Capítulo 5 "Palabras para reaccionar"

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Aun después de dos días, sueño con la cita con Louis. Fue maravillosa. Lo que toda mujer fantasea, o la mayoría. Louis me llevó al parque olímpico y ahí visitamos todos los lugares turísticos que pudimos. Estuvimos todo el día deambulando. No parábamos de tomar fotos y de comer dulces, porque eso sí, pude darme cuenta que a Louis le fascinan los dulces y por ende el creyó que yo también porque a cada rato me compraba. No soy fanática de los dulces, pero igual me gustan. Aunque no tanto como a él. Nos tomamos muchas fotos con la cámara profesional de Louis. Nunca pensé que a él, tendría como hobbie, sacar fotos. Estuvo un rato explicándome sobre filtros, zoom y otras cosas que sinceramente no entendí, o mejor dicho no le presté atención porque mi mente solo lo veía, a veces no lo escuchaba. Espero que no se haya percatado que varias veces no seguía sus palabras. También almorzamos y me compró varios muñecos de regalo y varios ramos de flores. Muchas veces le comenté que no me comprara nada, pero él de deshizo de mi comentario con una sonrisa. No podía con su hermosa sonrisa. Mi mente se paralizaba. No sé que me está sucediendo, pero tengo que buscar alguna solución. Y de inmediato.

- Janni te llaman por teléfono---suspiré molesta. Miré los restos de arcilla que estaban en mis manos y giré los ojos. Me levanté de mi asiento y dejé el jarrón de arcilla a medio hacer en la mesa. Salí del estudio de mi madre y caminé por el pasillo. Al ver el teléfono descolgado, lo agarré.

- Buenas tardes habla Janni

- Muy buenas tardes srta. Janni, le estamos llamando de la oficina de postagrados de la universidad---mi piel se erizó al escucharlo. Apreté el auricular del teléfono--- se que aun está en una situación difícil, pero el comité educativo hará una acto conmemorativo a todo el grupo de exploración que estuvo en Qatar, y siendo usted la única sobreviviente queremos que usted de unas palabras, en especial a los familiares y amigos que fueron invitados--- el corazón me latía de tal manera, que pensé me desmayaría. Me apoyé a la pared para buscar algo fuerte para sostenerme---se que la estoy agarrando desprevenida, pero le hemos enviado varios correos y al no respondernos la estamos llamando

- Desde hace mucho que no reviso mi correo---mi tono de voz sonó raro--- lo lamento, pero no...---tragué grueso---no me siento preparada para eso. Lo siento.

- Sabemos que para usted es muy fuerte, pero...--- el joven del teléfono suspiró--- lamento presionarla srta. Janni. Si usted cambia de opinión, puede llamarnos aquí a la oficina. El acto será dentro de un mes. Muchos profesores y estudiantes quisieran verla, usted ha sido una de las mejores del programa en muchos años y que lo haya dejado...

- Lo lamento, pero no he cambiado de parecer---él no podía ver mis lágrimas, el dolor que me consumía--- muchas gracias por la invitación. Que tenga un buen día.

- Igualmente srta. Janni---colgué el teléfono. Me dejé caer al piso y lloré en silencio. No quería alarmar a mis padres. Me sequé las lágrimas y me levanté del piso. Caminé como un zombie hasta mi habitación, fui al baño, me lavé las manos. Luego, busqué mi chaqueta, mi bolso y salí. Necesitaba salir de allí. Buscar aire. Antes de salir, le grité a mi madre que saldría un rato.

***

Ya quería salir de esa reunión y ver a Janni. Desde hace dos días que no la he podido ver. Conversamos por el celular, pero no es lo mismo. Tener a Janni a mi lado es la gloria. Cada vez que habla y sonríe, me enamoro más. Hasta cuando esta seria es hermosa. Todo lo que dice, es de alabar. Ella es una persona analítica y racional, pero con un toque romántico. Nunca pensé que conocería a una  mujer como ella. Durante la cita, entrelacé mi mano con la de ella y no se molestó, tampoco la quitó y para mí fue un paso agigantado.

Observé con impaciencia el reloj de mi muñeca. Solo faltaban unos minutos, pero para mi eran como horas. Cuando terminó de hablar el conferencista, aplaudimos  y la sala comenzó a levantarse. Conversé con algunas personas y estreché manos con otras. Media hora después, sentado en la limosina, aflojé mi corbata y suspiré. Al fin se había acabado esa locura. Siempre he odiado las reuniones y todo eso, pero como príncipe debo participar, me guste o no. Marqué el celular de Janni, sin recibir contestación. Repetí la llamada, sin embargo no contestó. "Que extraño" pensé curioso. Los últimos días siempre ha contestado el teléfono. Marqué a la casa de sus padres. Su madre se puso al habla.

Conquistando Tu Amor- Serie Amigos de la Realeza N°3Where stories live. Discover now