¿Secuestrada? - Gianluca Ginoble

Capítulo N°17: " Noticias Y Reconciliaciones"

#NARRA Gianluca#

Estaba sentado descansando en el sofá de la pequeña sala, Piero en la cocina viendo el celular (Como cosa rara, nótese el sarcasmo) e Ignazio hablando con Sofía, cosa que no me importa.

- Ignazio... Yo... - Sollozaba Sofía con la cabeza baja.

- Shhhhh. - Ignazio puso un dedo en los labios de Sofía y ella soltó un largo suspiro - Primero cálmate, por favore. - Dijo con acento italiano, que por la reacción de Sofía, le gustaba. Eso era tan típico, ¿Qué mujer se resistiría a los encantos de un italiano? Ninguna, de eso estoy cien por ciento seguro.

Pasó unos cuantos segundos para que Sofía se calmara completamente. Piero levantaba continuamente la mirada del celular para ver la misma escena que yo, pero luego volvía sus ojos a la pantalla.

Suspiró por ultima vez. - Listo. - Afirmó con voz más calmada y en sus labios se formó una sonrisa triste.

- Segundo, lamento todo esto, de verdad. Es mi culpa. - Admitió Ignazio. Y seguido de eso la abrazó.

Ella solo le siguió el abrazo. Y la verdad, no pude aguantar mi sarcasmo. - Pido ser el padrino.

La cara de Sofía se volvió un tomate, y la mirada de Ignazio era de "Cállate o si no te mato".

Solté una carcajada sin poder evitarlo. Cierta mente esa escena nunca la olvidaría.

De un momento a otro, sin poder pensar en lo que pasó, la escena fue interrumpida debido a que Piero lanzó su celular contra la pared rompiéndolo en millones de pedazos.

- ¡MIERDA! - Grita Piero a todo pulmón hecho una furia. La cara estaba de un color rojo intenso. En pocas palabras, estaba molesto.

- Hey, hey, hey. - Rápidamente me levanté y me puse frente a Piero. - ¿Qué pasa?

- ¡Te dije que todo esto era un error! - Comentó irritado. Mi cara de confusión no era normal. - ¡Lo de secuestrar a Atenna y sus amigas! Maldita sea, Gianluca.

- Barone, no soy adivina. Ya enserio, ¿A qué te refieres?

- Bueno, ¡El padre de Atenna tiene a Mariagrazia, a Antonina y a Ernesto!

Pradre de Atenna... Tiene... Ernesto...

Mi mente sólo repetía esas palabras en mi mente, una y otra vez. Estaba completamente paralizado, y me tensé inmediatamente. Mi hermano.

- ¿Qué? - Murmuré sin poder salir de mi transe.

- ¡Lo que escuchaste! - Respondió irritado, tenso, triste. Todo al mismo tiempo.

Solté un largo suspiro. Ernesto, mi hermano menor, la razón principal por la que comencé todo esto para buscar dinero, ahora estaba en manos de Francesco. Y estoy cien por ciento seguro de que lo usará para encontrar a Atenna.

Volteé a ver a Ignazio y Sofía. Piero tenía un rostro que reflejaba desesperación, Ignazio estaba completamente serio, y Sofía, simplemente estaba confundida. Gracias a ella fue que caí en cuenta que habíamos hablado en italiano. Es decir que no entendió nada.