2.9

6.2K 716 78
                                    


ΔΔΔ

—Es ella —dije para mi mismo, pero tanto Sehun como Jungkook se concentraron mas en mis palabras

—¿La conocía? —me pregunto Sehun

—Si, ella mantenía una relación con mi... amigo.

Jungkook se quedo mirando fijo la mesa, serio, como si aquella conversación no tuviera la suficiente importancia para el.  Sehun cerro los ojos y rio sin gracias, supongo que estaba feliz de que el  caso se este terminando, eso significaría menos trabajo

—Así que su amigo recurría a los servicios de la señorita Park. Era demasiado popular por lo que me doy cuenta, lastima que fuera por un trabajo tan inapropiado.

— ¿Qué pasara ahora? —pregunto Jungkook un poco mas animado, solo un poco

—La muerte de Rose se ha tomado como un suicidio. Ya no tienen nada que hacer aquí, pueden irse.

Comprendí rápido el mensaje así que solo agache la cabeza en modo de despedida, pero cuando yo apenas iba a levantarme de la silla, Jungkook ya estaba cruzando las puertas de salida.

Corrí tras el mientras me colocaba mejor mi abrigo. Las temperaturas habían bajado tremendamente en los últimos días, pero a pesar de eso Jungkook no llevaba mas que la costosa camisa a rayas que le envió su madre.

— ¡Aguarda un segundo! —grite desde la distancia que nos separaba.

En cuanto logre jalar parte de su ropa, se detuvo.

—¿Por que tan enfadado? —hable con calma. Ahora que tenia razones para regresarle mi confianza quería ser lo mas comprensible con el. 

— Eso no es asunto tuyo, nada mío lo es.

Tratando de no fruncir el ceño y molestarme por lo dicho, levante una de mis manos para que viera el anillo que ambos compartíamos desde hace poco.

—Desde que lo pusiste en mi mano se convirtió en asunto mío.

Mire su mano y efectivamente la sortija estaba en su lugar. Recordándome la manera en que lo escondió de los guardias para que no se lo quitaran. Un pequeño detalle que me empujo a seguirle hablando.

—Deberíamos estar juntos en esto, necesito que me ayudes a salir de tanta tragedia que veo.

Dejo de mirarme y se dio la vuelta, bajé la mano con tristeza porque al parecer ni mis palabras lo harían cambiar de actitud. Pero necesitaba que se fuera, que caminara en mi dirección contraria para confirmar que haberlo escogido a el fue un error.

El frio estaba colándose por mi piel hasta los huesos, y el abrigo que tenia solo era una bonita decoración para mi cuerpo congelado. Suerte que Jungkook me abrazo, espantando el aire gélido que invadía cada uno de mis poros.

—Vamos a casa

Luego de un tiempo en silencio, Jungkook me dirigió la palabra.

— Mi madre fue la causa

—¿Que pasa con ella? —pregunte confundido

—Yoongi dijo que le haría daño si yo no me inculpaba.

Tal parece que la cabeza de Yoongi había dejado de funcionar de manera correcta hace bastante tiempo. Tenia que estar loco al idear un plan tan extraño, retorcido, tan poco humano. ¿Cuál era su propósito? Tan solo pensar en eso mi cabeza se convertía en un circo ruidoso, de esos con tigres fuera de control y niños lloriqueando. Simplemente molesto.

—Hiciste lo correcto.

Cuando eran las tres de la tarde, Jungkook y yo nos encontrábamos dándole algunos arreglos a la casa, pues Mark dejo un mensaje en la contestadora diciendo que vendría en la noche. Al fin estaríamos juntos de nuevo.

Jungkook había visto las manchas de helado que había en la alfombra, así que me vi en el reto de contarle sobre la visita que Yoongi hizo con lujo de detalles. Al parecer se molesto un poco, pero finalmente comprendió y dejo pasar el tema.

Deje la escoba en su lugar a lo que Jungkook tiraba la alfombra dentro del cuarto de ropa sucia. Para entonces estábamos sentados en el suelo, esperando a que Mark entrara por la puerta.

Era agradable. Sus brazos me rodeaban con fuerza, sin intención de dejarme salir. Con los ojos cerrados y el único ruido de las calles, pues no había necesidad de encender la ruidosa televisión para dejar atrás algún rastro de incomodidad. Necesitaba esto, realmente que lo quería.

—Te extrañe mucho

— Jamás me fui —dije, y nunca sentí tanta tranquilidad porque lo supiera.

— Lo se, pero fue complicado no tenerte siempre. Deteste haberme acostumbrado tanto a ti.

Entonces lo besé. Porque sabia que no hacían falta las palabras para demostrar lo bien que me hacia sentir, que me necesitara tanto. Que me anhelaba de la misma manera que yo lo hacia con el. Después de tanto sentimiento de soledad, era algo reconfortante.

—¿Qué mas puedes extrañar de alguien como yo? —pregunte mientras me acomodaba mas entre su regazo.

—Tu comida, definitivamente no puedo vivir sin ella.

—Vale, por halagar mi sazón hare la cena que tu quieras —dije seguro

Cuando lo mire note en sus ojos que no estaba muy al tanto de lo que había dicho.
Acerqué mi rostro mucho más hacia el, apretujando más el suéter que se puso hace tiempo, notando como su aroma era una droga tan poderosa que me haría desfallecer un millón de veces.

— También extrañe tu cuerpo. En todos los sentidos— aclaró

De manera drástica regreso en si mismo para besarme.
Encontraba placentero como acariciaba mi cabello y terminaba en mis caderas formando círculos con los dedos.

Hacerlo era la parte más comprometedora para mi.

Jungkook dejo los movimientos suaves, se deshizo de mi cordura y estabilidad cardíaca en cuestión de segundos. Y no era para menos, sabia que cualquiera lo haría si èl tocaba de forma tan descarada el cuerpo de alguien más.
Pero era a mi, yo era quien tenía aquel honor, y eso bastaba para sentirme afortunado, deseado por la persona a la que yo sentía como la mejor en la tierra.

No nós detuvimos en ningún momento.
No nós importo darle un uso tan indecente a la sala y los sillones -que ahora recordaba- necesitaban un cambio.

Aquella imagen de sus labios abiertos, sus ojos cerrados para sentir con más amplitud el tacto de mis manos y los suspiros escapados en señal de que estaba gustoso.
No había manera de describir como se sentía.

Era mas que una necesidad.

ΔΔΔ

Padre Rebelde | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora