Capítulo 15

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—¡Voy llegando!— Grité en cuanto descolgué por tercera vez él teléfono.

—¡Pues no te veo aquí!.

Aceleré hasta llegar a una de las partes mas bajas y peligrosas de la ciudad, hasta llegar al hospital psiquiátrico abandonado, Saint Patrick.

Mi hospital.

Pase de largo la curva en la que debía esconder el auto, ya no me importaba. Quería acabar con aquello lo más rápido que pudiera para volver con mi pequeña.

Sabía que estaba malditamente mal, sabía que tenía que ser precavido pero no podía parar, quería terminar esto lo más rápido posible.

Me estaba exponiendo.
Estacioné al frente y salí del auto.

Solo serán unos minutos...

Pero algo se sentía malditamente mal.

Crucé al otro lado de la verja de un salto y llegué a una ventana en específico, en la parte trasera del edificio.

Comencé a trepar por los surcos estratégicamente hechos en las paredes.

—¡Ya debería estar aquí!—Dijo una voz mientras asendía con cuidado de no hacer ningún sonido.

—Ya está llegando—Replicó Santos con fingida tranquilidad.

Me colgué del sobresaliente raída de la ventana mientras esperaba la réplica de Aarón.

—¡Y una mierda!—Bingo; mi turno de entrar.

Me impulsé lentamente y entré con altanería mientras veía como el crío Aarón se acercaba amenazante a Santos.

Solté una carcajada llamando la atención de las cuatro personas que me miraron entré asustados y enojados.

—¿Tu mami no te enseñó a no decir groserías, niño?—Torcí el gesto sonriendo.

¿Que coño hacía ese crío aquí? ¿Donde estaba su hermano Marco?

—¿Tu mami no te enseñó a ser puntual? —Replicó sonriendo, pero inseguro— Ah, es cierto, la mataste.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo como sí de una descarga eléctrica de tratara, cortándome la respiración.

El lugar enmudeció inmediatamente asustado.

Él no lo dijo...

Una oleada de ira me invadió e inconscientemente una sonrisa se me formó en la cara.

Me obligué a controlarme y camine lentamente hacía el puto crío que se había metido en donde no debía.

—¿Y quieres que suceda lo mismo con la tuya?. —Susurré a un palmo de su cara, intimidandolo.

Lo empujé con rabia contra la pared evitando lastimarlo gravemente, él era malditamente necesario en estos momentos.
Clavé mis dedos en su cuello, asfixiándolo lentamente.

—¡¿Acaso olvidas quién te salvó de estar tres metros bajo tierra?! —Escupí en su cara. 

Aarón lentamente entraba en pánico pero lo mantenía bajo control. No intentaba alejarme, no me golpeaba, se quedó quieto mirándome desafiante.

No lo iba a matar, y él lo sabía.

Apreté aún más mi agarre, enrojeció al punto de la completa asfixia, sus ojos se pusieron blancos...

Me recorrió una calma absoluta y placentera, ansioso de terminar con su vida con mis propias manos.

Pero lo solté.

Y él hechizo terminó. Y volví a estar malditamente vacío.

Me dirigí a los demás ignorando los jadeos incesantes de Aarón.

—Andy, tus hombres que vigilen el perímetro—Asintió.

—Charlie, la distracción.—Sonrió con malicia y sonrió.

—Santos, conmigo y a mi señal.

—¿Preparados? 

—¿Y yo que haré?— Dijo Aarón al mismo tiempo que yo.

—¿Y tu hermano?.

—Muerto.
Intentó decirlo con confianza, fingiendo que no le dolía, pero su voz se rompió.

La noticia me dejó pasmado. Marco murió... y yo no estuve allí.

—Se lo merece— Sonreí aunque no era lo que sentía.

Aarón se abalanzó contra mi, pero antes de llegar Santos lo empujó enviándolo al suelo.

—¡Escúchame, niño!— Gritó hastiado—Me importa un carajo la muerte de tu hermano. O te calmas, o terminarás igual— Susurró en su cara.

—Aarón, tu los llevarás al punto. — Replanteé dándole algo que sabía que podía hacer. Es hora de que actúe con madurez y haga su él puto trabajo que le pertenecía por nacimiento.

Él asintió. Aarón era el más joven, con falta de experiencia pero el más ágil, capaz de engatusar al más astuto. Y por eso era importante en aquel plan.

Salimos de aquel deplorable edificio con un objetivo en mente.

Salir vivos de lo que íbamos a hacer.

Pero una llamada interrumpió mi camino y me alejé del grupo.

—Daemon.

Fue como sí hubiera recibido un golpe directo en la boca del estómago. Jadee en busca de aire, temeroso mientras me tambaleaba hacía atrás, como sí lo enfrente.

No esa voz... No esa maldita voz.
Los recuerdos y aquel dolor que tanto intenté olvidar volvía con más fuerza. Asfixiandome, aplastándome con el peso de los años.

—¿Como está tu pequeña?

Y me empujó a aquel lugar del Ámber me saco. A aquel mundo de locura y dolor. Agonía y desesperación. Un lugar donde nadie merecía estar. Atrapado en sí mismo.
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¿Quién es Aarón? ¿Que iban a hacer?.
¿Quién está detrás de aquella llamada que tanto le asustó a Daemon?

Quizás les pareció aburrido esté capítulo pero tenía que pasar.
Consejo; No se encariñen con Aarón...¿O sí? Jsjsjjsd¡Voten y comenten! Espero les haya gustado

Daemon PetrovWhere stories live. Discover now