DIRTY | MIN YOON GI.

020.

Respingué sobre la cama cuando sentí el impacto de un gran peso aplastándome contra el colchón. Intenté removerme para sacudirlo, pero sólo ocasioné que me impidiera respirar aún más. Sólo me bastó escuchar una risa grave y retrasada en mi oído para darme cuenta de quien se trataba.

Empecé a moverme con fuerza hacia los lados rezando para que esto lo hiciera liberarme, pero como resultado, él terminó apretándose aún más contra mí, como si fuera posible, y justo ahí me di cuenta de la dureza que se encontraba presionada entre mis nalgas.

- Si no fueras mi prima...

- ¡Taehyung! -exclamé lo más alto que pude, haciendo que mi garganta doliera justo como mi cabeza.

Dejé salir un suspiro de alivio cuando finalmente abandonó su posición sobre mí y me giré hacia él dispuesta a arrancarle la cabeza. Él atrapó mi mano y me sonrió con burla, le solté una patada en la ingle y esta vez fue mi turno de reír cuando sus ojos se cruzaron ante el dolor.

Se dejó caer en la cama soltando maldiciones y me estiré con una sonrisa en la cara. Pero, no fue hasta que observé el techo blanco del apartamento que recordé todo lo que había ocurrido hace horas atrás. La sonrisa se desapareció y en su lugar un extraño sentimiento de frustración apareció.

- Ya dejé a Lily en su casa, -habló el mayor, incorporándose a mi lado, pero no lo miré- fuimos a buscar su auto antes, claro está.

Fruncí el ceño y arrugué la nariz mientras mi mente aún intentaba encontrarle respuesta a las actitudes con las que me había enfrentado ayer; todo seguía sin tener sentido... cuanto más intentaba buscar la explicación de por qué Min Yoongi poseía aquél lugar, más terminaba doliéndome la cabeza.

O sólo era el hambre.

- ¿Hiciste desayuno? -pregunté, dejándome caer de espaldas junto a él, una sonrisa se cruzó por sus labios.

- No específicamente.

Fruncí el ceño mirándolo directamente a los ojos y cuando guiñó, entendí sus palabras y mi rostro se volvió una mueca de asco. Él soltó una carcajada y se incorporó desordenándose el pelo, lo imité mientras negaba y le pegué suavemente en la espalda para que volviera su atención a mí.

- Aún sigo queriendo saber qué ha pasado entre ustedes -musité y él se giró hacia mí cambiando la sonrisa abierta que tenía por una débil línea en sus labios.

- Pasó hace tiempo -murmuró luego de encogerse de hombros. Sentí el aire tensarse ante su apagado y repentino tono de voz. Me acerqué más a él y suspiró.

- ¿Quisieras que pasara otra vez? -le pregunté, luego de apoyar mi mentón en su hombro. Él me miró directamente y pude ver tristeza en sus ojos.

- Las cosas no suceden de la misma forma dos veces -susurró y alejé mi rostro de él para ladear la cabeza.

- A veces suceden mejor -lo miré directo a los ojos, intentando buscar el sentido de su rechazo hacia mi amiga, pero él la desvió enseguida como si pudiera sentir que había percibido la tristeza en sus pupilas. Dio un fuerte suspiro y se puso de pie de un salto.

Subí mi mirada hacia él confundida y fruncí el ceño cuando me medio sonrió.

- Supongo que tienes cosas que resolver -musitó con intención.

Esta vez fui yo que desvié la mirada cayendo en cuenta una vez más de mis dudas. Me observé el vestido que aún llevaba puesto de anoche y bufé.

- ¿Quieres que te lleve? -preguntó con diversión y rodeé los ojos poniéndome de pie.

- Tomaré el autobús -mascullé arreglándome la prenda con brusquedad para luego empezar a caminar en dirección al baño.