Capítulo N°11: "El Comienzo"

1.7K 84 6
                                    

#NARRA Atenna#

– ¿Qué harán con nosotras? — Rompí el silencio de 30 minutos después de que terminé de comer.

Sentí su mirada clavada en mí, sin embargo la mía estaba en mis dedos.

– Te seré sincero, no tengo idea. — Respondió.

Tragué saliva. ¿Eso es bueno o malo. Mierda.

Otro silencio se apoderó del lugar. Como los odio. Me siento incómoda.

– ¿De qué parte de Italia eres? — Preguntó de repente.

– Milán. — Subí la mirada. — ¿Y tú?

Río levemente. — Roma.

– ¿Puedo hacerte una pregunta personal?

Me miró fijamente. Seguramente sea porque no se lo esperaba.

Asintió. — Adelante.

Suspiré. — ¿Por qué comenzó esto de El Trío Italiano?

Bajó la mirada. Estaba pensando en su respuesta.

– Todo comenzó por necesidad.
Verás. Conocí a Piero y a Ignazio cuando yo tenía 14 años. Los tres vivíamos en malas condiciones. Mi padre no tenía un empleo estable y mi madre se quedaba cuidando de mi hermano y de mí. En los siguientes dos años la amistad entre nosotros tres se fue fortaleciendo, y por ello decidimos confesar como vivíamos. Resulta. Que los tres teníamos el mismo problema. Inestabilidad económica. Con tan sólo 16-16-17 años de edad salimos a las calles a ver como podríamos beneficiarnos.
Duramos todo el santo día recorriendo buscando y buscando. Pero nada.
Ya nos habíamos dado por vencidos. Entendimos que nadie querían a niños de la calle. Nos sentamos en el suelo frente a un bar. Ignazio se puso mal ya que le prometió a su hermana que todo saldría bien, pero no fue así. La calle estaba completamente vacía hasta que apareció un auto. Muy elegante. De él se bajó un señor de traje y buen porte. Se acercó a nosotros y nos ofreció dinero por una "Pequeña" tarea. También nos explicó que nos conocía, y que sabía que buscábamos. 

Suspiró y acerqué la silla para quedar más a su lado. Si le estaba prestando mi total atención.

– Nos explicó que era y nos negamos. Pero Ignazio aceptó en hacerlo sin importar si era él sólo o con nuestro apoyo. Piero se levantó también y apoyó a Ignazio. Dudé un poco pero al final terminé aceptando. Nos fuimos en el auto del señor a su casa. Nos entregó todo lo que necesitábamos para hacer esa "Tarea especial"

– ¿Y qué era? — Pregunté.

– Matar a la esposa.

Me sorprendí completamente. ¿Cómo alguien va a querer eso?

– Resulta... — Continuó. — Que la mujer le había sido infiel. Él le había dicho que estaba perdonada. Pero no era así. Quería venganza.

– Vaya... — Fue lo único que salió de mi boca.

– Así comenzó toda esta maldita historia. Primero fueron encargos de asesinato y fue aumentando a secuestros por dinero. — Concluyó.

¿Secuestrada? - Gianluca GinobleWhere stories live. Discover now