Capítulo ONCE

2.2K 198 5
                                    



Yoongi

Sin decirle nada a Yoora me salí de aquella cafetería.
Me había sonrojado y no quería que ella lo notara.

Al otro lado de la carretera pude divisar dos siluetas pegadas a un árbol. Al principió hice la vista gorda, pues la verdad es que no me interesaba ver como aquellos dos se devoraban vivos.

Caminé un poco hacia delante para poder cruzar la calle, pero lo que no me esperaba era que conforme iba avanzando aquellos dos se parecían más y más a Cho-Hee y Dongsuk.

Me paré en seco, mi cuerpo se había tensado, mis músculos faciales ya no estaban tan relajados como solían estarlo siempre.

Fruncí el ceño, mi mayor inquietud en aquel instante eran los sentimientos de Yoora.

Ella no podía ver aquello, pero ya era muy tarde, se encontraba parada detrás, observando incrédula la misma escena que yo.

Con lo ojos llorosos y los labios temblando se acercaba poco a poco hacia su mejor amiga y el chico que le gustaba.

Mierda, no debía de haber salido.

La agarré del antebrazo como acto reflejo.—Solo ignóralos—susurré.
Ella sonrió burlona y se deshizo de mi agarre. Era la primera vez que la veía de aquella manera.

Su mirada adolorida se había convertido en una fría y desalmada.
Su dulce voz se tornó en una más cortante y cínica.

—¡Mejor amiga!, ¡Dongsuk!, ¿pero qué hacéis vosotros dos aquí?—rió escéptica—¿cómo está tu mamá, chico?. Me imagino que bien, porque sino, no te encontrarías aquí comiéndole medio morro a la Cho-Hee.—Yoora no medía sus palabras, hablaba sin pensar, sin importarle herir los sentimiento de quien una vez fue la persona más importante de su vida.

—Y..Yo..RRRA—Cho-Hee parecía nerviosa. Me miró como si estuviera buscando ayuda, yo solo me limité a negar con la cabeza.—No es lo que piensas.

—¿Pero tu cómo sabes lo que estoy pensando, querida? ¿Acaso puedes leer la mente de los demás, aparte de ser una maldita embustera?

—Yoora escucha lo que tiene que decir primero.—pude apreciar como Dongsuk se acercaba a la peli-naranja y le agarraba el brazo.

Aquella escena me pareció tan patética que de un momento a otro solté una risilla.

« Es por esto que nunca me agradaste, Cho-hee. Tú tampoco enclenque» pensé.

—Tú te callas, que a ti nadie te ha dado vela en este entierro. Y además que hay que escuchar si todo se puede ver, creo que este panorama ya lo dice todo.
Y no te atrevas a tocarme de nuevo, que soy alérgica a los mentirosos.—el más alto soltó a Yoora y con la cabeza gacha retrocedió dos pasos hasta colocarse justo al lado de Cho-Hee. Esta última se encontraba sollozando y sin la valentía de afrontar a su amiga.

Se sentía culpable, y eso es algo del cuál todos los presentes nos habíamos dado cuenta.

—Venga Cho-Hee, ¿a qué esperas? Explícamelo todo, dime que todo lo que acabo de ver no era cierto.—Yoora se acercó a su amiga y con delicadeza agarró de su mentón.—¿Por qué lloras?, tú nunca lloras, que pasa ¿eh?, ¿dónde está la Cho-Hee que conozco?.—sus manos dejaron de acariciar la barbilla de la rubia y pasaron a recorrer sus hombros.—¿Por qué lloras?...dime...habla...deja de llorar...hm..¡Si la que debería de estar llorando soy yo!.—Yoora había alzado su voz demasiado y el eco de la calle vacía había hecho que sonara aún más fuerte.

No pude aguantarlo y la tomé de su mano que quedaba muy pequeña en la mía.

—Relájate Yoora. Mejor vámonos, no merece la pena que estés así.—la arrastré por el lado contrario en dirección de la casa.

—¡Suéltame Yoongi, joder!—corrió de nuevo hacia donde su amiga se encontraba parada.

—Cho-Hee por favor, respóndeme,no me dejes así.

Al perecer su amiga había decidido darle una respuesta, por lo que se secó la lágrimas y tomó una buena bocanada de aire, no sin antes mirarme y sonreírme con una triste sonrisa en su rostro.

—¿Nos podéis dejar a solas?—pidió.

Asentí y me largué de allí para sentarme en un banco que se encontraba no muy lejos de ellas dos.

Incrusté mis auriculares en mis oídos y dejé sonar una canción cualquiera a la cuál no presté mucha atención.

—Y bien, ¿por qué lo hiciste?—podía oírles desde mi sitio. La calle estaba totalmente vacía; una de las razones era por el frío, dejando a parte el hecho de que ya había oscurecido.

—Yoo.

—No me llames así.

—Yoora, te lo quería decir, te lo prometo.—ella solo se limitaba a mirarle aturdida—A mí...Dongsuk me gustaba desde hace mucho tiempo.—seguía sin responderle—el día en el que quería contártelo te acercaste a mí y me dijiste que te gustaba. En ese momento me acobardé y no pude decírtelo adecuadamente.

—Wow..—parecía perdida.

—Empezamos a salir a principios del curso...me sentí mal, te lo iba a decir...pero no tuve las agallas suficientes...

—¿Y la cita?

Cho-hee se acercó a su amiga y agarró un mechón de esta, para después posárselo con cariño detrás de la oreja.

—En realidad, era para contártelo todo, pero me acojoné y le pedí a Dongsuk que lo cancelara.

—Mintiéndome, ¿no?.

Yoora retrocedió dos pasos y miró hacia mí. Parecía destrozada, partida por dentro.

Lo único que hizo fue sonreírle e irse de allí para después acercarse a mí, tomarme de la mano y empezar a caminar.

Ya a cinco metros alejados de la chica que habíamos dejado atrás, la peli-naranja se paró en seco y lo más alto posible, gritó:

—¡Espero que os vaya bien a los dos!. ¡Que sepáis que no os doy mis bendiciones!











Soongi

DIFFERENTS- MYG (BTS) Where stories live. Discover now