El alumno perfecto.

7.3K 286 254
                                    

Nunca olvidaré el día que lo ví por primera vez. Estaba perdido, su aspecto era un claro ejemplo de lo que podía llegar la crueldad noxiana. Había matado a varios, luchado por su vida como podía, aunque estaba en total desventaja. Lo ví caer de rodillas, me acerqué lentamente a donde yacía. Reaccionó de inmediato e intentó atacarme fracasando en su totalidad, ya no podía más. El jovencito de unos diez años tenía sus manos cubierta de sangre, una mirada que decía claramente que odiaba su destino, que odiaba a los que lo habían traído hasta aquí a morir. Parecía no querer aceptar su final, empuñaba su cuchillo retomando fuerzas de donde no las tenía para acabar conmigo.

Ví potencial, ví a un chico que podría ser grande si yo lo forjaba, un arma inigualable.

Lo convencí de que no quería hacerle daño e igualmente que si quería podía darle un poder inigualable para que se vengara de las escorias noxianas más adelante. El niño dudo en un principio pero estrechó mi mano.

Yo era un adulto joven en esos tiempos, y ya tenía varios jovencitos a cargo, deseosos de aprender de mi. Kayn en ese entonces era mi pupilo más joven, y no se llevaba bien con los chicos mayores, sobretodo con uno en especial, Nakuri.

-"¿Te peleaste de nuevo Kayn?"- Interrogué.

-"Es culpa de ellos, comenzaron a molestarme porque soy demasiado delgado ¿Qué podía hacer?"- Me dijo haciendo un berrinche.

-"Mh... La verdad es que si lo estás... Tu cuerpo es muy débil, tendremos que trabajar en eso."- Dije mirándolo. Noté de inmediato que los noxianos apenas alimentaban a sus "cebos", pero no sería novedad.

Entonces entrené a Kayn, tal como lo hizo mi antiguo maestro alguna vez, cuando aún podía llamarlo "maestro".

Pasaba el tiempo y Kayn mejoraba su condición física. Se negó a cortarse el cabello por lo que llevaba una trenza la mayor parte del tiempo, sobretodo para sus entrenamientos.

-"Gracias maestro."- Me dijo una vez.

-"¿Porqué?"- Pregunté.

-"Por darme una segunda oportunidad de vivir, por darme un hogar, por darme el poder que necesito. Gracias."- Me dijo con una sonrisa que al mismo tiempo parecía confiada.

-"Ya sabes el precio que tienes que pagar al respecto."- Le dije.

-"Juré lealtad a usted, Zed. En solo usted podría confiar mi vida y mis habilidades."-

El chico comenzaba a tener un apego a mi. Por alguna razón odiaba la idea de que me viera como una figura paterna.

Mientras más crecía, más fuerte se volvía. Han pasado nueve años desde que lo encontré desolado en un desafortunado campo de batalla. Ahora era prácticamente un hombre, aunque continuaba con algunas actitudes propias de la pubertad, decisiones equivocadas como la sorpresa que me di cuando vi que traía la guadaña darkin que le ordené destruir consigo.

Luego de una larga explicación note que mi otro pupilo no venía con él.

-"Kayn, ¿Y Nakuri?"-

-"Acabé con él, era débil. Era él o yo."- Me dijo intentando evitar el tema.

-"¿Lo considerabas totalmente indigno?"- Sabía totalmente que había hecho lo correcto, el chico no daba más que problemas, había que eliminarlo.

-"Absolutamente. No podía servirte, Zed."-

Kayn ya había tomado la suficiente confianza conmigo para dejar las formalidades sin perder el respeto.

-"Zed"-

-"Dime."-

-"Lo siento por no poder completar la misión. Dominaré ésta arma, será la prueba definitiva."- Me dijo observando desafiante el brillante ojo de la guadaña que parecía no querer mirar a nadie.

[Hiatus] Mi preciada arma. (Zed x Kayn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora