Capítulo OCHO

2.4K 209 53
                                    

Yoora

—¿Qué?—soltó Yoongi después de haber notado mi mirada interrogante.

—Si esa tipa no era tu novia, entonces ¿quien era?.

—Que no te importa joder.—se llevó amabas manos a la cara.

—Bueno...—me picaba mucho la curiosidad.

Aquella chica tan guapa, de pelo largo completamente negro y sedoso y ojos redondos bastante expresivos, no paraba de rondar en mi cabeza.
Yoongi había dejado claro que ella no era su novia...entonces, se trataba de ¿su amiga con derecho?, ¿su exnovia?, ¿lío de una noche?.

De alguna manera, aquella tarde, mi felicidad había desaparecido completamente, no sabía el por qué.

Nos encontrábamos en mi casa, bebiendo el café que mi madre nos había preparado, ya que a Yoongi le daba flojera caminar hasta la cafetería de la cuál le había hablado.

Me aburría y pues decidí jugarle una broma a mi querido amigo.

Cogí azúcar y canela, eché varias cucharadas de ambos condimentos sin contar y los revolví.
Esto todo intentando que él no me viera, siendo sigilosa y cautelosa.

Yoongi se reincorporó y estiró su brazo para alcanzar su taza.
Me miró sospechoso y yo solo sonreí inocentemente.
Me alejé para poder escapar con facilidad, mi madre alzó una ceja y me advirtió con la mirada.

—Me cag...—Yoongi tosió haciendo una mueca de disgusto y me lanzó una mirada tan afilada que podría haberme partido en dos.

—Yoongi, cariño, ¿no te gustó el café?—preguntó mi madre con tono de preocupación y giró a verme.
Seguro que en su mente me había dicho algo como "qué demonios has vuelto a hacer, te dije que te portaras bien, maldita niña insolente".

Me había escapado del lugar antes de que Yoongi me aniquilase con la mirada.
Sabía que la había liado parda y me retiré hacia mi habitación, a la velocidad de la luz

—Me pasé con el azúcar—fingió una sonrisa—voy a por agua.

—Adelante cariño.

Yoongi me había seguido y su mirada no me inspiraba nada bueno.

—Estás muerta, Shin Yoora.—me sobresalté del susto al ver que se encontraba a pocos centímetros lejos de alcanzarme.
Como autoreflejo cerré la puerta atrozmente, arriesgando cortarle los dedos a Yoongi.

Aseguré la puerta con llave y salté sobre mi cama riéndome como foca epiléptica.

Al poco rato, las maldiciones de Yoongi desvanecieron.

El silencio empezaba a incomodarme y para asegurarme, pegué mi oreja a la puerta intentando localizarlo.

Sentí un escalofríos recorrer mi columna vertebral.
Giré mi cuello lentamente hasta encontrarme con la mirada de Yoongi, en llamas.

—¿Cómo te va, querida?

—¿C-c-cómo e-e-entraste?—tragué saliva.

—¿No te había comentado de que puedo traspasar paredes?—se acercó lentamente.

—¿Te crees Casper?—Yoongi frunció el ceño y me pegó contra la pared.

DIFFERENTS- MYG (BTS) Where stories live. Discover now