Capítulo 7: Tercer día

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Me apresuré en prepararme para ir a casa de Clara. Sé que dijo que en realidad no sale seguido, pero aún así me veo forzado a caerle de sorpresa. Tengo el tiempo contado y no me puedo dar el lujo de desperdiciarlo. A mamá le parece raro que esté saliendo todo el día hasta caer la noche, pero paso por alto sus comentarios y me limito a decirle que estoy arreglando unas cosas antes de la comida de mañana con mis abuelos. La verdad no tengo idea de cómo resultará la comida, pero intento pensar positivo. Digo, lo peor que podría pasar es que la abuela quiera sacar el álbum de fotos, fuera de eso, todo será tranquilo.

Conduzco sin prisa el auto de mamá. Afortunadamente me aprendí el camino hacia la casa de Clara, y me supongo que allí estarán su hermana, su abuela y su madre. No tengo idea de qué esperar y por alguna razón me siento nervioso, aunque no debería. La verdad es que Clara podría tener una madre buena onda, si la dejó tatuarse a tan poca edad. De su hermana, tampoco tengo muchas referencias, pero asimilo que posiblemente sea parecida a ella.

Me estaciono en la banqueta junto a la taquería que está justo frente al edificio en el que vive Clara. Apago el motor, pongo el freno de mano, quito las llaves y me echo un vistazo por el espejo retrovisor. Estoy bastante seguro de que mis ojos verdes cautivan a cualquier chica, y si logro tener a su hermana y su madre de mi lado, probablemente esto tomará menos tiempo.

Bajo del auto, cruzo la calle y me planto frente al gran portón negro. ¡Mierda! No recordaba que la entrada principal a edificio estuviera cerrada. Me llevo las manos al pelo y me jalo suavemente desde la raíz, tratando de pensar en una solución. Miro al suelo, al cielo y a los lados, buscando una respuesta, cuando de mi lado izquierdo veo unas paredes de vidrio. Me acerco cautelosamente y me asomo ligeramente, sin llamar la atención. Al parecer adentro es uno de esos lugares donde se dedican a fabricar herramientas, y laborando, hay hombres jóvenes y adultos.

Estoy por tomar la decisión de regresar a mi auto, cuando veo al fondo del lugar, por la parte derecha, una puerta color azul, de aluminio. Me asomo un poco por las orillas del portón negro y del otro lado veo la puerta, que da justo a las escaleras.

Hago lo primero que me viene a la mente y me acerco despreocupado a la entrada de la pequeña accesoria. Entro con una sonrisa despistada y el más viejo de los trabajadores, se aparta de sus labores para luego fijar sus ojos en mí.

–Disculpe, olvidé mis llaves, ¿puedo pasar por aquí?

El señor me ofrece una amigable sonrisa, remarcando sus arrugas y asiente con la cabeza. Me paso rápidamente para no llamar la atención de nadie más. Paso por la puerta y la cierro detrás de mí.

Clara dijo que vivía en el departamento 5, así que de inmediato subo las escaleras de concreto, por un espacio bastante oscuro. Las puertas de los departamentos están a simple vista y hay 2 por piso, por lo tanto, no tardo en darme cuenta que Clara se encuentra en el tercer piso.

Una vez que encuentro la puerta con el número 5, me acerco, acomodo mi pelo, pasándome la mano y toco la puerta. Por dentro se escuchan murmullos y risas femeninas. Sonrío un poco al reconocer una risa similar a la de Clara. Espero por unos momentos, hasta que por fin me abren la puerta. A la vista me recibe una adolescente de no más de 15 años de edad, con los labios pintados de rojo, los ojos sombreados, la nariz fina, el cabello sedoso y un cuerpo bastante atractivo. Imagino que debe ser la hermana menor de Clara. Tienen cierta similitud en el semblante. Lo que no tiene sentido, es que esta chica más joven que Clara, es más hermosa y que por el maquillaje, dé una esencia de madurez.

–Hola, soy amigo de Clara.– Ofrezco la sonrisa más seductora que puedo, pero luego la cambio por una amistosa. Me acaba de dar un retortijón de culpa.

–Oh, entonces tu eres Matt.– Levanta una ceja.

–El mismo.

La jovencita sonríe y... ¡Sorpresa! A diferencia de su hermana, ella tiene unos dientes blancos y perfectos como los de un comercial de Colgate. La chica abre un poco más la puerta y mira por detrás de su hombro.

7 días para ConquistarlaKde žijí příběhy. Začni objevovat