quien escondió enseguida el rostro girándose hacia mí.

Sabía que en su cabeza estaba riendo a causa de la impotencia de mi rostro.

- Es cuestión de tiempo antes de poder tener a mi primer nieto en manos -le respondió papá, pasando su brazo sobre los hombros de mi progenitora, quien lanzó una pequeña risilla.

Pero sólo fueron cuestión de segundos antes de que lo que más temía, saliera a flote como el tópico de la conversación.

- Me pregunto si Daeha está en la punta de ser la siguiente.

Intenté evitar la mirada de mi tío en el extremo contrario de la larga mesa de cristal, pero éste me miraba con duda sobre su copa de champán.

Mis labios se apretaron e intenté sonreír para disimular mi molestia, pero aquello, obviamente, sólo causó un debate sobre mí misma, en el cual mi siquiera tenía poder sobre hablar.

- Ni siquiera tiene novio -bufó mi hermano y abrí mis ojos en su dirección, aunque ni me dio un soslayo de los suyos.

- Eso es porque aún no lo ha querido -continuó mi mamá en mi defensa y aunque quisiera haberme relajado al obtener un poco de disfraz, no podía evitar sentirme atacada.

- Créeme, mamá, quiere -rió y volví a mirarlo con enojo-, pero no la quieren a ella.

Adiós, puta diplomacia.

- Discúlpenme -eché la silla hacia atrás con estruendo ganándome una mirada desaprobatoria de mamá. Me incliné brevemente como disculpa y no me digné a mirar hacia atrás mientras trataba de concentrarme en llegar con rapidez al segundo piso.