019.

10.2K 902 117
                                    

Aún me encontraba aturdida. El alcohol se movía por mis venas, pero aquella no era la razón por la cual me encontraba en un trance; seguía sin entender nada de lo que pasaba a mi alrededor, pero sabía, que había podido avanzar un poco más.

De todos modos, muchas cosas seguían sin tener sentido alguno.

Me llevé una mano a la frente y me froté las sienes cerrando por instinto los ojos: necesitaba parar de pensar tanto. Todo había pasado tan rápido que ni siquiera estaba totalmente segura si aquello era real.

Suspiré y observé el estrellado cielo sobre mí, intentando ignorar todo el movimiento a mi alrededor. Pero, cuando sentí cómo mi americana amiga se tambaleó a mi lado, con rapidez estreché mi brazo hacia su cintura evitando su caída.

La castaña rió contra mi pecho y rodé los ojos: ese no era para nada el plan de cumpleaños que tenía. No estaba ni siquiera cerca de ser una celebración.

Lily se balanceó entre mis brazos y gruñí tratando de mantener su cuerpo de pie, pero ella no lo estaba haciendo fácil.

Solté un respiro de alivio cuando pude distinguir el delgado y alto cuerpo de mi primo caminar entre el gentío de gente saliendo del club y sujeté a la muchacha más cerca de mí esperando a que terminara de llegar.

- ¿Buena velada? -preguntó con burla cuando nos alcanzó ocasionando que entrecerrara mis ojos en su dirección.

Empujé el cuerpo de la castaña hacia su pecho haciendo que se sobresaltara ante la acción, pero, siendo lo suficiente rápido para poder tomar su cintura evitando otra caída. Me mantuve observando la reacción de ambos mientras cruzaba los brazos sobre mi pecho y cuando su mirada bajó hacia la risueña sonrisa de Lily, me acerqué.

- Dormiremos en tu apartamento -le avisé, suprimiendo una sonrisa ante su sorprendida mueca.

- Dae...

Alcancé las llaves de su auto dentro de sus bolsillos y las balanceé en mi dedo índice haciéndome paso hacia el transporte. Pero, mientras me acercaba al Audi plateado, mi vista se detuvo en el carro de la castaña y chasqueé la lengua.

Me giré hacia ambos, sintiéndome cortamente divertida ante la escena que estaban creando y cuando me volví a voltear hacia el Chevrolet, un hombre se apareció en mi campo de visión.

Inevitablemente me sentí asustada cuando pude percibir un incómodo misterio en la forma en que me observaba: no había expresión en su rostro, y a pesar de verse muy joven, tenía un porte estricto y rígido tal cual un mayor.

Tragué cuando cruzó los brazos detrás de su espalda y me sentí temblar cuando dio un paso hacia mi, pero cuando hizo una corta pero pronunciada reverencia, fruncí el ceño.

- Me haré cargo del auto, señorita -dijo, con un tono de voz tan grave que el estómago se me revolvió, pero la confusión interrumpió el miedo cuando analicé sus palabras.

En cuanto se incorporó nuevamente, aún con el rostro inexpresivo, sus ojos se dirigieron hacia dentro del club, invitándome a imitarlo; Yoongi se encontraba de pie en lo que parecía ser el inicio de un callejón, se había colocado un saco color violeta mate y dos hombres se encontraban acompañándolo.

Apreté las llaves del auto en mis manos y suspiré: aquella idea no me gustaba, no quería seguir siendo llevada de aquí para allá sin saber el por qué. No sin saber por qué él tenía tanto poder, luego de haber quedado en quiebra.

Me tensé y volví la mirada hacia el otro joven frente a mí, la idea me chocó como un balde de agua fría y sentí mis piernas flaquear. Di un paso hacia atrás y ladeé la cabeza, me giré hacia el hombre a distancia y sentí a mi primo ponerse a mi lado.

- ¿Nos vamos?

Había escuchado lo que había dicho, sin embargo, no pude responder a ello. Millones de pensamientos empezaron a pasearse por mi cabeza y me hicieron dejar de respirar, inevitablemente seguí entregándome a la sensación de ahogo que empezó a surgir en mi cuerpo.

Y luego, cuando el rubio se giró, todo volvió a tomar rumbo otra vez.

Elevé la mirada hacia Taehyung y él mantenía una significativa mirada. Apretó a Lily más hacia sí mismo y me señaló el carro con su cabeza.

Intenté sacudirme del trance, pero me encontraba inmóvil; no lo quería creer, no lo podía creer, esperaba aquello no fuera verdad... no quería que fuera verdad.

La mano de mi primo se columpió en mi espalda y me empujó hacia el auto obligándome a caer en la realidad nuevamente. Pestañeé repetidamente enfocándome en el Audi para luego abrir las puertas del mismo dándole espacio a ambos para que se acomodaran en el asiento trasero. Sin embargo, Taehyung abandonó el cuerpo borracho de Lily y se acercó a mí.

- No creo que debas manejar -me habló, suavemente, como si pudiera entender lo que hubiera en mi cabeza.

Sin antes pensarlo, elevé la mano que ocupaba la llave hacia él y el la tomó sin dejar de observarme. Pero, yo no lo observaba, no claramente.

Me ayudó a entrar al asiento de copiloto y justo cuando cerró la puerta en mi cara, me envolví en un deja-vu que sólo hizo que mi cabeza doliera. Definitivamente, debía de parar de pensar. Por lo menos esta noche.

Cerré los ojos y me perdí en el silencio del carro, intentando entumecerme y enfocarme en el cansancio que sentía. Pero cuando sentí el peso del castaño remover el auto, mis labios se abrieron sin aviso y no pude detener mi lengua.

- ¿Mis padres le dieron dinero a Min Yoongi? -le pregunté y aún sin verlo pude sentir como se había tensado en su lugar.

- Estás cansada -murmuró.

- ¿O Min Yoongi les robó dinero a ambos? -continué, haciendo oídos sordos a sus palabras.

- Daeha...

- ¿Te referías a esto cuando me querías alejar de él? -volví a preguntar, sin abrir los ojos, pero podía imaginarme la manera en que tenía la mandíbula apretada.

- No.

Pausé ante su respuesta y abrí los ojos lentamente, él se encontraba viéndome con los ojos ansiosos y brillantes; sabía que me quería decir algo, pero también sabía que él no debía decirlo. Desvió su mirada hacia la carretera, el auto aún estaba sin encender, pero sentía como si todo diera vueltas. Cuando menos lo supe, los ojos empezaron a nublárseme y sentí un nudo en mi garganta crecer.

- Quiero entender por qué duele tanto -dije, finalmente, haciéndolo volver a mirarme cuando mi voz sonó entrecortada. No quería llorar.

Él se estiró hacia mí y cerré los ojos dejando que las lágrimas se deslizaran. Pude sentir sus pulgares pasarse por mis mejillas eliminándolas y suspiré cuando sus labios se presionaron en mi frente.

- Pronto lo sabrás.

Sí, eso ya lo sabía.

Pero, en ese punto, no sabía que me iba a destruir.







mini maratooooooooon porque sí

DIRTY | MIN YOON GI.Where stories live. Discover now