[Hiatus] Mi preciada arma. (Zed x Kayn)

Soy todo lo que necesita.

[Narra Kayn]

Tuve una noche difícil. Una tras otra pesadilla me atormetó y en su mayoría eran situaciones que viví en Noxus, ya era algo habitual.

Desperté por la mañana, me sentía mucho mejor, la fiebre ya se había disipado y me sentía como nuevo, sin embargo me negaba a levantarme todavía, sentía mi cama más cómoda de lo usual. Enseguida me percaté que no estaba en mi cama, por las decoraciones era claramente la habitación de Zed. Me di vuelta encontrándome a mi querido maestro, plácidamente dormido.

¿Tanta confianza me tenía? No podía creerlo, era primera vez que lo veía así. Un asesino tan temido, tan respetado en todo Jonia se veía totalmente vulnerable.

-"Situaciones así no suceden dos veces."- Pensé.

Me aproveché e hice algo que siempre había querido, reconocer su olor. Me acerqué lentamente y olí su cuello, luego su ropa, no podía ser más feliz. Cerré los ojos para disfrutar más del momento, Zed tenía un olor sumamente atrayente para mi, no era para menos, sentía ganas de abrazarlo pero debía contenerme.

-"¿Kayn?"- Apenas escuché mi nombre abrí los ojos de inmediato.

-"Zed..."- Dije volviendo a tomar la compostura.

-"¿Qué estabas haciendo?"- Me preguntó.

-"T-te olía ¡Quiero decir! Probaba mi olfato, lo había perdido ayer."- Mentí.

-"Qué incómodo, ni siquiera alcancé a tomar un baño anoche por estar pendiente de ti, me tenías muy preocupado."- Me dijo avergonzado.

-"¡P-pero si no hueles para nada mal! ¡Digo! No se notó..."- Estaba actuando como idiota.

-"Veo que estás mejor, estoy feliz."- Me sonrió, pero al instante su mirada se dirigió a mi rostro con preocupación.

-"¿Sucede algo?"- Pregunté.

-"Sigues con la corrupción en tu cuerpo, Kayn."-

Miré mi brazo y toqué mi cara, claramente seguía ''casi'' corrompido por Rhaast. Me sentí mal al ver la expresión de Zed, estaba claro que le desagradaba mi apariencia.

-"Debo verme horrible."- Dije.

Zed me miró desconcertado.

-"No, no es eso, me preocupa que esto se desarrolle, no podría perdonarme."-

-"Fue mi elección, Zed."-

-"Aún así, te he puesto en misiones muy riesgosas últimamente. Casi mueres ayer, creo que es mejor que destruyamos el arma."- Me dijo serio.

-"¡NO!"- Exclamé.

-"Kayn, no puedo permitir que te sigas arriesgando con un arma tan peligrosa."-

-"No es mi arma, yo soy el arma. Él es una simple herramienta ¡Un accesorio!"-

Zed me miró preocupado, ya estaba acostumbrado a que actuara tan terco pero parecía no querer darme el gusto esta vez. Puso una mano en mi cabeza y me alborotó el cabello.

-"Te daré la última oportunidad. Tienes que ser fuerte, no dejes que te consuma ni un poco más."- Me dijo.

-"Entendido, no te decepcionaré maestro."-

Zed se levantó de la cama y se quedó pensando unos segundos.

-"Kayn, ¿Te sientes lo suficientemente bien como para una pequeña misión hoy?"-

-"Claro, ya estoy bien."-

-"¿Seguro?"-

-"Sí, de verdad."- Por unos momentos me estaba sintiendo como un niño mimado, de hecho creo que lo era, qué vergüenza.