Capítulo N°4: "Sus Ojos Llenos De Nostalgia..."

2.4K 108 14
                                    

#NARRA Atenna#

– ¿Cuánto tiempo creen que estemos aquí? — Preguntó Sofía 10 minutos después de haber terminado de comer.

No se escuchaba nada desde que el chico con lentes había dejado el desayuno de Gabriela y Sofía.

– No tengo idea... — Dijo Sofía, viendo a la nada.  — Atenna... — Volteé a verla. — ¿Por qué no estabas cuando despertamos?

– Desperté y decidí sentarme a ver en donde nos encontrábamos. 5 minutos después entró el chico más alto, me llevó arriba y desayune con él y con los otros dos. — Respondí jugando con una parte de la falda de mi vestido.

– ¿Crees que nos encontrarán? — Preguntó Sofía con los ojos cristalizados.

– ¡Claro que lo harán! — Respondió Gabriela abrazándola. — ¡Saldremos de aquí!

– ¿Cómo estás tan segura de eso? — Pregunté, ambas me voltearon a mirar confundidas. — No sabemos ni donde mierda estamos... ¡Podemos estar al otro lado del mundo y no sabemos! ¡Sofía fue abusada! ¡Estuvimos atadas! ¡Estamos encerradas en un maldito sótano! ¡Llegamos en helicóptero, es decir que no hay pista de como nos pueden encontrar! ¡¿Cómo crees que saldremos de aquí?! — Exploté, saqué todo lo que sentía con lágrimas, que cada vez eran más fuertes.

Gabriela y Sofía no decían nada, no me estaban mirando a mi, tenían la mirada fija algún punto detrás de mí.

Maldita sea, que no sea lo que estoy pensando....

Me volteé y vi a los tres chicos a tres metros de mí.

– No es necesario que te descargues con ellas... — Me dijo el chico de las gafas, recostado en la pared.

¿Soy vidente o que mierda?

Bajé la mirada, no sabía que decir o que hacer. Más lágrimas salían de mis ojos, lloraba en silencio, por suerte mi cabello me tapaba la cara, no sollozaba, siempre he podido mantener el control de mis acciones.

Escuché unos pasos acercarse y a las chicas sentirse más pequeñas de los que eran, podía sentir como temblaban. Tapé mi cara con mis manos, no quería que me vieran.

– A... A... Ate... Atenna... — Tartamudeaba con miedo Sofía.

Subí la mirada lentamente y me encontré un rifle apuntándome directamente.

– ¿Quieres ser la primera? — Preguntó, serio, seco, y me atrevería a decir, harto. Era el chico de ojos miel el que me apuntaba con el arma.

Con la visión periférica pude ver como los otros dos chicos lo veían y veían lo que estaba haciendo.

– Puedo hacerlo ahora, ¡¿Eso quieres?! — Gritó. Negué rápidamente sin quitarle la mirada al rifle, sentía el corazón en la garganta.

– Gian, relájate. No tenemos necesidad de llegar a eso. — Le dijo el chico de gafas acercándose e intentando quitarle el arma.

¿Secuestrada? - Gianluca GinobleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora